Daniel CallejasLos motores de búsqueda de Google ya no leen el nombre de #AMLO en los últimos tiempos y eso es noticia para cierta agencia del estado. Más aún para una que impone en su línea editorial apoyo incondicional al partido predominante que tanto detestan los mexicanos.
Dicen que estrategas de Citigroup Inc., referidos por Bloomberg Technology, a través del texto “Las búsquedas de Google pueden señalar problemas para el favorito en la elección de México”, por Michelle Davis, que Andrés Manuel pierde interés para los mexicanos y contrasta con las encuestas de los últimos meses.
Pero tampoco López Obrador debería creerse las encuestas; como ejemplo la nota de la agencia referida. Por decirlo de cierta forma, retrata lo tendencioso del canal informativo, dejando de lado la sustancia real del texto de Davis.
Las búsquedas de Google radican en para qué se usó y no porqué se buscó. Sin decirlo a manera expresa, defiende que se ha referido más a los otros candidatos que a #AMLO, porque así lo impone su línea editorial. Resulta obvio; las personas quieren encontrar memes o contenido contra el candidato de “Todos por México”, de ahí el aumento en la página.
Consultado de forma sencilla y sin línea editorial política, Ricardo Anaya ha sido el más buscado en Google desde hace más de 90 días. Pero todo es coyuntural, como las encuestas realizadas justo cuando se saca un tema comprometedor de los candidatos.
Si tomáramos en cuenta las encuestas de Twitter, que lo mismo votan jóvenes fuera de edad electoral o bots, ganaría #AMLO. No podemos asumir alguna validez cuando ni siquiera cumplen todos los requisitos de la siempre funcional democracia mexicana.
Las encuestas de campo o fuera de redes sociales no se acercan ni a la mitad de la población y esto no significa que sea democrática. Así pues, la verdadera opinión de la gente se verá después del 4 de julio, cuando comienza el conteo oficial del INE y no en el preliminar.
Confiemos en el periodismo de páginas y sitios que sí aporten una apertura política y no en agencias del estado mexicano que se vuelven voceras del gobierno en tiempos electorales. La democracia se sobrevaloró y la política dejó de ser un breve show para volverse el espectáculo completo de los imbéciles.
