Daniel CallejasLos migrantes mexicanos en Estados Unidos devuelven al país más de 500 mil millones de pesos en ingresos por remesas. Eso incluso es mucho mayor a las contribuciones de los estados al PIB, no obstante, la importancia que se les da es mínima.
Más de 11 millones de personas radican en el país estadunidense y se les ha prestado muy baja atención, a pesar de ser la principal mano de obra allá. Quizá la mejor idea sería que vuelvan a México para trabajar el campo, pero eso suena más a promesa de campaña.
Es muy difícil que vuelvan los paisanos que nunca vieron oportunidad aquí. Viven arraigados a usos y costumbres de Estados Unidos y, la mejor razón, con un sueldo beneficioso para sus necesidades.
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Un salario mínimo en México será si acaso una décima parte de lo que trabajan allá. Las condiciones en este país no contribuyen a la optimización de calidad de vida ni para jornaleros, ni para profesionistas.
Infortunadamente, Trump ha deportado a miles de mexicanos, pero así fue desde los tiempos de Obama. La razón: un temor a los paisanos en la parte del centro-norte de Estados Unidos.
Nadie ve el valor de un migrante que trabaja los campos y la albañilería que ningún gringo podría hacer incluso viendo tutoriales en YouTube. Son connacionales que nunca vieron su lugar aquí.
En el último debate los candidatos no tuvieron propuestas sólidas hacia los paisanos. No les importan porque no pueden votar dada su calidad de indocumentados. Como no les causó nada la muerte de algunos en el atentado a las Torres Gemelas porque legalmente no pertenecían a ningún lugar.
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Se nota pues, que el desarrollo de México depende de Estados Unidos, que en nuestro país entre más cerca estés del norte es mayor la calidad de vida.
¿Cuántos oaxaqueños no hemos visto en territorio estadunidense? La población del sureste tiene un rezago bárbaro. Salen de sus tierras y dejan familias por cumplir el sueño americano, por una oportunidad de hacer lo que saben y no de aprender a ser alguien.
Urge una coordinación entre gobiernos para cuidar la mano de obra que construye a México, no es la política la que cambia la vida nacional. Son los mexicanos que le chingan quienes sí contribuyen a tratar de hacer un mejor país, pero desde lejos.
La ausencia de un Estado de Derecho se corroboró con propuestas nada concretas en favor de los migrantes y política exterior en el último debate. ¿A dónde vamos?
La Política migratoria de Trump, se ha convertido en una casería de brujas
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En internet y redes sociales abundan las noticias falsas, entre otros riesgos que en un proceso electoral podrían desorientar a los votantes, dijo el investigador Julio Téllez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Por esta razón es recomendable un uso prudente y una conciencia digital de qué estamos consumiendo en Facebook, Twitter o donde veamos contenidos electoreros que muchas ocasiones confunden a la gente que cree todo eso.
Todas las partes responsables deben participar por ser transparentes en estas elecciones, incluso si son memes. Es más, los mismos partidos pueden aprovechar estas plataformas para tratar de llegar a los jóvenes.
