Daniel CallejasRosario Robles ya está en prisión. El martes despertamos con la noticia de que un juez la vinculó a proceso por uso indebido del servicio público en sus etapas al frente de la secretarías de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y Desarrollo Social (Sedesol).
El impartidor de justicia le dio dos meses de prisión preventiva, que pasará en el penal de Santa Martha Acatitla mientras concluye la investigación complementaria.
A Rosario la acusan del ejercicio indebido de la función pública que derivó en el desvío de cinco mil 73 millones 358 mil pesos que fue revelado en un reportaje periodístico llamado “La Estafa Maestra”, elaborado por los colegas Miriam Castillo, Nayeli Roldán y Manuel Ureste, en conjunto con el portal Animal Político y la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
El juez dijo que Robles no le informó al presidente de la República y mucho menos evitó que esas irregularidades continuaran. Aunque en la comparecencia la ex secretaria aseguró que sí le dijo a Enrique Peña Nieto mientras andaban de gira, cuando el gabinete se reunía y hasta cuando le llamaba por el “teléfono rojo”. De alguna forma, ahora salpica a más responsables señalados en la investigación periodística.
Rosario se fue al Partido Revolucionario Institucional (PRI) con la confianza de Ivonne Ortega y a partir de ahí parece que adquirió genes priistas como la corrupción o la impunidad.
Robles podría pasar hasta 23 años de prisión (la pena máxima) porque reponer lo que se desvió, 5 mil millones de pesos, es casi imposible.
Otros pesos pesados que deberían acudir a comparecer son el ex presidente Peña Nieto y el ex titular de Sedesol y Hacienda, José Antonio Meade.
Sin olvidar a Emilio Lozoya, Gerardo Ruiz Esparza, Ildefonso Guajardo y Alfredo del Mazo cuando estuvo al frente de Banobras. ¿Serán llamados a responder por la corrupción en el último sexenio del PRI al frente del país?
Aprender del neoliberalismo
José Antonio Meade fue visto saliendo de Palacio Nacional la mañana de este martes, al igual que el ex director de Pemex, José Antonio González Anaya.
Desayunaron con el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, al tiempo que se llevaba a cabo la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Herrera lamentó en Twitter “que no hubiera chilaquiles” y que les hayan tomado foto luego de la reunión, claro, como broma.
De hecho, el mismo Herrera confesó que se ha reunido con otros ex funcionarios del ramo desde 1994 -época neoliberal-. Parece que Arturo sabe que la situación actual del país no se resuelve echando culpas y sí aprendiendo de los demás. ¿Será un rayito de luz en la 4T?
