Conversaciones

Música de Protesta: Conversaciones

La censura no es más que miedo. Miedo a que una verdad sea expuesta a las grandes masas y se les prenda el foco.

Aunque la historia nos ha enseñado que la intención de una rola de protesta no es precisamente la de cambiar el mundo, simplemente dejar constancia de un momento, retrato de una realidad pasada por alto.

Seguro que se te eriza la piel cuando lees que en pleno 2020 todavía se coarta la libertad de expresión cuando no se alinea con los ideales políticos y económicos de una nación.

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La censura a la canción y al video de “Conversaciones” de la banda mexicana Mississippi Queens no vino directamente de los altos mandos del gobierno, pero sí del temor que provocan en los medios de comunicación masivos. No los vayan a terminar tachando de ser la prensa de “la mafia del poder”, “gacetilleros vendidos” o la oposición “fifí”.

David Cavazos, Diego Cavazos, Oscar Cereceda, Saverio Giandusa y Gerardo Escamilla tuvieron las agallas de sacar un disco de protesta cuando México vivía uno de sus cambios más importantes: la izquierda de Andrés Manuel por fin conquistó la banda presidencial y echó, de una patada en el culo, más de 80 años bajo el yugo neoliberal del Partido Revolucionario Institucional.

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Podremos estar de acuerdo en muchas cosas y en desacuerdo con otras, pero tenemos que dejar de hacernos pendejos cada vez que la cuarta transformación le da un puñetazo en el hocico a las artes.

Primero una reducción de mil millones a las artes; luego, Sergio Mayer al frente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados; también la reducción de presupuesto al IMER (con su posterior arrepentida tras una lucha soberbia de los trabajadores); no conformes, el hachazo a los fideicomisos públicos, así como la posterior incorporación del Fonca a la Secretaría de Cultura que vaticina el control total sobre los contenidos y un largo etcétera.

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Al rock n roll nacional ya le tocó. Alejandro Lora, una de las fichas más importantes para la defensa y supervivencia de la música en la década de los 70, fue tachado de loco, de conservador, de opositor.

Panteón Rococó vio la misma suerte cuando expusieron su punto de vista sobre lo «poco serio de la política» tras la rifa del avión presidencial. «Me salieron muy formales», les mandó decir el presidente.

Retomemos: Mississippi Queens, por su parte, reveló en una entrevista con el sitio de contracultura especializado Pólvora que su videoclip fue mandado a la verga por las empresas televisivas, pues “no es lo que México necesita ahorita”.

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¿Qué no necesita nuestro país? No necesita una banda gritándole a diestra y siniestra que este país lo manejan titiriteros profesionales al servicio de rapaces empresarios que aman vivir a costa de las clases trabajadoras.

No necesita escucharlos decir que ojalá les alcance la vida (también el varo) para morir lejos del territorio nacional, allá donde sí los aprecien, respeten y valoren, en vez de quedarse a morir en un cóctel de medicinas para controlar los múltiples trastornos mentales o de salud entre los que vivimos.

No necesita cinco weyes trajeados y con máscaras de animales que simulan ser políticos añejos en pleno goce de una actividad conocida como: chingar al pueblo. Además, compensan la humillación con fajos de billetes. Como en la vida real, pues.

¿Entonces qué sí es lo necesita México? Como decía el Three Souls In My Mind: y las tocadas de rock ya nos las quieren quitar, ya sólo va a poder tocar Belinda en el Zócalo.

México lindo, yo espero me alcance para poder morir lejos de ti.

México mágico, México cínico, México, no creo en mí.

México mágico, trágico ausente, no me conoces te llevo en la piel.

México mágico, trágico hiriente, no me conoces y me has hecho a un lado, pues

ya llegó el influyente, y ¿qué puede salir mal?

Dios soltó a la serpiente.

Para vernos tropezar. Y cederle su lugar. Y así sus manos lavar.

Yo asumiendo que mi angustia es natural,

y las ansias me han pegado con la edad,

lo que jamás les pienso aceptar,

mienten y encima se quieren burlar,

¿Dios patria y serpiente?,

no les creo nada.

Fuera las máscaras muéstrense ya,

estiran los hilos, yo tiro hacia atrás.

¿Dios patria y serpiente?,

no les creo nada.

¿Dios patria y serpiente?,

no les debo nada.

 

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