Rodrigo GutiérrezEn los últimos cinco años han ocurrido oficialmente 495 casos de feminicidio en el Edomex, de los cuales el 72% siguen impunes; la cifra podría ser mayor considerando que no todos los asesinatos de mujeres son investigados como feminicidios
Luis se encontraba con su sobrina Joseline, una joven de 17 años de edad, en un motel. Ella no sabía qué hacían ahí, su tío la llevó con engaños. Era 14 de febrero de 2020.
Dentro del motel, ubicado en la avenida José López Portillo, en la colonia San Francisco Chilpan, en Tultitlán, Estado de México, Luis intentó abusar sexualmente de ella, pero como Joseline se resistió comenzó a golpearla hasta que cedió, luego la asfixió hasta la muerte.
Tras cometer el crimen, trasladó el cuerpo de la menor de edad en su camioneta hasta un arroyo de aguas negras en la colonia Ejido de Teyahualco, en Tultepec, donde la arrojó.
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Los familiares reportaron la desaparición de la joven de 17 años de edad hasta que, al día siguiente, Luis amenazó con suicidarse de un puente vehicular en los límites de Coacalco y Tultepec, había confesado el feminicidio y temía terminar en prisión.
Elementos de la Policía Municipal de Coacalco evitaron que Luis se lanzará y lo trasladaron al Ministerio Público, confesó el crimen y dijo dónde se encontraba el cuerpo de Joseline.
Pasaron nueve meses para que, en un juicio abreviado, Luis Rodríguez Chavarría fuera declarado culpable y sentenciado a 35 años de prisión.
FEMINICIDIOS EN LA IMPUNIDAD
El caso de Joseline es muy cotidiano en el Estado de México: mujeres agredidas sexualmente, luego asesinadas y sus cuerpos abandonados en lugares públicos.
Sin embargo, también tiene una particularidad, es de los pocos feminicidios cometidos en la entidad mexiquense que terminan en sentencia.
Este caso destaca además porque el feminicida confesó el crimen, lo que no ocurre con normalidad.
En los últimos cinco años solo tres de cada 10 casos de feminicidio registrados en el Estado de México han terminado en sentencia, los siete restantes siguen impunes.
Así lo señalan datos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) obtenidos por FrojiMX vía transparencia
De 2016 a la fecha se han cometido -oficialmente- 495 feminicidios en el Estado de México, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Mientras que las sentencias por feminicidio conseguidas en el mismo lapso por la FGJEM son 136.
Es decir, el 27.5% de casos sentenciados mientras que el 72.5% siguen en impunidad.
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Cabe mencionar que el Estado de México es la entidad donde más casos de feminicidios se cometen en todo el país, de acuerdo con cifras oficiales.
De enero a octubre de este año, la entidad registró 119 feminicidios de las 801 víctimas registradas en todo el país.
Es decir, en el Estado de México ocurre uno de cada 10 feminicidios que suceden en los 32 estados del país.
Además, la cifra le saca casi el doble al estado que le sigue en la lista, Veracruz con 71 casos.
Sin mencionar que siete municipios mexiquenses forman parte de los 35 municipios con más feminicidios reportados en lo que va del año: Chimalhuacán, Ecatepec, Atizapán, Nezahualcóyotl, Tecámac, Tultitlán y Valle de Chalco.
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LOS CASOS PODRÍAN SER MÁS Y LA IMPUNIDAD MAYOR
Aunque la cifra de impunidad es alta, ésta podría ser más pues hay varios casos de feminicidios que no son investigados como tal.
De acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, hay al menos siete circunstancias para determinar que en el homicidio de una mujer ocurrió un feminicidio:
- La víctima presenta signos de violencia sexual de cualquier tipo;
- A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia;
- Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima;
- Haya existido entre el feminicida y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
- Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
- La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida;
- El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.
Sin embargo, las fiscalías no investigan con perspectiva de género los asesinatos de mujeres, pese a la sentencia Mariana Buendía dónde la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) así lo ordena.
De tal magnitud es la carencia de investigación con perspectiva de género en un feminicidio que la Fiscalía General de la República (FGR) propuso a principios de año eliminar dicha tipificación bajo el argumento de que cuesta mucho trabajo judicalizarlos.
Luego de las críticas a esta propuesta, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, propuso lo contrario: que todos los asesinatos de mujeres sean tipificados como feminicidio, lo cual tampoco fue bien recibido y por lo que fue desechada.
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UN GOBERNADOR AUSENTE Y UN PRESIDENTE QUE NO OYE
Por años, el Estado de México ha cargado con el peso de ser la entidad más violenta para las mujeres.
El gobernador Alfredo del Mazo ha dedicado su gobierno a realizar programas sociales a favor de las mujeres -como la tarjeta rosa-, sin que esto signifique una mejora cuantificable en las condiciones en la que viven las mexiquenses.
Incluso, en su informe 2020 dedicado al Estado de México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señaló que existe una “la violencia hacia a las mujeres, resultado de las desigualdades de género, económicas y sociales que persisten”.
Esto debido a que más de la mitad de las 7.5 millones de personas que se encuentran en pobreza en el Estado de México son mujeres.
Además, instó al gobierno de Del Mazo a “diseñar, implementar y fortalecer programas y políticas de cero tolerancia hacia cualquier forma de violencia de género y que promuevan relaciones igualitarias entre mujeres y hombres”.
El priista ha incrementado lo destinado a la Alerta de Género, sin embargo, tampoco se ha reflejado en las cifras de feminicidio. Además que ha preferido gastar más en publicitarse.
Fuera de ello, el gobernador mexiquense ha sido un ausente, un fantasma en el infierno que su estado se ha convertido para las mujeres.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha rechazado la crisis en violencia de género que vive el país. Incluso ha asegurado que nunca se había protegido tanto a las mujeres como lo hace su administración.
Y, aunque ha dicho que en su gobierno no hay espacio para el machismo, sus dichos parecen contradecirlo como cuando dijo que el 90% de las llamadas que registran por violencia contra mujeres son falsas o, en más de una ocasión, que las féminas son las que tienen que encargarse del cuidado de la familia.
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Antes de la pandemia, México vivía una ola de manifestaciones feministas que solo el virus pudo parar. En ocasiones ni eso, pues pese a que el virus continúa se han registrado constantemente marchas de mujeres principalmente en la capital del país como la toma de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En el Estado de México, feministas quisieron hacer lo propio tomando las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos de la entidad en Ecatepec pero fueron duramente desalojadas por elementos de la FGJEM. El hecho fue reprobado por Del Mazo y nada más.
En última instancia incluso, el presidente ha dicho que hay gente infiltrada en las movilizaciones feministas para atacar a su gobierno.
Los feminicidios siguen en el país y los casos cada vez aumentan, mientras en Palacio Nacional gobierna el presidente “más feminista de la historia” y el Estado de México sigue siendo “rey” del peor lugar para ser mujer en todo México.
