Foto: Instagram @miseleccionmx

Fútbol nacional: víctima de la globalización

Pese a no ganar ningún título importante en más de 10 años, es claro que el Club Deportivo Guadalajara está saliendo de una crisis futbolística que ha cargado en los últimos torneos, que incluso lo llevó a rasguñar el descenso. Sin embargo, el campeonísimo del siglo pasado aún está en el olvido. Si bien, diversos escenarios son culpables del abismo rojiblanco; desde el factor Jorge Vergara -dueño de la franquicia-, pasando por la discontinuidad en el proyecto, los directores técnicos desechables, hasta la carga desmesurada en las jóvenes promesas; el principal culpable ha sido ignorado: la globalización.

Definiendo a la globalización como un proceso económico, tecnológico, social y cultural a escala planetaria que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas; el futbol como un negocio y parte de la cultura popular se acopla a estos nuevos métodos, siendo el aumento de jugadores extranjeros la manera inmediata de entrar a nuevos aires.

Un claro ejemplo de esto es el clausura 2017, en el cual, de los 470 jugadores registrados por la Federación Mexicana de Futbol (FMF), 201 son extranjeros, lo que representa el 43% del total de futbolistas de la Liga MX y 28 más de los inscritos el año pasado.

Lo anterior, más la regla 10/8 aprobada en 2016, la cual permite que en cada partido haya hasta 10 jugadores foráneos y ocho nacionales por equipo, que por cierto fue reducido a 9-9 para los torneos del 2017 y 2018, refleja las facilidades que tiene el extranjero en el futbol nacional.

El Club Guadalajara es el único equipo de la Liga MX que no juega con extranjeros. (Foto: Instagram @Chivas )

Pero, ¿esto cómo afecta a las Chivas? Cabe mencionar que juegan únicamente con futbolistas mexicanos, lo cual provoca que el margen de jugadores con posibilidades de arribar a la perla tapatía a través del Draft sea menor.

Ante esto, la cantera es una limitada solución, pues volverla indispensable para el futuro del equipo no es lo ideal, la presión de responder de manera inmediata a uno de los llamados grandes del futbol mexicano es enorme, más cuando este tipo de métodos es de mediano a largo plazo.

Pese a ello, ésta ha respondido de buena manera, jóvenes promesas del rebaño tapatío han alimentado tanto al conjunto que pertenecen, así como a las selecciones menores. No obstante, tras sus buenas actuaciones algunos cuantos enamoran a equipos fuera del país y otros escasos mantienen un nivel constante en el equipo.

Jugadores como Javier Hernández y Carlos Vela brillan en Europa y se codean con los mejores futbolistas del mundo, ambos de sangre chiva.

Esto se da a pesar de que en Guadalajara hay más opción para los jóvenes, quienes no compiten de manera desigual con extranjeros millonarios sin ser necesariamente mejores, pero con todas las oportunidades.

Esta situación afecta al futbol mexicano, no sólo en la liga, sino hasta la selección nacional, donde existe una abismal diferencia entre las selecciones menores y la mayor: por ejemplo, la Sub-17 ha ganado dos copas mundiales, un subcampeonato y un cuarto lugar en 10 años; mientras que la mayor sólo ha logrado dos sextos lugares en 84 años.

Dicho problema no es único del fútbol mexicano, los países que albergan a las consideradas mejores ligas del balompié mundial también se ven afectadas: Inglaterra, Italia y España.

Los inventores del futbol han sido víctimas de dicha práctica a grados inmensurables. De acuerdo con el Observatorio de Fútbol CIES, Inglaterra es el equipo con más extranjeros de Europa, con el 66.4%.

Los creadores del futbol, los mas perjudicados. (Foto: Reuters)

De las 20 copas del mundo realizadas, los ingleses no calificaron en seis (Uruguay 1930, Italia 1934, Francia 1938, Alemania 1974, Argentina 1978 y Estados Unidos 1994) y sólo una vez ha sido campeona del mundo, cuando fue sede en 1966; fuera de esa hogareña actuación, destaca un cuarto lugar en Italia 1990, para posteriormente sumarle de fracasos en cuartos y octavos de final, sin mencionar su peor actuación el pasado certamen, donde no paso de la primera fase y quedó en vigesimosexto lugar.

Otro de los casos, que al igual que el Club Guadalajara ha sucumbido en los últimos años, es Italia. De ser una de las selecciones más ganadoras de la historia y con una liga envidiable, paso a ser un equipo de viejos y un futbol para retirarse.

A mitad del siglo pasado, Italia era el destino ideal para jugadores extranjeros, futbolistas como Maradona y Platini embellecían el Calcio, esta llegada descomunal de extranjeros originó que la Federación Italiana de Futbol (FIGC, por sus siglas en italiano) primero prohibiera y después regularizara a los deportistas forasteros. Durante ese lapso la Squadra Azzurra ganó dos de los cuatro mundiales en que se ha coronado y su peor actuación fue un quinto lugar en el certamen realizado en casa.

Después de ser bicampeón de Europa y campeón del mundo, España hizo el peor papel de su historia en los mundiales. (Foto: EFE)

Tras dejar a un lado la regularización, en los dos últimos mundiales Italia efectuó las más despreciables actuaciones en su historia, el puesto 26 y 22 en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, respectivamente, en ambas no pasó de la fase de grupos.

España comienza a sentir los estragos de la apertura inmensurable de extranjeros. Después de dar una catedra de canteranos en la Masia, a través del Club Barcelona, mostrando una versión mejorada del Futbol Total de Johann Cryff, ganando todo y dando la base de la Selección Española campeona del mundo en Sudáfrica 2010, así como la actual y única bicampeona de la Eurocopa, ahora los ibéricos se llenan de foráneos.  La Liga BBVA registra un total de 41.6% extranjeros, el resultado: una selección que se está haciendo vieja y que, después de regalarle al mundo uno de los irrepetibles futboles de todos los tiempos, en el mundial pasado diera la peor participación de su historia: el lugar 23 en primera ronda.

Estos casos ejemplifican el rumbo del futbol, por lo que el balompié nacional –no sólo Guadalajara– tiene que tomar medidas para, sin hacer uso de prácticas nacionalistas extremas, se dé prioridad a lo hecho en México.

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