Columna Rota: Jessi no era novia de Oscar; le tenía terror

12 noviembre, 2019

Ante la información urgente, la prudencia no es el freno, sino el volante.

Ramón Salaverría.

 

Mucho se ha leído, escrito o dicho referente a los terribles sucesos que marcaron a Toluca en el Estado de México, como uno de los municipios más peligrosos este 2019 en el tema del feminicidio. 

El hecho culminó el pasado 30 de octubre de 2019, luego de que finalmente la policía ya con una orden de cateo entró a la casa de Óscar, en Ponciano Díaz número 136, en Villas Santín. Toluca, EdoMex. 

Desde el inicio del actual gobierno federal se han establecido y mejorado los principios rectores que dan la pauta y deben de ser aplicados para la búsqueda de personas desaparecidas en México.

Al revisar el actuar de la Fiscalía de Desaparecidos del Estado de México, muchos de estos principios fueron ignorados, esta lamentable situación debe ser vigilada y castigada meticulosamente por quien tiene a su cargo el poder de generar justicia y evitar la repetición de dichas conductas. 

A lo largo de esta columna incluiré algunos de los principios y sus incisos con la intención de fundamentar y considerar las graves omisiones que se cometieron durante la “búsqueda de Jessi”.

La intención, como siempre, en éste espacio no es reescribir lo que se ha informado y desinformado referente a tan terrible hecho, tampoco alardear sobre quién es Óscar y mucho menos llamarle monstruo, porque no lo es. Este sujeto no es más que otro asesino, un don nadie que necesitaba atención, una escoria que asesinó impunemente en la soledad de la casa que se robó y amparado del miedo que generaba en algunos vecinos que preferían no tener problemas con él. 

El 26 de octubre, vía Facebook, me llegó una solicitud de uno de los miembros de su amplia familia para compartir la cédula de búsqueda de Jessica Guadalupe Jaramillo Orihuela, el mensaje textual decía: 

“Hola, Frida, buenas tardes, pido tu ayuda difundir esta imagen, estamos muy desesperados, espero me puedas ayudar”. 

De inmediato le mande mi celular para establecer contacto, la llamada nunca llegó. Mantengo como parte de la ética y el respeto no intervenir mucho más que solo compartiendo o documentando, si no tengo contacto directo con las familias, por consiguiente, eso hice, y esperar.

Jessi, cómo le decía su familia, era la segunda hija de un matrimonio conformado por una pareja que no quería otra cosa más que su hija fuera feliz, que cumpliera todos sus sueños y sobre todo que se sintiera siempre amada. 

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Ella nació luego de un embarazo complicado, pero llegó a dar mucha más alegría a sus padres, una niña cariñosa, normal, como todas, nos hace saber su familia.

Algo que lacera a toda la familia, además de haber sido asesinados junto a Jessi, es la infinidad de comentarios que se han escrito en torno a la supuesta relación que su hija tenía con Óscar, aquí su verdad.

(PRINCIPIO 2. La búsqueda debe respetar la dignidad humana.

3.- Las autoridades tienen el deber de velar por que las víctimas, incluidos los familiares, no sean objeto de estigmatización y otros malos tratos morales o difamaciones que lesionen su dignidad, reputación o buen nombre como personas, así como los de su ser querido desaparecido. Cuando sea necesario, deben tomar medidas para defender la dignidad de las víctimas en contra de ataques difamatorios.)

Jessica estudiaba psicología en la UNITEC campus Toluca, se estaba inclinando por la psicología educativa, quería hacer algo porque la educación de los pequeños mejorara, además de darles atención personalizada para que lograran ser niños y niñas felices. 

Estando en esa escuela conoció a un sujeto que la acosaba, la atemorizaba tanto que le hizo saber a su familia que le daba miedo, que no le gustaba cómo la veía y mucho menos lo que le decía. 

Jessica era madre, tenía un pequeño de 10 meses de edad, sus padres amorosos apoyaron la decisión de su hija de tener al bebé, el gran amor a su pequeño que hoy se encuentra sin ella, le hizo pedirles a sus padres la cambiarán de universidad por el temor que le infundía Óscar (a quién nunca conocieron), así lo hicieron. 

Sus padres la llevaban a todas partes, iban y venían por ella a la escuela, Jessi se sentía tranquila porque su acosador ya no estaba cerca de ella.

Pasaron los meses, y algo que aún no entienden, qué se dio aquel fatídico 24 de octubre de 2019, Jessi fue dejada en su escuela, su familia todavía vio como subía la banqueta para entrar a la escuela, lo único diferente que había era un camión repartidor de agua, ella subió las escaleras, fue la última vez que la vieron con vida. Alguien le hizo saber a Óscar donde se encontraba ella.

A las 21 horas de ese día fueron a recogerla, ella no salió, recibieron una llamada de ella, “voy a una reunión, no se preocupen estoy con Óscar”.

Jessi 

Su familia pensó en el padre de su hijo, que así se llama, no en el sujeto que le generaba tanto terror, sin embargo, algo en su voz les hizo saber que algo no estaba bien.

Al día siguiente, el 25 de octubre, su familia acudió a poner la denuncia en la Fiscalía de Desaparecidos, les comentaron que tenían que esperar 24 horas, la denuncia se las tomó dicha fiscalía luego de ejercer presión, esa misma noche otorgaron la cédula de búsqueda. (PRINCIPIO 6. La búsqueda debe iniciarse sin dilación 

1.- Tan pronto como las autoridades encargadas de la búsqueda tengan conocimiento, por cualquier medio, o tengan indicios de que una persona haya sido sometida a desaparición, deben iniciar las acciones de búsqueda de forma inmediata, sin ninguna demora o dilación y de manera expedita. Estas acciones de búsqueda deben incluir, cuando sea necesario, el desplazamiento a los lugares pertinentes.)

Después de la media noche ya del 26 de octubre, aproximadamente a la 1:00, la familia completa se plantó frente al domicilio de Óscar acompañados de un policía de investigación y cuatro municipales quienes tocaron la puerta del domicilio del sujeto, al no obtener respuesta se retiraron del lugar dejando sola a la familia.  

Toda la familia estaba segura que Jessi se encontraba en ese lugar luego de realizar un sinfín de investigaciones las cuales fueron entregadas a las autoridades desde el primer momento, además de la información que dieron algunos vecinos quienes aseguraron haberla visto.

A las 9:00 del mismo 26 de octubre, la familia volvió a tocar la puerta, fue que salió Óscar y lo conocieron, al preguntar por Jessi la respuesta del individuo fue negativa, argumentado que no la conocía, desde ese momento en más de cuatro ocasiones mantuvo su palabra de que nunca la había visto.

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La familia fue amenazada de muerte en más de una ocasión por el miserable, quien prepotente los corría de su casa, hasta les mandó patrullas para que se alejaran, ellos tajantes le indicaron que no se irían hasta llevarse a Jessi, la desesperada familia le suplicó a la Fiscalía entrará por ella, que la habían visto todavía el sábado 26 de octubre viva en una ventana, “pero como si estuviera ida”.

La Fiscalía de Desaparecidos argumentó que no había orden de cateo y que no había los suficientes elementos para solicitarla al juez. La familia completa pasó cuatro días fuera del domicilio de quien sabían tenía en contra de su voluntad a su pequeña. (PRINCIPIO 10. La búsqueda debe ser organizada de manera eficiente

3.- Las autoridades con competencia para realizar acciones de búsqueda deben contar con plenas facultades para tener acceso irrestricto y sin necesidad de preaviso a todos los lugares donde podrían encontrarse las personas desaparecidas, incluidas las instalaciones militares y de policía y los recintos privados. Cuando resulte necesario, deben tener la facultad de intervenir para asegurar la preservación de sitios relevantes para la búsqueda.)

El 27 de octubre, el rufián volvió a amenazar a la familia, más tarde salió y ofreció una disculpa, se refugió una noche más en la casa para salir al siguiente día con una mochila en la espalda, desde entonces la familia no volvió a verlo.

El 30 de octubre, finalmente entró la Fiscalía al domicilio luego de que Óscar fuera entrevistado fuera del mismo domicilio e inmediatamente después de que acudiera a rendir su declaración, dónde aseguró que ella había estado ahí pero que la había dejado en un taxi. 

El escenario ya se han encargado algunos medios de describirlo, Jessi yacía en el baño asesinada. 

La familia de Jessi en ese momento se retiró solo para acudir al SEMEFO, a reconocerla, con el pesar de saber que tal vez si les hubieran hecho caso hubiera sido rescatada con vida. 

(PRINCIPIO 5. La búsqueda debe respetar el derecho a la participación

  1. Las víctimas, sus representantes legales, sus abogados o las personas autorizadas por ellas y ellos, así como toda persona, asociación u organización con un interés legítimo tienen el derecho de participar en la búsqueda. Este derecho debe estar protegido y garantizado en todas las etapas del proceso de búsqueda, sin perjuicio de las medidas adoptadas para preservar la integridad y efectividad de la investigación penal o de la búsqueda misma. Las personas mencionadas deben tener acceso a la información sobre las acciones realizadas, así como sobre los avances y los resultados de la búsqueda y de la investigación. Sus aportes, experiencias, sugerencias alternativas, cuestionamientos y dudas deben ser tomados en cuenta durante todas las etapas de la búsqueda, como insumos para hacer más efectiva la búsqueda, sin someterlas a formalismos que las obstaculicen. De ninguna manera, la negativa de las personas mencionadas a ejercer su derecho a la participación debe usarse, por parte de las autoridades, como motivo para no iniciar o avanzar en la búsqueda.)

Jessica cumplió, el pasado 15 de mayo, 23 años, un día inolvidable para su familia, unos días antes de ser robada y asesinada, había preparado una parrillada para su familia. 

Jessi no era, ni jamás fue, la novia de su asesino, no tenía ninguna relación con él más que la de pánico, el sujeto se obsesionó con ella y como un predador decidió asesinarla. 

Enaltecer al asesino no hace otra cosa que darle a él la fuerza que estaba buscando, hoy se siente tal vez engrandecido porque los medios hablan de él, de otra forma no lo habría conseguido. Al ser un sujeto insignificante, sin ningún mérito que lo hiciera resaltar. 

No, no es alguien con “renombre” como algún medio lo llamó, porque no puede ser que ahora para los medios ser un asesino sea ser alguien con “renombre”. Es un feminicida que será encontrado, es alguien que debe de ser llamado tal cual, no monstruo, no resaltar su insípida trayectoria de “malo” y de experto en quien sabe qué cosa. 

La Fiscalía falló, sí, porque ya había antecedentes de ese domicilio, la familia de otra de sus víctimas también les hizo saber que su hija se encontraba en ese punto y no hicieron más, no lo tomaron en cuenta. 

Omitió prácticamente los 16 principios rectores que hemos citado, no se preservó en ningún momento la vida de Jessica, y este error debe ser castigado severamente.

Mucho hay nuevamente como medios de comunicación que aprender de tan lamentable hecho, hoy hay tres familias por lo menos, rotas, aniquiladas, temerosas, revictimizadas por sus textos, que también han vulnerado a la familia de Jessi. 

La fiscalía tiene en sus manos su integridad física, psicológica, económica. Porque la vida se las cambió la decisión de este despreciable sujeto. Mucho también tienen que aprender, tal vez operar, capacitar a su personal con los protocolos de actuación básicos para saber cómo deben proceder cada vez que una persona es desaparecida, (PRINCIPIO 16. La búsqueda debe regirse por protocolos que sean públicos

1. Los protocolos que se aplican para la búsqueda son una herramienta importante para garantizar la efectividad y la transparencia de la búsqueda. Deben permitir la supervisión de la misma por las autoridades competentes, las víctimas y todas las personas con un interés legítimo de conocerlos y supervisarlos. Estos protocolos deben ser públicos.)

El aprendizaje a la sociedad a ser más valiente, a denunciar cualquier extraño ruido, porque hoy luego del dolor de la familia de Jessi, muchos se atrevieron a decir que sí escuchaban cosas extrañas en ese lugar, pero que por temor no lo denunciaron y aquel que se atrevió a denunciar fue severamente castigado.

Aprendamos juntos a ser más empáticos como sociedad. Como medios de comunicación aprender a informar pensando siempre en el impacto que generará lo escrito. 

La familia de Jessi solo recibió a dos medios de comunicación, a “El País” y a FridaGuerrera. La solicitud expresa, “no queremos meter a nuestras casas a nadie más, solo queremos que digan nuestra verdad, que hagan saber quién era Jessi y que jamás tuvo una relación con ese asesino, al contrario, le temía”. 

Desde ese 31 de octubre no he dejado de buscarlo. Ayúdanos a dar con él. Porque todas ellas merecen justicia, porque hay un predador vigilando el día de hoy, tal vez a tu hermana, a tu hija, a tu madre, no esperes a ser parte de la historia de un ser tan ruin. 

Hoy me senté a intentar redactar el dolor, la indignación de esta familia, hoy pienso que nos dejamos de importar como sociedad, justo hoy se terminaron los rosarios de Jessi, su familia no deja de pensar, de sentirla, de añorarla. Hoy la familia de Jessi, está sumida en el eterno insomnio, en la eterna espera de verla regresar con vida, hoy exigimos a las autoridades les otorguen las medidas para asegurar su vida, le pedimos a la familia o amistades del asesino que lo protegen que tengan dignidad y lo entreguen porque este sujeto es peligroso hasta para ellos.

                                                                                                        Noviembre 2019

Si tienes algún dato por favor comunícate conmigo, te aseguró confidencialidad absoluta. 

@FridaGuerrera

fridaguerrera@gmail.com

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