La innegable relación de los estadounidenses y las armas

28 junio, 2017

El contexto relacionado con las armas en Estados Unidos (EEUU) se ha posicionado en gran parte de su población, ya sea por poseer una o por haber utilizado alguna a lo largo de su vida, por ello es innegable el vínculo de este elemento en la sociedad local.

El derecho a la posesión y portación de las mismas, contenida en la segunda enmienda de su constitución, ha sido cuestionada en los últimos años debido a episodios de tiroteos en este país, especialmente aquellos suscitados en escuelas, y cuyos responsables han sido jóvenes estudiantes.

El centro de investigación estadounidense Pew (Pew Research Center) publicó una reciente encuesta realizada entre los estadounidenses para entender dicha relación, en sus resultados arrojan que el 42% de los ciudadanos creció en un hogar con armas y al menos el 70% de los ciudadanos ha tenido contacto con ellas.

En torno a la posesión de las mismas, Pew Research, registró que 3 de cada 10 estadounidenses posee al menos un arma. Lo que representa el 30% de la población.

En este sector poblacional, de acuerdo a sus respuestas, se estimó que la edad promedio para tener contacto con este tipo de dispositivos fue a los 12 años de edad.

De este conjunto, el 32% posee un arma; un 37% tiene de 2 a 4 armas; y un 29% declaró la posesión de más de 5. Es decir, el 66% de ellos tiene más de uno de estos dispositivos.

Foto: The New York Times

Entre aquellos que se encuentra en esta relación, se destaca que 1 de cada 4 ciudadanos declaró que la lleva consigo fuera de casa.

La posesión de armas se ha normalizado en la sociedad estadounidenses y quienes cuenta con alguna argumentan que las razones para ello se centran en la protección, en el uso de éstas para cacería y en la práctica deportiva.

El 67% de quienes cuentan alguna de ella contestó que la tienen para protección suya o de su familia y hogar; el 38% dijo que para la caza; para el uso deportivo tuvo un registro del 30%; por colección de armas o municiones un 13%; y un 8% comentó que la utiliza como herramienta de trabajo, como el cuerpo de policías.

En torno a los episodios relacionados con el accionar de estos dispositivos, el 44% de los encuestados comentó que conocen personalmente a alguien a quien le han disparado, ya sea intencional o accidentalmente.

En tanto, un cuarto de la población con un 23% reveló al centro de investigación haber sido amenazado o intimidado por alguien con un arma.

Otro dato clave en la vida de los estadounidenses es que el 72% e ellos, es decir 7 de cada 10, aún sin ser dueños de algún rifle o pistola, han accionado o disparado alguno de estos artefactos.

Este ejercicio de opinión se realizó en un universo de 3 mil 930 adultos estadounidenses a quienes se les encuestó entre marzo y abril de este 2017, y cuyos resultados se presentaron el 22 de junio.

El intento de Obama para reformar el control de las armas

En enero de 2016, Barack Obama quien entonces encabezaba la presidencia de Estados Unidos, propuso ante el Congreso local una serie de medidas para el control de armas, derivado de los episodios en los que la posesión de uno de estos artefactos fue el detonante de distintas tragedias.

Dichas medidas tenían que ver con llevar un registro preciso sobre quiénes compraban armas. Se exigía a todos los vendedores tener una licencia para realizar dicha actividad.

La presidencia pedía a los estados suministrar información sobre las personas no calificadas para poseer armas, como aquellas relacionadas con cuestiones de salud mental y antecedentes de violencia.

Al exigir tal cambio en la normativa, el presidente recordó el tiroteo ocurrido el 14 de diciembre de 2012 en el cual un joven de 20 años, Adam Lanza, asesinó a 28 personas en la escuela Sandy Hook, ubicada en el estado de Connecticut en Estados Unidos.

Desde este año, el mandatario ya se había pronunciado por la prohibición de las mismas.

Sin embargo, la iniciativa tropezó con el Congreso local, en especial por el partido de oposición, los republicanos, quienes votaron en contra de varias de sus iniciativas, es específico 4 de ellas, las cuales eran pilares de dicha postura.

Una de las propuestas que se revirtió, aludía a la revisión exhaustiva de antecedentes por parte de quien deseaba adquirir un arma, ya que hay estados donde no se requiere tal comprobación.

También se echó abajo la iniciativa relacionada con la revisión de antecedentes a personas discapacitas afiliadas a la Seguridad Social de dicho país, y que buscarán hacerse de un arma.

La reforma a este espinoso tema, se ve aún más lejana con la llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU, quien tomó posesión del cargo el pasado 20 de enero de 2017.

Este personaje, impulsado por el Partido Republicano, se ha pronunciado abiertamente a favor del uso de éstas. Esto fue una de las posturas que más resaltó a lo a largo de su campaña como candidato a la presidencia, al señalar a los votantes que defendería la segunda enmienda, ya que, según señaló, su adversaría, Hillary Clinton, en definitiva no haría.

Cabe recordar las declaraciones que realizó tras la masacre del 12 de junio del año pasado, ocurrida en un bar ubicado en la ciudad de Orlando en el estado de Florida a manos de Omar Mateen quien propició la muerte de 50 personas al interior del lugar.

«Si hubiera habido gente que dispare balas en la dirección opuesta, justo en el medio de los dos ojos de este maniático (Omar Mateen)… si alguna de esas maravillosas personas hubiera tenido un arma… y le hubiera dado a este hijo de… eso hubiera sido una hermosa vista».

Este tipo de posturas, dificultan el retorno de un debate sobre el control de armas y realzan el posicionamiento de los grupos a favor de las mismas, tal como la Asociación del Rifle, quienes aún con episodios trágicos como los mencionados anteriormente, siguen enalteciendo la portación de las mismas, sin dar lugar cambios a la normativa.

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