MÉXICO, D.F., 11JULIO2015.- Niños visitan la nueva estación de lectura y librería infantil que instaló el Fondo de Cultura Económica dentro del pasaje Zócalo Pino Suárez del metro capitalino. Los pequeños tienen la oportunidad de sentarse a leer algunos libros, los cuales están organizados de acuerdo a su edad. FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM

México: el país de aquellos que no leen

26 abril, 2017

En México más del 50% de la población se declaró como no lectora, así lo revelaron cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el marco del Día Internacional del Libro, celebrado el pasado 23 de abril.

Pese a que México organiza una de las ferias internacionales del libro más importantes en el mundo –la Feria internacional de Guadalajara, situada entre las 10 principales del mundo– el hábito de la lectura entre los mexicanos aún se encuentra rezagado, considerando que el 54% de la población declaró no haber leído algún libro durante los últimos 12 meses.

De acuerdo a la encuesta Módulo de Lectura (Molec) 2017 realizada por el Inegi, de cada 100 mexicanos consultados, 45 declaró haber leído al menos un libro durante el periodo de febrero de 2016 al febrero de 2017, mientras que 54 de ellos expresó no haberlo hecho, ello en un universo analizado de 2 mil 336 viviendas en todo el país, entre adultos de más de 18 años de edad.

De estas cifras, la población femenina encabeza la categoría antes referida, con un 46.6%; en tanto el sector masculino se ubicó en un 43.7%. En promedio 5 de cada 10 mexicanos leyó algún libro en el último año.

Y cuando leemos… ¿qué leemos?

En el universo de los adultos que declararon haber leído en el periodo antes descrito, la categoría de “literatura” encabezó la lista entre las preferencias del público, con un 44.3%; seguido de “libros de texto o uso universitario”, con un 33.7%; en tercer lugar, se encuentran los de temática de “autoayuda, superación personal y religiosos” con un 29.5%; en cuarto lugar, los de “cultura general”, con un 24.8%; mientras que los “recetarios, manuales o guías” obtuvieron un 7.3%.

Cabe destacar que, los porcentajes sumaron más del 100 por ciento debido a que varios de los encuestados declararon haber leído más de un tipo de libro en los últimos 12 meses.

Otros de los materiales que fueron mencionados en el Molec destacan: periódicos, páginas de internet, revistas e historietas.

En el grupo lector de periódicos, hay una diferencia importante entre la población masculina y femenina. De cada 10 hombres consultados, prácticamente 6, dijo haber leído al menos un periódico en la última semana, ello con un 56.8%; mientras que entre las mujeres sólo 3 de cada 10 realizó esta actividad, con una cifra de 31.1%.

En la categoría de revistas, el porcentaje de mujeres que dijo haber leído este tipo de material en los últimos 3 meses, fue de 38.3%, versus 61.7% que no lo hizo; y entre los hombres fue de 36.3%, en contraparte el 63.7% que no prefirió tal material.

En tanto, la lectura enfocada en páginas de internet, blogs o foros, el 44.3% de los hombres refirió haber consultado dicha categoría; y entre las mujeres la tasa se ubicó en 39.4%.

Mientras que, las historietas son el tipo de lectura menos asiduo entre la población encuestada, ya que sólo 7.5% de los hombres declaró esta opción entre sus preferencias en el último año; y entre las mujeres el porcentaje fue de 3.5.

¿Y cuánto tiempo le dedicamos a la lectura?

El Molec también reveló que el promedio del tiempo de lectura por sesión es de 38 minutos. La cantidad de minutos varió en relación al grado de estudios.

Por ejemplo, entre aquellos con escolaridad universitaria o superior, las sesiones de lectura promedio son de 49 minutos. En el sector poblacional con estudios menores a la educación media superior, el promedio fue de 34 minutos; y el tiempo promedio entre aquellos encuestados que declaró no tener el grado de educación básica concluido, fue de 28 minutos.

Cabe destacar también cuáles son las causas de por qué una parte de público no incluyó la lectura entre sus actividades habituales, siendo la falta de tiempo la principal, con un 40.6%.

La falta de interés o motivación fue la segunda razón con un 26.8%; problemas de salud ocupó el tercer lugar con 16.2%; la preferencia por realizar otras obtuvo un 12.2% y la falta de dinero se ubicó en un 2.7%.

Pero … ¿por qué es importante leer?

El especialista español en neurología Guillermo García Ribas, coordinador del Grupo de Estudios de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, ha comentado en diversas entrevistas para medios especializados en salud, que la lectura ayuda a mantener activo nuestro cerebro, lo que conlleva a fortalecer nuestras conexiones cerebrales, factores básicos para mantener sano nuestro principal órgano del sistema nervioso.

“Mientras leemos, obligamos a nuestro cerebro a pensar, a ordenar ideas, a interrelacionar conceptos, a ejercitar la memoria y a imaginar, lo que permite mejorar nuestra capacidad intelectual estimulando nuestras neuronas. La lectura también genera temas de conversación, lo que facilita la interacción y las relaciones sociales, otro aspecto clave para mantener nuestro cerebro ejercitado”, abundó al respecto el especialista.

Por otro lado, el profesor de Psicobiología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Ignacio Morgado, resaltó que esta actividad nos ayuda a entender mejor nuestro social. “La lectura estimula, nos proporciona bienestar, placer y nos enseña a entender mejor al otro, a ponernos en su piel y, por ende, a convivir mejor en sociedad”.

Y en Inglaterra, la organización sin fines de lucro “The Reader” (El Lector) con sede en la Universidad de Liverpool, realizó en 2010 un programa de fomento a la lectura en un grupo de pacientes con distintos grados de depresión, enfocado específicamente en literatura clásica, en lugar de una intervención realizada con libros de autoayuda, cuyos resultados centrales demostraron que éstos pacientes mostraron una percepción más positiva sobre sí mismos.

A su vez, notaron un incremento en la concentración de cada paciente, así como un enriquecimiento verbal, que se demostró en la mejoría en sus habilidades de comunicación.

Ante escenario, la lectura se convierte en un factor crucial tanto para la salud mental como para la interacción social, trayendo consigo ciudadanos más conscientes de su realidad; y como los especialistas referían, se optimiza la comunicación e incluso se percibe un mayor grado de empatía con los otros. 

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