Daniel CallejasLas cortinas de humo siguen rodeando Palacio Nacional y la nueva realidad de los mexicanos. El covid-19 sigue en el país, continuamos en semáforo rojo y sin embargo para decenas de personas parece que ya pasó la pandemia.
Habrá más de 20 mil muertos para el final de la semana, justo cuando la Ciudad de México quiere probar si es buen momento o no de retomar actividades, por ejemplo. Al menos en la zona conurbada, como el Estado de México, siguen las restricciones, aunque no quiere decir que sus ciudadanos hagan caso.
Añadido a la que bautizaron como la “Nueva normalidad”, caemos en círculos peligrosos de distracción desde el penthouse del poder. La última, que Andrés Manuel López Obrador va a destapar un presunto fraude de factureras al Servicio de Administración Tributaria (SAT) por 48 mil millones de pesos. ¿Lo necesitábamos? Por supuesto que no, pero parece que el presidente sí para desviar la atención de la mala planeación para enfrentar la pandemia.
López Obrador tiene a sus olvidados, de quienes nadie hace tendencia, de quienes nadie habla, pero que están ahí: Niños con cáncer con carencia de medicamentos, falta de insumos médicos para los profesionales de la salud, y ciudadanos que perdieron su empleo a causa de la contingencia.
En las redes no vemos que funcionarios se apiaden de esta gente, esa misma que forma parte de la población que gobierna López Obrador, aunque no hayan votado por él, o estén de acuerdo con sus incoherencias. ¿Ustedes conocen a alguien de la política que haya tenido una sola muestra de solidaridad con los niños mexicanos que tienen cáncer y sufren por la falta de medicina?
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Y eso es lo verdaderamente relevante ahora, aquí, en plena mitad de un tragicómico 2020. Pero a Andrés Manuel le importan más las persecuciones políticas, como este supuesto fraude con facturas falsas en la que participaron funcionarios de Hacienda de la administración de Enrique Peña Nieto y otros políticos y a esos sí les van a meter denuncias.
¿De qué nos sirvió que haya llegado un cargamento desde Argentina, si solo es para un mes, para todo el país y tratamientos oncológicos? La misma Secretaría de Salud dijo que sí se han comprado medicamentos, pero que eso no asegura el abasto suficiente y adecuado para tratar a los pacientes oncológicos infantiles.
Incluso el pasado 11 de junio había algo de esperanza cuando en una reunión con padres de familia de estos niños la secretaría iba a firmar un acuerdo que garantizara el abasto de las medicinas, pero la dependencia dijo que no se podía comprometer.
Lo más desgraciado, en términos de que pareciera que no puede ser peor, es que el gobierno mexicano no cuenta con un censo de los menores que padecen cáncer en el país. Ellos son los olvidados del gobierno de López Obrador y compañía.
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Gracias a la vida.
