Sarahah: La app para aduladores y detractores

13 agosto, 2017

La palabra “Sarahah” traducida al español equivale a “honestidad” y “franqueza”. Bajo esos principios fue que el programador árabe Zain Alabdin Tawfiq creó un sitio web cuyo objetivo era mejorar las condiciones laborales a través de críticas constructivas anónimas. El anonimato del mensaje aseguraba que no existirían represalias contra los trabajadores que expresaran algo negativo de sus jefes.

Sin embargo, en los últimos días las redes sociales han sido invadidas por adolescentes que invitan a sus amigos, seguidores y desconocidos a realizar un comentario que vaya directo a su bandeja de entrada en una nueva app. ¿El motivo? Simple: Sarahah no registra ­–supuestamente– ningún dato de quien emite un mensaje, por lo que el receptor nunca sabe quién le dijo qué.

Tal vez sea una cuestión generacional, pero no encuentro motivos para ser parte del número total de descargas que suman 3.88 millones en territorio norteamericano registradas en julio –aunque la app se lanzó en febrero–, con lo que supera las alcanzadas por Netflix y WhatsApp.

No encuentro razón de porqué Sarahah no permite que el usuario responda los textos que recibe. Esto representa un peligro, pues no faltan los aduladores que suben la autoestima de quien lo necesita, pero también están los ‘haters’, quienes al saber que no hay forma de ser descubiertos, envían mensajes con malas intenciones.

Recordemos, son adolescentes quienes descargan la app y esperan recibir mensajes favorecedores, pero si sucede lo contrario y se llega al acoso y hostigamiento, ¿a quién se va a culpar? ¿A quién descargó la app? ¿A ‘alguien’ que molestó a tal grado de causar daño?

La existencia de este tipo de redes ya no aporta nada. Al no entender su origen y darle un uso distinto al original, parece que lo que importa es que algún ente te diga que luces bien, que tu vida es envidiable. No necesitamos una app más para comunicarnos. Necesitamos valor para hablar, decir las cosas y asumir la responsabilidad de las palabras que usamos. Ahí radica lo valioso del mensaje.

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Redactora de a ratos, creativa de siempre. Ama las plumas de las aves y cree que con ellas se puede escribir una nueva historia cada vez. Le gustan los altos vuelos porque desde arriba la perspectiva es mejor para relatar el mundo.

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