Aquí sólo el Gallo canta

Su cuerpo quedó inerte en las escaleras del metro. Corrió varias calles, se ocultó por varios meses y ni así escapó de la muerte. Un charco de sangre cubrió la estación de la línea verde del Sistema de Transporte Colectivo. Potrero fue la última morada. Los curiosos no se hicieron esperar, cambiaron su ruta para ver al muertito del día que pegó la corretiza nomás de ver a un muchacho con gorra negra y sudadera blanca con letras grandes “Dolce Gabbana”. -¡Vas a valer madre!, grito iracundo el hombre que lo perseguía Pedazo de metal, polvorín de muerte, ardiente, peligroso, … Sigue leyendo Aquí sólo el Gallo canta