ZimmermanComo huyendo de algo o alguien
Nos escondemos en medio de la lluvia de verano,
Aquella que se espera alegremente en primavera,
Recuerda en otoño y olvida en invierno.
¡Vaya situación la nuestra!
Ni una sola alma pensaría,
Ni siquiera en el más inusual de los escenarios,
Vernos así.
La envidia de lo nuestro ante lo ajeno es tal que nadie miró,
Como guardando aquella postal bajo llave,
Que nadie la pudiera contar.
Tan colindantes,
Imposible encontrar aquel punto que nos separara.
Como hallar en el horizonte
Donde termina el cielo y comienza el mar.
Separados por la nada en ser,
El mirar ininterrumpido de dos pares de luceros,
Uno rodeado de estrellas, el otro enorme como la luna,
Simulando el clímax de una noche despejada.
Los brazos entre lazados,
Culminando con un fuerte apretón de manos,
Aferrados como la raíz de un viejo roble a la tierra.
Los labios separados únicamente por el cuerpo,
En la mente ya somos nuestros.
Nos negamos a la dicha,
Como quien espera a casi morir para ser resucitado.
Ni que decir de nuestro pensar.
Deseamos lo mismo,
Queremos lo mismo,
Nos impedimos lo mismo.
Pareciera un acuerdo,
Uno que no tardará en romperse.
Nosotros impensablemente cercanos,
Tan lejos de los otros,
Rodeado del exterior para el cual somos invisibles
Y del que tanto tememos.
Qué gritan mis ojos,
Qué callan mis labios,
Qué susurran mis manos,
La misma palabra que anhelas pero a la vez evitas:
Bésame.
