Frida GuerreraPara todos fue fácil juzgarla, sólo rumorear, ese afán enfermizo de querer suponerlo todo, pero ella no ocultaba nada, cargaba todo el peso del pasado en su mirada, no pretendía la lástima de nadie, con coraje se amarraba las lágrimas y se vestía de esa sonrisa única.
-Edwin Vergara, escritor y poeta
Karen Ailén Grodziñski nació el 6 de junio de 1994 en Roque Sáenz Peña en El Chaco, Argentina, rodeada de un cinturón de pobreza. Ahí no son raras las cabañas de adobe o con paredes formadas por esteras; la mayoría de la gente -sobre todo población indígena- sobrevive entre basura y enfermedades de la pobreza, aquellas que se creían desterradas, como el dengue, la tuberculosis o la fiebre amarilla, que se mantienen en esa parte de Argentina. Ahí nació y creció Karen, junto Karina (su madre), su abuela y tía.
Más allá de todo el glamour y la serie de rumores que se generaron en torno a su vida, Karen es recordada por amigas y compañeras cercanas como una mujer dadivosa y confiada; su sueño máximo era ser cantante.
En agosto de 2015 llegó a México para dedicarse a la música en algún lugar en Puerto Vallarta, en Jalisco, hecho constatado con sus familiares y amigos en Argentina. Ahí, en Jalisco, vivió durante un mes y después arribó a la Ciudad de México. Karen quería superarse y, al buscar alternativas para financiar su carrera artística y musical, consiguió crecer y relacionarse con gente que la podía ayudar a conseguir su sueño. Se inscribió en academias y realizó diversos castings como promotora.
Recién llegó al país parecía una niñita que disfrutaba todo, hasta se vestía de todos los colores. Y cuando sus amigas le preguntaban, ella les hacía saber que quería usar todo porque se veía linda. Su sueño se estaba realizando.
Y realmente era bella, una mujer bonita que, más allá de hacer dinero, quería ser famosa, pero no para alimentar su ego. En 2015 participó en una campaña fotográfica para resolver el hambre en Chaco y un body painting en Yaguareté para acabar con la matanza animal.
Quería poner los ojos del mundo en su pueblo natal. Su deseo más grande era que se vislumbrara el nivel real de pobreza y marginación en la que vive su gente.
Las mujeres en su natal Sáenz Peña no tienen mayor esperanza que ser la esposa de alguien. Karen quería ayudarlas para que llegaran educación, alimento y hospitales al lugar, así como prevenir la violencia con la que viven las mujeres y los niños en el Chaco. Quería hacer ver el territorio para que la denigrante situación de su tierra se dignificara un poco.
Según detalles de sus compañeras, Karen era buena, una chica inocente que pensaba que todos eran como ella. Creía firmemente en el karma y cómo la vida te regresa lo bueno o malo que haces; también era generosa en demasía, por eso estaba segura de que nunca le pasaría algo malo.
La mayoría de sus acciones eran nobles: “Si le decías que no tenías dónde vivir, ella te abría las puertas de su casa; si veía indigentes en la calle o alguien que necesitara ayuda, ahí estaba Karen comprándoles algo de comer o dándoles una moneda”.
Más que hablar de la vida que Karen llevaba -y que para muchos es criticable- siendo modelo, bailarina y cantante, pretendo hacerle extensivo lo que sus amigas y compañeras me hicieron saber. La solicitud fue clara: “¿quieres hablar de ella? Cuenta por qué quería ser famosa. Karen no era la típica mujer frívola, más allá de eso tenía ideales”.
No trato de mostrar una mujer virginal en este texto. Prácticamente todo el país conoce del asesinato de Karen, pero no de quién era antes de que la vida le fuera arrebatada el 27 de diciembre de 2017.
La fama, ocupación, nacionalidad, estatus económico y el aspecto físico no determinan quién debe o no ser criminalizada. Debemos tratar de ver más allá: son mujeres.
Karen era una mujer de 23 años, hija de Karina y Marcelo. Según detalles de sus compañeras, era fácil quererla. Lo que pretendo es que entendamos que todo feminicidio va más allá de una imagen o forma de vivir la vida. Karen no andaba buscando ser asesinada, así como ninguna persona busca ser lastimada.
Lo que debe ocuparnos no es culparla, sino entender y sentir el dolor de haber perdido a una mujer que tenía sueños, sin importar si tuviera un espectacular cuerpo y una linda cara. Ella era una mujer solidaria, un ser humano de los que duele perder.
¿Qué pasaría si fueras tú? ¿Qué te gustaría que dijeran de ti? Todos tenemos una historia que es buena para muchos y mala para otros. Pero lo importante es dejar de señalar como responsables de sus propios asesinatos a las mujeres e, incluso, a las familias de esas mujeres. La historia se repite una y otra vez, pero la culpa es únicamente de las personas que deciden aniquilar.
Karen descrita por ella misma
“Luchadora con 20 años que piensa a mayores, a futuro que piensa en ella, que pienso en mí. voy por la vida sonriendo, llevando mis energías buenas a donde voy, muchas mentiras, imágenes, chismes dando vueltas no pudieron detenerme, porque de eso se trata, de ser fuerte contra todo, de ir contra todas las piedras que se presentan en este camino. Gracias totales por su ayuda, por su crítica, por su aliento y admiraciones, hoy me siento tan orgullosa de mi contenta y cada vez más decidida de lo que quiero. Ojalá Dios y la vida me premien son solo meses de luchar. pero así tarde 30 años a mi fin voy a llegar de ser feliz arriba del escenario de un teatro como de chiquita lo quise. Gracias les abro mi corazón a todos, les doy mi perdón, pido disculpas por no entender esta misión a su ignorancia, y les digo sueñen y luchen, soñar no cuesta nada y no duerman siesta luchen por ese sueño, por ese trabajo, por ese sueldo. Besitos; Dios bendiga a todos”
Escrito tomado del Facebook, 22 de abril de 2015.
Karen Ailén Grodziñski fue asesinada el miércoles 27 de diciembre de 2017, en una habitación del hotel Pasadena, ubicado en avenida Revolución número 82, delegación Benito Juárez, en la Ciudad de México. Hasta el momento, y luego de una serie de irregularidades de la Procuraduría de la CdMx en la investigación, no hay ningún detenido.
Enero 2018
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