Frida GuerreraDulce Lilian Pillado Ramírez tenía 20 años cuando fue asesinada, era madre de un pequeño de tres años que fue testigo de su feminicidio.
El 1 de agosto de 2019 fue asesinada dentro de su departamento en Coacalco, Estado de México.
Hasta el momento Selene y Víctor, sus padres, siguen esperando respuestas de la Fiscalía del Estado de México.
Abraham, el presunto responsable de su feminicidio, continúa prófugo.
No hay día en que sus padres esperen esa llamada, donde les informen que ya lo han detenido, sin embargo, los minutos, las horas, los días, meses y años carcomen el alma y la esperanza de justicia.
Para la familia de Dulce, las fiestas decembrinas se han convertido en recuerdos de aquellos tiempos de felicidad, cuando se abrazaban, cantaban y reían juntos.
Momentos que les llenan en muchos instantes de risas que se mezclan con lágrimas y en esa paradoja de dicha por haberla tenido se conjuga el dolor de perderla en manos de quien se supone la amaba.
Una vez más las líneas de la ausencia, que así como este frío, calan no el cuerpo, la ilusión.
Carta a mi Dulcecito
Sé que no te puedo ver, no te puedo abrazarte, ni un beso más.
Solo quiero recordarte que siempre estás en mi mente y mi corazón y de ti espero tus cuidados para tu hijo y tu hermanita que tanto te extraña mi hermosa Abril.
Sé que algún día estaremos juntas y que desde cielo nos cuidas y aunque pasen los años nunca te olvidaré mi amor.
Mi niña lo único que puedo estar segura que te amo con todo mi ser Dios me dio la oportunidad para protegerte cuidarte perdón si no lo logré.
Dale las gracias a Dios por darnos la alegría de ser abuelos por segunda vez. Sé que será igual de importante en nuestras vidas igual que tu hijo.
Te amo, Dulcecito, y te extraño mucho.
Mamá.
Diciembre 2023
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio, son con autorización y acompañamiento de las víctimas. Porque solo somos la extensión de su grito de justicia.
