Estamos ante una “oportunidad histórica” para que el PRI renazca como partido y como institución política que realmente sea opositora a la 4T. Pensar bien el voto de la Reforma Eléctrica puede sepultarlos o dinamitarlos.

La propuesta, en todo sentido para favorecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de Manuel Bartlett, necesita de la aprobación en las Cámaras por dos tercios de los legisladores (lo que se llama mayoría calificada), por lo que Morena y sus aliados necesitan el apoyo de otra fuerza política para lograrlo.

De ahí la presión al tricolor, puesto que de irse con el partido en el poder, encaminaría una “alta traición” al principio por el que ganó (¿?) algo en las recientes elecciones, de los brazos del PAN y las manos del PRD.

De votar en contra, daría marcha atrás a la propuesta de Andrés Manuel López Obrador, que busca que la CFE tenga 54 por ciento de participación en el mercado de energía eléctrica y dejaría a la iniciativa privada 46 por ciento; en la actualidad la Comisión tiene un límite de 35 por ciento. Esto es, que el Estado vuelva a tener el control de la energía.

El PRI tiene enfrente la opción para que miles de mexicanos le crean que puede ser la diferencia, ya no hablamos de que sean como antes (lo que sea que eso signifique para quien lo entienda), sino que sepa hacerse como una fuerza opositora. Una que no le haga daño al país como el PAN y su esquema retrógrada de política, y una más llamativa que un PRD “agarrado de las uñas” para no desaparecer.

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El tricolor sabe que tiene lo suyo, ni fue tan malo pero tampoco pecó de soberbio. En 70 años en el poder, fue el que expropió el petróleo, la energía eléctrica, el que creó el IMSS, el ISSSTE, el Banco de México y demás instituciones. Ya si le cuento de las reformas estructurales del sexenio pasado quizá me lleve insultos, pero sentaron bases para la transformación del país y, de no haberse dado, no estaríamos aquí dialogando.

334 será el número mágico para que Morena gane, 2021 es otro, este año, para que el PRI piense a fondo, reviva y se la lleve con calma hacia 2024. Bien lo dijo Alejandro “Alito” Moreno, su líder: “No hay prisa, nadie presiona al PRI, nadie”. Ojalá sea así, que actuar y pensar en consecuencia, sería muy morenista de su parte. Y si se tienen que ir algunos por votar a favor, que se vayan.

En cuanto a la voz de la IP, está claro: La Reforma Eléctrica que plantea López Obrador les va a cerrar la inversión porque sería una expropiación indirecta. Y este gobierno pierde estrellas, pues entre 2018 y 2020, la Inversión Extranjera Directa (IED) se desplomó 90 por ciento, al pasar de cuatro mil 988 millones de dólares a 512 millones.

Este país requiere de manera urgente desarrollo y crecimiento, por lo que se deben abrir las puertas a quienes confíen en traer su capital y generen empleos. Eso y más implica tomar una decisión acertada desde el PRI.

Una tras otra

Ahora resulta que, el frontman de las manifestaciones, el opositor más legendario para México, el que cerró Reforma por no aceptar su derrota, quien ha sostenido pancartas y lanzado acusaciones a “zurda y siniestra”, tiene miedo de ir al Senado a entregar una medalla a su amiga, Ifigenia Martínez, por un tuit de Lily Téllez. Si no sabes de quién hablo, busca al único mexicano que vive en un Palacio.