Narciso Cuevas QuirozRecuerdo que hace un año entrevisté al profesor Efraín Hernández Del Valle con respecto a su percepción de la izquierda en México, su respuesta fue tajante y contundente: “En México no existe la izquierda, (…) en ningún otro país es posible ver una alianza entre un partido de derecha (PAN) y uno de izquierda (PRD), como ya se ha visto en gobiernos locales, no dudaría en verlos juntos en las próximas elecciones”.
Como si aquellas palabras fueran un presagio, el pasado cinco de septiembre el PAN, PRD y MC (Movimiento Ciudadano), formalizaron la creación del Frente Ciudadano por México, el cual buscará poner fin al régimen político vigente y tener presencia en el Plan Nacional de Desarrollo.
Aunque por el momento han reiterado que el frente ciudadano se conformó sin ninguna intención electoral, la opinión pública demuestra lo contrario, algunas casas encuestadoras han realizado estudios de opinión que ponen como favorito a un posible candidato de esta alianza.
De acuerdo con Consulta Mitofsky, el 21.2% votarían por el frente ciudadano, con 4.8% de diferencia de López Obrador, quien hasta el momento se mantenía como favorito.
Por su parte, días antes de la conformación del frente PAN-PRD-MC, el pasado tres de septiembre, Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de Morena y virtual candidato presidencial, firmó el Acuerdo Político de Unidad Nacional, en el cual, ex-perredistas, actores y empresarios mostraron su respaldo hacia el proyecto que tiene López Orador para las próximas elecciones.
Cabe destacar que, durante su mitin en el monumento a la revolución, Andrés Manuel habló de una guerra sucia que se avecina en su contra, ya que en lo que va del año, diferentes medios han señalado que, de llegar a la presidencia, México se convertirá en una nueva Venezuela:
“Nosotros nos inspiramos en Hidalgo, en Morelos, en Juárez, en Villa, en Zapata, en Madero, en el general Lázaro Cárdenas del Río. Ni Maduro ni Donald Trump. Somos un movimiento que se inspira en lo mejor de nuestra Historia”.
El objetivo común de ambas fuerzas es sacar al PRI de los pinos, el cual, agota los recursos posibles para seleccionar a un candidato que les permita perpetuar el poder, entre los nombres que suenan se encuentran personajes como: José Narro, Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila y José Antonio Meade, este último fue bien recibido en la vigésima segunda asamblea nacional del partido tricolor.
Cabe señalar que es el PRI el partido que ha tenido menor aceptación por la ciudadanía, quienes recriminan la inseguridad y violencia que acrecentó bajo la administración de Enrique Peña Nieto, de acuerdo con una encuesta realizada por GEA-ISA, este sólo cuenta con el 19% de aprobación.
Ante este panorama, las próximas elecciones resultarán decisivas para consolidar un proyecto de nación diferente, algo similar, quizás, a las elecciones de 2006, donde la campaña de odio terminó dividiendo a la población.
Aunque quedan diez meses para conocer al nuevo presidente, dada la condición del partido en turno, virtualmente esta contienda se decidirá entre la coalición del frente ciudadano contra la alianza Morena-PT. Ambos bloques han dejado en claro que no permitirán que se siga lucrando en las elecciones, refiriéndose a la coacción del voto, ya que las elecciones locales realizadas en este año fueron muy cuestionadas por la opinión pública.
Por otra parte, claro está que el pueblo mexicano se encuentra cansado por las medidas implementadas por los últimos gobiernos, dada esta situación, la abstención electoral y anulación del voto es una vía que algunos sectores de la sociedad han encontrado para manifestar su inconformidad.
No obstante, mara volver la tranquilidad a México se necesita la participación de todos los sectores de la población, sin duda alguna, el futuro presidente tiene en sus manos reestructurar un país que, se ha acostumbrado a “aguantar”, como nos define Clotaire Rapaille en su obra, “El verbo de las culturas”, y continúa estando “en llamas”…
