Rodrigo GutiérrezEl virus no ha detenido la violencia en el país, los cárteles del narcotráfico han roto el confinamiento y surgen organizaciones con el sello “Nueva Generación”, a la par que el presidente llama a las Fuerzas Armadas a realizar labores de seguridad pública
La violencia en México no está en cuarentena, la pandemia de coronavirus (covid-19) y su premisa de quedarse en casa no ha detenido los asesinatos en territorio nacional. Durante el primer mes que el país vivió con el covid-19 en las calles, los asesinatos aumentaron.
En marzo pasado se registraron 3 mil 79 asesinatos y feminicidios, 130 más que los registrados en el mismo mes del año pasado, cuando sumaron 2 mil 948, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Por si fuera poco, en los últimos meses han surgido nuevas organizaciones criminales, cárteles endémicos que presumen el sello de “Nueva Generación”, de los cuales dos de ellos están abiertamente ligados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Cártel Zicuirán Nueva Generación
Durante la segunda semana de mayo, en redes sociales comenzó a difundirse un video donde aparece un grupo de hombres fuertemente armados, usando equipo táctico, pasamontañas y ropa oscura con las letras CZNG pintadas en el pecho.
Dicen ser miembros del Cártel Zicuirán Nueva Generación, de ahí las siglas, y aseguran formar parte del CJNG.
Zicuirán es una región del municipio de La Huacana en Michoacán que se encuentra muy cerca de los límites con Guerrero, colinda con Apatzingán y Pátzcuaro.
En la grabación lanzan amenazas contra el presidente Andrés Manuel López Obrador; el gobernador Silvano Aureoles; el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo; y las Fuerzas Armadas, particularmente el Ejército Mexicano.
Llaman a las autoridades a no entrar a los municipios de La Huacana, Tumbiscatío, Arteaga y Nueva Italia, en Michoacán, donde operan, de lo contrario derribarán aeronaves y quemarán unidades oficiales.
Nuevo cártel Zicuirán Nueva Generación aliado al CJNG le manda saludos al presidente #AMLO, a Silvano Aureoles y Durazo, le pide al Ejército Mexicano que no ingrese a La Huacana Michoacán por tierra ni por aire. Amenazan con derribar aeronaves y quemar vehículos si ingresan pic.twitter.com/rWDDdT1fzt
— BALAM. (@OfficialBalam) May 14, 2020
Cabe mencionar que en los últimos meses, el CJNG ha protagonizado varias disputas con organizaciones locales por el control de Michoacán, varias de ellas sus aliados anteriormente.
Por ejemplo, “Los Viagras”, un grupo de autodefensas que, luego de sacar a los “Caballeros Templarios” de la región, comenzaron a dedicarse a la delincuencia organizada y, en algún momento, rompieron con los de Jalisco.
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Caso miliar con “La Familia Michoacana”, lidereada por los hermanos José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias «El Fresa», y Johnny Hurtado Olascoaga, alias «El Pez».
Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del CJNG, se alió con ellos mediante su compadre Jesús Méndez, «El Chuchín», hijo de José de Jesús Méndez Vargas, “El Chango Méndez”, uno de los fundadores de “La Familia Michoacana”.
Cuando las autodefensas sacaron a “los “Caballeros Templarios”, el CJNG llegó a Michoacán e hizo a la entidad su bastión con ayuda de estos y otros grupos criminales locales, mismos que ahora le hacen frente.
La violencia ha sido tal en el estado que los movimientos de autodefensa han vuelto a surgir en la entidad.
La importancia de esta entidad para el narcotráifco es por diversos factores como el sembradío y trasiego de drogas, pero sobre todo por el control del puerto de Lázaro Cárdenas, principal entrada de mercancía ilegal proveniente de Asia, como los precursores químicos para drogas sintéticas; metanfetamina y fentanilo.
En marzo pasado los asesinatos y feminicidios en Michoacán aumentaron un 85% en comparación al mismo mes del 2019, al registrarse 217 casos, 100 más que los 117 registrados el año pasado.
Cártel San Luis Potosí Nueva Generación
Durante la conferencia mañanera del viernes 6 de marzo, en San Luis Potosí, cuando el covid-19 ya estaba en el país, el almirante José Rafael Ojeda Durán, titular de la Secretaría de Marina (Semar), expuso un mapa de cárteles que operan en la entidad potosina.
Uno de los principales descubrimientos que arroja la Semar es la existencia de un grupo criminal endémico del estado potosino: el Cártel San Luis Potosí Nueva Generación (CSLPNG).
De acuerdo con el mapa de los cárteles en la región, este CSLPNG opera de forma muy ligera en los municipios de Ciudad Valles, Taumín, San Vicente Tancuayalab y Tanquián de Escobedo, en los límites con Veracruz.
La presencia de este CSLPNG es en zonas donde el Cártel del Golfo y “Los Zetas Vieja Escuela” tienen mayor operación. Se desconoce si esta organización tiene algún vínculo con el CJNG.
Su líder, detalla el documento, es Jorge Luis Soni Bulos, miembro de una familia ampliamente ligada a la política local de San Luis Potosí. Él fue candidato a alcalde de Tanquián de Escobedo, abanderado por alianza con el PRD-PAN-PT.
En tanto, Óscar Soni Bulos, su hermano, fue presidente municipal de San Antonio, también en San Luis Potosí, abanderado por el PRI; durante su gestión fue acusado de recibir dinero de empresas para entregar contratos del ayuntamiento.
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Otro de sus hermanos, Jesús Soni Bulos, fue edil de San Vicente Tancuayalab, y al final de su administración fue señalado por sus contrincantes políticos de realizar amenazas y condicionar el voto a cambio de beneficios de programas sociales. Su hijo, Jesús Josué Soni Cortés, es el actual alcalde de dicho municipio.
Dos de los tres municipios gobernados (o donde intentaron gobernar) por los Soni Bulos son donde el CSLPNG registra presencia.
Un tercer hermano, Juan Carlos Soni Bulos, fue detenido en noviembre de 2013 por elementos de la Semar acusado de tráfico de armas. Sin embargo, 15 meses después fue absuelto, acusó detención arbitraria, tortura y demás violaciones al debido proceso por parte de los marinos, desde entonces es defensor de los derechos humanos.
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Jorge Luis, el líder del CSLPNG, y Óscar fueron detenidos por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en febrero del 2016 acusados de portación de arma. También fueron liberados al poco tiempo.
Por si fuera poco, Jorge Luis Soni Bulos recibió al menos en 2016 y 2017 apoyo gubernamental tanto del gobierno de San Luis Potosí como de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
En 2016 recibió 200 mil pesos de las autoridades federales para la adquisición de tractores; al año siguiente tomó 16 mil 150 pesos, 3 mil 230 pesos del gobierno postino y 12 mil 920 del gobierno federal para infraestructura en materia ganadera.
El secretario de Marina sólo explicó que la presencia de cárteles en San Luis Potosí se debe principalmente a los estados que lo rodean, mismos que sufren violencia originada principalmente por el narcotráfico, como lo son Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Guanajuato y Jalisco.
En San Luis Potosí el número de asesinatos y feminicidios prácticamente se ha mantenido. En marzo pasado se registraron 51 casos, sólo uno menos que los 52 registrados el mismo mes del año pasado.
Cartel Tijuana Nueva Generación
Quizá el primer “Nueva Generación” surgido tras el auge criminal del CJNG se dio en Baja California. En marzo del 2019, un ruptura en el Cártel de Tijuana, creó dos bandos el Cártel Arellano Félix (CAF) y el Cártel de Tijuana Nueva Generación (CTNG).
El CAF está formado por miembros de dicha familia, quienes han liderado históricamente la organización, pero debilitada debido a la neutralización de los mismos como Benjamín, Francisco Javier y Ramón Arellano Félix; el primero detenido y lo últimos dos asesinados.
Su actual líder es Enedina Arellano Félix, la única de los hermanos que aún sigue operando en libertad.
El CTNG está formado por algunos desertores del cártel de Sinaloa y exmiembros de los Arellano Félix y adheridos al CJNG, quienes utilizan a Tijuana como uno de los principales puntos de cruce de droga a los Estados Unidos.
Incluso, el CJNG, según la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), es el único cártel que cruza su mercancía ilegal por los tres principales puntos de cruce: Tijuana, en Baja California; Ciudad Juárez, en Chihuahua; y Nuevo Laredo en Tamaulipas
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De acuerdo con el Semanario Zeta, Héctor Manuel Morales Guzmán, apodado como “El Gallero”, es el líder del CTNG. Él es compadre de “El Mencho” y el único antecedente criminal con el que cuenta es el de posesión de armas en 2012.
Su círculo cercano se encuentra, en otros, a Jesús Alfonso Trapero Ibarra, “Torrentegui Ramos”, expolicía municipal y exintegrante de los Arellano Félix; y Jesús Rafael Yocupicio, “El Cabezón”, desertor del cártel de Sinaloa.
En un año, los asesinatos y feminicidios en Baja California aumentaron un 25.7%, al pasar de 194 casos en marzo del 2019 a 244 en el mismo mes de este año, es decir 50 crímenes más.
Las Fuerzas Armadas al ruedo, de nuevo
Contrario a su discurso, el presidente invocó el Artículo 5 de la Constitución, reformado por el Congreso cuando se discutía la aprobación de la Guardia Nacional, en el que autoriza a las Fuerzas Armadas a realizar labores de seguridad pública.
Es decir, lo que sus predecesores, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón no pudieron y tanto repudió, Andrés Manuel lo hizo realidad: la militarización.
La decisión del López Obrador sólo evidencia el fracaso de la Guardia Nacional, un engaño que en FrojiMX ya habíamos adelantado, que buscaba reemplazar a la Policía Federal, con un enorme sazón militar.
El presidente no ha podido pacificar el país, 2019 fue el año más violentos de la historia reciente de México y 2020, con todo y pandemia, parece romperá el mismo récord que no para de rebasarse desde 2017.
La decisión de no sólo seguir con las Fuerzas Armadas en las calles, sino sustentarlo en la Constitución, contradice también el discurso de que la “guerra contra el narcotráfico” ya terminó, pues son los propios cárteles los que rebasan a las autoridades civiles.
Mientras, el presidente sólo llama a los abrazos y a la reprimendas de las madres para combatir a los capos de la droga.
Y cuando intenta hacerlo con las fuerzas federales resulta un fracaso, tal es el caso del «Culiacanazo», el operativo fallido contra Ovidio Guzmán, el hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
Andrés Manuel López Obrador no da signos de reacción, por lo menos diferentes a las que ya hemos visto en los últimos años, ante la violencia que cubre el país. En tanto nuevos cárteles, cada vez más locales, surgen para perturbar la paz de los mexicanos.
