Daniel CallejasAndrew Cuomo renunció como gobernador de Nueva York tras varias acusaciones de acoso sexual en su contra este martes. Sí, en Estados Unidos pesa la vergüenza política y la reputación personal se hace a un lado en favor de la justicia.
Apenas unos días atrás, Cuomo era señalado y ahora, como debe ser ante un escenario que tiene pruebas y testimonios, tuvo que salir a decir que “la mejor manera en la que puedo ayudar es haciéndome a un lado y permitir que el gobierno vuelva a gobernar”.
Mientras que en México los intocables de Morena están escondidos tras su falsa vanidad. Ahí está Saúl Huerta, acusado de abusar sexualmente de un joven de 15 años, y que descaradamente tenía fuero, por lo que no se le podía aplicar todo el peso de la ley.
María Guadalupe Lezama, la mamá del adolescente, señaló que la posición de los legisladores, principalmente los de Morena, ha sido de “tapadera” y que habían retrasado el desafuero para librarlo de que sea sentenciado y meterlo a la cárcel.
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Pues bien, hoy 11 de agosto se prevé tomar el tema en el que los peritajes, análisis de las carpetas de investigación y sobre todo los testimonios, por lo que el desafuero a Huerta está cantado. Es el inicio del hilo a cocer, pues debe seguirse un proceso que lo lleve ante la ley la justicia y, como eco, a que Morena piense que es mejor no seguir defendiendo a personajes de su militancia que caigan en violencia de género.
No quisiéramos, guardadas las medidas, que Saúl Huerta quede impune y se convierta en el Félix Salgado Macedonio de la era post Andrés Manuel López Obrador, ya que no se nos ha olvidado que enfrenta denuncias por abuso sexual. Irónicamente, ninguno de los dos tiene el valor moral de Andrew Cuomo para renunciar a sus privilegios políticos a favor de la justicia, en el gobierno que prometía ser diferente.
Niegan todo, se postulan a grandes cargos y olvidan a las víctimas que dejaron atrás. No sienten nada por quienes confiaron en ellos, solo cuando necesitan el voto en periodos electorales. Y peor aún, dicen que las familias mienten y echan tierra con lo que llaman “campaña sucia”, cuando quienes hicieron todo mal, fueron ellos.
Hoy, queda ver si hay esperanza de combatir, como lema de lucha que ha cantado Morena desde sus inicios, a la corrupción e impunidad y le da su merecido a Saúl Huerta. Si no sucede, estamos ante más de lo mismo.
LIBERTAD
El presidente López Obrador reía y gozaba en Juárez de la canción “Déjame vivir”, de Rocío Durcal y Juan Gabriel, dedicada para los medios de comunicación que lo critican, en un nuevo enfrentamiento con la prensa. Al mismo tiempo nos enteramos de la amenaza real del CJNG y Rubén Oseguera Cervantes, “El Mencho”, a Grupo Milenio, en particular a Azucena Uresti, a lo que al día siguiente el mandatario sólo dijo que reprobaba las amenazas y esa manera de actuar. Pero, ¿quién creen que empieza con las agresiones?
Por eso, algunos medios nos unimos #PorLaLibertadDeExpresion, porque la verdad no se calla matando o amenazando periodistas.
No quisiéramos que Saúl Huerta quede impune y se convierta en el Félix Salgado Macedonio de la era post Andrés Manuel López Obrador
