El 14 de octubre de 2018, en casa de los Rivera Romero, en el Mirador, Visitación, Melchor Ocampo, Estado de México, cocinaron espagueti. Ese día la más pequeña de la familia, Valeria, estaba muy contenta: “Íbamos a comer cuando le pedí saliera a comprar un refresco, la tienda no estaba a más de 50 pasos de la casa, de la puerta se veía”, viviendo en un pueblo tan pequeño como Melchor Ocampo.
Adriana, mamá de Vale, no tenía por qué temer, además ahí todos se conocen y son buenos vecinos. Al pasar cinco minutos, Adriana salió a asomarse y ver si ya venía de regreso, no la vio, se dirigió a la tienda Vale nunca llegó. “En ese momento Frida, sentí que el corazón me dio un vuelco, le empecé a gritar. ¡Valeria!, ¡Vale!, ¡Por favor ayúdenme!”, fue el grito desgarrador.
Los vecinos de inmediato empezaron a salir, algunas vecinas le refirieron que habían visto que un hombre la jalaba, otra que la llevaba de la mano, pensaron que era su papá, otros más que tres sujetos se la habían llevado, la noticia se regó como pólvora, la mayoría de los vecinos salieron a buscarla, bloquearon el bulevar Centenario del Himno Nacional, ubicado frente a la presidencia municipal, y revisaron todos los automóviles particulares que circulaban por ahí, más tarde se unió a ellos la policía municipal, luego la regional y la estatal, peinaban la zona durante toda la noche estuvieron buscando a la niña de 12 años, entrada la mañana dejaron de buscar, aproximadamente a las diez de la mañana del 15 de octubre, un vecino que salía de su casa, vio entonces al pasar, el cuerpo de la niña muy cerca de su casa.
Medios nacionales e internacionales dieron cuenta del lamentable hecho, entrevistas aquí, allá, durante dos, tres, cuatro días. El 18 de octubre, Jesús, N. Fue detenido y vinculado a proceso el cual sigue en desarrollo.
Lo más indignante del suceso que enlutó y quebró a esta familia, fue saber que Jesús ya había sido detenido en otras ocasiones acusado de violación, de hecho, fue detenido en el año 2000 por el mismo delito y por homicidio, con una sentencia de 22 años, en febrero de este año fue liberado, ¿por quién?, se desconoce, ¿por qué?, tampoco se sabe, pero mucho hay por responder.
En el Estado de México fueron asesinadas a golpes, violadas, al salir a la tienda, en su casa, por padres, padrastros, madres, vecinos, aproximadamente 15 niñas menores de 14 años, en lo que va de este 2018, 97 en todo el país, vidas arrancadas que podemos documentar con notas periodísticas en la recopilación que hacemos todos los días, por lo que la estadística puede ser mayor.
Los medios de comunicación se olvidaron rápidamente del asunto, pocos han dado seguimiento. El 21 de octubre, un mensaje a mi celular, “Frida, soy la mamá de Valeria”, desde entonces Adriana y Jorge forman parte de las Voces de la Ausencia.
El pasado 12 de diciembre nos encontramos físicamente por tercera ocasión, gruesas lagrimas no dejan de rodar por el moreno rostro de Jorge, papá de Valeria, quien se siente culpable: “debía cuidarla y no estuve”; Adriana, por su parte, no deja de llorar a diario por su pequeña, por su güera, y al ser la voz de ellas, les dejo el texto íntegro de una carta escrita por Adriana y Jorge a la pequeña Valeria, que hoy los medios ya olvidaron, a la pequeña que hoy formar parte de esos fríos números para la mayoría.
Para mi hermosa y amada Valeria:
Naciste el 19 de febrero de 2006 fuiste la niña más hermosa e hija de mi vida, ¿sabes?, te extraño tanto, eras mi hija la más pequeñita, recuerdo tanto tus manitas gorditas y chiquitas, ¿te acuerdas, hija? olías a pollito mojado.
Recuerdo las tardes nuestras pláticas, hacer las tareas contigo. Mi vida, te fascinaba ir a la escuela, eras tan ordenada, tenías una letra muy bonita. Me acuerdo que te fascinaba exponer, decir los lunes las efemérides de la semana, tenías muy poquitas amigas porque eres muy especial, siempre hablabas con la verdad y directo eso me encantaba, mamita, pensabas como una niña grande.
Extraño tanto ver tu carita rosadita esos ojitos cafés tan hermosos, sabes mi cielo me estoy muriendo de tristeza todos los días para mí son iguales ya no le encuentro sentido a la vida.
Tú tan chiquitita y como cuidaste a tu abuelito sus últimos días, te desvivías, le sobabas los pies, lo acompañabas a todos lados, aunque chocará, porque ya no veía bien, le dabas sus medicamentos a la hora que fuera, en la madrugada, amabas a tu abuelito demasiado, tan chiquita, mi vida, eras una personita única muy inteligente y obediente. Te extraño, mi cielo, extraño esas tardes con tu papi, tus hermanitos, cuando jugábamos almohadazos, era divertido y hermoso. Cuando jugábamos lotería o dominó y cuando te tocaba morder el chile tu carita que hacías; esos hoyitos, hermosa, que se te hacían en tus cachetitos.
Mi pequeña bebé, sabes qué extraño en tantos momentos, cuando tus manitas acariciaban mi cara, te encantaba peinarme, esas pláticas de amigas, tus cartitas. Siempre que regresabas de la escuela me traías un dulce, o ese “mamita hermosa ya llegué, mami, te amo”.
Mami, extraño tu voz tan hermosa y esa risa que te hacía única; ese maldito día 14 de octubre de 2018 que te arrebataron de mi vida quería correr, volar, tener poderes, mami, fue y es horrible, hija de mi corazón. Perdóname por favor por no haberte ayudado, perdóname princesita hermosa, perdóname por no haber cumplido la promesa que les hacía; yo les decía ti y a tus hermanitos que siempre los iba cuidar y proteger, perdóname mi cielo, mi güerita chula estoy muerta en vida ya nada es igual y ya no será igual. Ya no río, ya no me arregló, a veces ni me baño, no como, a veces no duermo.
Valeria Rivera Romero, la niña más hermosa que Dios me prestó eres única te llevas mi corazón contigo, mi muñequita hermosa, no dejo de llorar, sabes, mi corazón se pone frío y me duele, el corazón también llora, y ese nudo en la garganta.
Dios, regrésame a mi niña por favor, o llévame con ella, es tan chiquita.
Mamita, tú perrita Luna te extraña, sus ojitos se pusieron tristes y tú tortuga ya no sale ni aunque llueva. Mami, te extraño demasiado y tu papi no tienes idea, sabes qué tú papi te ama demasiado, eras su bebé, era su consentida, y tus hermanitos.
Nos cambió la vida en un abrir y cerrar de ojos; mi vida ya no tiene sentido, hija de mi vida, perdóname, mi amor, ven por mí por favor.
Esta navidad no es navidad para mí es un día cualquiera como todos. ¿Sabes? Veo los juguetes y la ropa de niña, los aretes y diademas que te gustaban y no sabes me quiebro hija, bebé hermosa.
Esa fiesta de 15 años que tanto añorabas ya no será te cortartaron tus alitas, te truncaron tu vida mi cielo, eras una niña amada y feliz, te prometo hija que no voy a descansar hasta no vea a ese maldito sufrir y llorar mil veces más de lo que te hizo, hija, mi vida, mi chiquita te amo y te amaré toda la vida no te olvides de mí. Chiquita hermosa. Mi niña hermosa. Mi princesa, Mi Vale, te amo hija de mi corazón pronto estaremos juntas como decíamos juntas por siempre.
Tú mami. Adriana Romero.
Y así es como la vida se rompe de cachitos, como un feminicidio no solo las asesina a ellas, asesina a la familia completa, que hoy tendrán una silla vacía en su mesa, las luces navideñas lastimarán su corazón, porque hoy, ella ya no está.
Desde FridaGuerrera agradecemos que lean semana a semana, las historias de vida de mujeres y niñas que han sido asesinadas en este país, solo con el objetivo de que las conozca y entendamos que, en estas historias de vidas arrancadas, el único culpable es el asesino, y que usted, nos ayude a evitar que #NIUNAMÁS, deje de ser hashtag, para ser realidad. Esperamos que el próximo 2019, cada niña, mujer, niño, de este país dejen de ser asesinados. Nos vemos el próximo enero.
Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.
@FridaGuerrera
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