Columna Rota: Mónica tenía cuatro años; ella a nadie le importó

20 junio, 2019

“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”

Ryszard Kapuściński.

 

El 9 de junio de 2019 una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Ecatepec de Morelos, transitaban por la calle Sol de la Colonia Estrella de Oriente, en el Estado de México, cuando pasaron enfrente de uno de los de domicilios se percataron de que una pareja quienes golpeaban severamente a una niña pequeña.

Los uniformados se detuvieron a ver qué sucedía con la niña, fue cuando la pequeña empezó a convulsionar debido a la golpiza que le habían propinado, la tía política de la pequeña les hizo saber a los policías que no era la primera vez que golpeaban a la menor, por lo que ambos fueron detenidos y puestos a disposición de un juez para que determinara su estado legal.

Una blusa azul, con un dibujo de una muñeca en el pecho, los bracitos estirados llenos de moretones a lo largo del brazo derecho, en la mejilla derecha todavía se apreciaba la marca de una mano que seguramente fue descargada llena de furia, de intolerancia, una y otra vez en el cuerpecito, cruelmente castigado. La pequeña no paraba de convulsionar.

La nena fue trasladada por una ambulancia de Protección Civil al Hospital Regional 196 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Ecatepec. Sin embargo, y debido a la gravedad de sus lesiones, fue trasladada al Hospital de la Raza en la Ciudad de México.

La Titular del Centro de Justicia Para la Mujer de Ecatepec, Sandra Pacheco García, realizó las pesquitas para que los agresores no salieran de prisión.

Medios locales señalaron que los detenidos eran Verónica, de 24 años, y Ricardo, de 19 años, madre y padrastro respectivamente de la menor. La historia no quedó en la detención por “lesiones”.

Mónica Aidé nació el 24 de junio de 2014. Verónica se hizo cargo de ella, el padre –por su parte– no asumió la responsabilidad, por ello fue registrada con los apellidos de su madre.

Durante algunos años Verónica se mantuvo sola con Mónica, sin embargo, en abril de 2018, Verónica inició una relación de noviazgo con Ricardo, a los cuatro meses comenzaron a vivir juntos, primero en un lugar, luego en otro. Entonces tuvieron una bebé.

La pareja continuaba junta, aunque Ricardo le pegaba mucho a Mónica, la madre solo le decía que no le pegará así, sin embargo, el continuó agrediendo a la niña, en zapes, nalgadas, la aventaba, le propinaba puntapiés, golpes en la espalda. Verónica no cuestionaba los actos de violencia de su pareja, solo le decía que no le pegará así, pero la madre incluso también la agredía porque no se portaba bien.

En este contexto llegó el 9 de junio, cuando el enojo y hartazgo de Ricardo, más la violencia cotidiana, culminó con la golpiza contra la niña. La familia de Ricardo intentó intervenir en la detención, luego confesaron que ya sabían que ambos le pegaban mucho a la inocente, que casi todo el tiempo se la pasaba llorando, mientras ellos le gritaban y la violentaban.

El 13 de junio de 2019, cuatro días después, el pequeño corazón de Mónica dejó de latir. Su cuerpecito no logró resistir tantos golpes.

El enojo, coraje, impotencia llenan la mente, las dudas otra vez surgen. ¿Por qué no denunciaron antes aquellas personas que se dieron cuenta de esta violencia?, ¿Por qué a pesar de las decenas de moretones que vieron ya no solo en Mónica, también en la otra bebé, no hicieron más por evitar que una nena más viviera llena de terror, sin comer, llena de piojos, castigada frecuentemente hasta el desenlace fatal?

Tenía cabello negro, ojos medianos y almendrados, en algún momento la peinaban con trenzas, era una hermosa niña de cuatro años, que le próximo lunes cumpliría cinco, no, ya no los cumplirá, la apatía de quienes se dieron cuenta no lo permitió, la falta de responsabilidad del padre que decidió ausentarse tampoco, la falta de amor de su madre y la infamia de su padrastro no se le permitieron. Perdónanos, Mónica.

El 30 de abril en este mismo espacio le contamos la historia de Samanta, otra pequeña que también murió a causa de los múltiples golpes que le propinaba su padrastro y su mamá. Infinidad de casos han cimbrado a los medios de comunicación y redes sociales, sin embargo, pareciera la mayoría de la sociedad se ha convertido en mero observado del horror.

Días después, también de forma anónima, me llegaron videos dónde una mujer violentaba a su pequeña, mismos que informé siempre cuidando la integridad de la pequeña, dónde el objetivo principal era y sigue siendo denunciar al juez que dejó en libertad a esta mujer, a la que afortunadamente le quitaron a la niña, el proceso legal continua con la madre en libertad, y la niña con su papá, más una medida de restricción para que la agresora no se acerque a la bebé.

¿Cuánto le costó a Ecatepec convertirse en “Pueblo Mágico”?

En días pasado los indignados se horrorizaban publicando los videos y fotos de otra bebé que era violentada por su madre, en venganza del padre. Fue el mismo padre quien compartió todas esas evidencias, y así como el caso de Mónica que llegó desde el anonimato a mi correo, llegó el de esa pequeña el 17 de mayo. La gran diferencia es que no podía hacer mucho con denunciarlo en redes sociales porque esa bebé y sus hermanitos estaban en riesgo y nadie se atrevía a denunciar legalmente. Afortunadamente (luego de la denuncia que hizo el padre en redes sociales) los pequeños fueron recuperados por la Fiscalía del Estado de México, en colaboración con la Fiscalía de Hidalgo.

El día 17 de junio de 2019, Verónica y Ricardo fueron vinculados a proceso por el delito de lesiones en contra de Mónica. Ayer mismo otro echo horrorizante llego al chat de reporteros del Estado de México del que soy parte, una niña de dos años asesinada y dejada frente a su casa, de inmediato pregunté si ya había detenidos, la respuesta fue negativa. Pedí de manera respetuosa a mis compañeros y compañeras que NO difundieran la foto del sujeto, y la razón es simple. Al exhibirlo además de que violan sus derechos humanos (que lamentablemente tienen), la otra causa es que alerta de inmediato al presunto responsable, ayudándole más a él que a la víctima.

Afortunadamente la mayoría de mis compañeros no publicaron la foto del sujeto, y respetando la integridad de la niña editaron la foto al dar la nota. Sin embargo, una vez más en redes sociales, con tal de ganar likes, compartieron la foto del presunto responsable y lo más grave la imagen de la pequeña tal como fue encontrada, obviamente las caras de enojo, likes y contenido compartido fueron muchísimos.

Algo debemos hacer, algo debemos entender para tener ética y responsabilidad a la hora de divulgar, afortunadamente muchos de mis compañeros y compañeras la tuvieron, estamos tratando de entender que debemos aprender a informar con perspectiva de género, sin sensacionalismo, sin caer en la vulgar nota amarillista del momento, sin revictimizar a las víctimas directas e indirectas. Ponderando siempre la dignidad humana.

Sin embargo, las redes sociales no tienen freno y sin escrúpulos exhiben a las víctimas, escudándose en que al compartir ya están ayudando a las víctimas cuando esto no es real.

Al inicio de este texto cito al maestro Kapuscinski, el que por medio de sus narraciones nos hizo entender y aprender lo que era informar siempre apegado a la ética, respeto y amor por quienes interpretaba.

“Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”, Ryszard Kapuściński.

El mapa de las mujeres desaparecidas en Ecatepec

Y en esta frase anterior yo agregaría, para ejercer la libertad de expresión debemos ser buenos seres humanos, no dejarnos llevar por el amarillismo vulgar y ordinario, sin pensar en las víctimas, para denunciar (en redes sociales), necesitamos ser buenos seres humanos, tocarnos el corazón, pensar cada que compartes una imagen exhibiendo a una víctima, detenerte a verla detalladamente, cerrar los ojos e imaginar que es tu hija, tu hermana, tu bebita, que al darle clic a esas imágenes no la vas a ayudar, lo harás más denunciado a tiempo, lograras mucho más ayudando a las autoridades ejerciendo presión, sí denunciando pero no poniendo en riesgo ni el proceso legal, ni asesinando nuevamente a la víctima. 

He sido atacada en diversos momentos por personajes faltos de ética y moral, de personajes que hacen de la tragedia un espectáculo, un circo, sin respetar el verdadero dolor de las víctimas, aquellas que se quedan solas en casa, reviviendo el dolor, y que por estos personajes son olvidadas luego de dar su nota sensacionalista o compartir su publicación que tienen miles de (likes) cómplices.

La reflexión que haría sería nuevamente esta, llevamos más de 50 niñas asesinadas en lo que va de 2019, nos indignamos con aquellas que se vuelven “virales”. Nos sentimos bien y nos vamos a dormir cuando compartimos las imágenes de denuncia. Pero ¿por qué no nos atrevemos a intervenir cuando una niña o niño cercano a nosotros está siendo violentado?, ¿por qué no nos metemos cuando alguien pide ayuda a gritos?, ¿será que es más fácil acallar nuestras conciencias con nuestro ciberactivismo, que de verdad ayudar a prevenir que esto siga pasando?

El asesino de la niña de dos años que fue asesinada el 17 de junio de 2019, sigue prófugo, quién sabe cuándo sea detenido, estamos tratando de ayudar como sociedad civil desde este espacio, sin embargo, cada vez que los alertan cuesta más trabajo.

Mi trabajo es meramente en medios electrónicos, en redes sociales, tengo trece años haciéndolo, pero siempre apegada al respeto humano, a la solidaridad, a la sororidad y la necesidad diaria de dignificar a las víctimas, coadyuvando para que estos asesinos de verdad paguen, no, no soy la única somos muchas voces indignadas, pero debemos siempre, anteponer la ética, la responsabilidad, el respeto al momento de informar, o, divulgar. Eso lo adopte desde el primer día que inicié siendo la voz de quien me ocupe.

 

                                                                                                                   junio 2019

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.

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