Desde que era pequeño, notaba que. en el periodo de elecciones, un grupo de personas abarrotaban las calles repartiendo propaganda y pidiendo credenciales de elector a cambio de recibir un beneficio para nuestra colonia: pipas de agua, reducción de tarifas eléctricas, alumbrado público, pavimentación de calles, constituían una de las tantas ofertas por parte del partido que ha gobernado siempre el Estado de México.
Conforme fui creciendo, durante mi adolescencia denuncié en innumerables ocasiones estas prácticas a tal grado que en las elecciones presidenciales de 2012 fui amedrentado y amenazado por hacer una denuncia “anónima” desde un teléfono público, -cercano a la casilla electoral donde me tocó votar-.
Aún recuerdo aquel 2 de julio, cuando la victoria del presidente actual era inminente, formado en un hospital para realizarme estudios clínicos, escuchaba a las personas conversar sobre las elecciones, llamó mi atención una anécdota de dos hombres que narraban como al cerrarse la casilla electoral, -donde uno había sido funcionario de casilla-, llegó un comando armado que se llevó las urnas y amenazó a los presentes, en su lugar dejaron cinco cajas llenas de boletas electorales ya rellenadas.
La cultura electoral en México
A lo largo de la historia de nuestro país, la contienda electoral ha estado plagada de diferentes prácticas, -mañas- que con el tiempo se han convertido en una tradición que colocan a México en uno de los países con menores índices de democracia en el mundo.
Pese a la opinión de algunos políticos e intelectuales con respecto a la legitimidad de las elecciones, la mayoría de los mexicanos han crecido inmersos en las tradiciones electorales muy características de nuestro país: La operación tamal, operación carrusel, el ratón loco, las urnas embarazadas, son sólo algunas de las prácticas que surgieron durante el periodo de elecciones, ya sea locales o nacionales.
Sin embargo, con el paso del tiempo, algunas de estas actividades han mermado; ya sea por la nula participación de la ciudadanía, las denuncias recibidas, o en el mejor de los casos, debido las sanciones implementadas del INE, no obstante, no hay que dejar de lado la relevancia que han tenido las redes sociales para que la opinión pública presione a las autoridades correspondientes a tomar las medidas necesarias para erradicar estas prácticas.
A partir del uso de las redes sociales para denunciar las faltas cometidas por diferentes grupos, se documentó una actividad (nueva), que en tiempos recientes ha dado mucho de qué hablar, la compra y venta del voto, una práctica bastante simple y eficaz a la hora de obtener votos, una inversión de aproximados 500 pesos por persona, asegura la continuidad de un partido político en el poder.
Las evidencias…
Desde las elecciones presidenciales de 2012, diferentes medios independientes señalaron que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), entregó miles tarjetas Monex y Soriana con dinero electrónico a cambio de votar a favor del entonces candidato a la presidencia, Enrique Peña Nieto, esta situación provocó un boicot hacia las sucursales Soriana, pese a ello, los contrincantes del candidato del PRI a excepción de Andrés Manuel López Obrador, se limitaron a hablar sobre este caso.
Luciano Quadri, hijo del candidato del Partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri, aseguró que la ley electoral era muy ambigua para determinar la legalidad de la compra-venta del voto y justificó esta acción asegurando que se trataba de un “contrato privado entre particulares”.
Ante los reclamos, el Consejo Federal del entonces Instituto Federal Electoral, (IFE), afirmó que los 50 millones de pesos distribuidos por medio de monederos electrónicos, correspondían a gastos operativos, ya que se había contratado a una organización independiente que se encargaba del reparto de tarjetas, considerando que los millones despilfarrados eran gastos de campaña y éstos violaban las normas del IFE.
Al darle carpetazo al asunto, tres años después, ya en las elecciones estatales del 7 de junio de 2015, la venta del voto volvió a ser un tema que se abordó en diferentes medios, incluso medios internacionales no sólo señalaron la dinámica de la compra del voto, sino también el costo estimado que se invierte en tal acción.
En un reportaje de la revista Forbes se dio a conocer que existe un descuento para los partidos al comprar vales que se distribuyen durante la contienda electoral:
“Los vales o tarjetas de despensa se otorgan generalmente con un saldo de entre 500 y 600 pesos. Estos productos se venden a los partidos políticos en un precio 10% más bajo del saldo otorgado”.
Por su parte, el diario The New York Times realizó una investigación donde entrevistó a personas que recibieron televisiones digitales a cambio de un sufragio, quienes señalaron que esta operación se realizó por medio de organismos federales.
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) utilizaron los programas sociales para exaltar imagen del partido en el poder, a cambio de incidir en el voto a su favor.
En esta ocasión, el renovado Instituto Nacional Electoral, (INE), reconoció la existencia de la compra-venta del voto, donde el consejero electoral, Lorenzo Córdova, manifestó la inexistencia de mecanismos que resuelvan este problema por la vía electoral:
“Mientras tengamos 55.5 millones de pobres, como lo acaba de señalar la Conapo, va a ser muy complicado erradicar las prácticas de clientelismo electoral y de compra y coacción del voto”.
Rumbo a 2018
El próximo 4 de junio se celebrarán elecciones locales en algunos estados de nuestro país, las cuales servirán como preámbulo para medir fuerzas en las elecciones presidenciales del siguiente año; llama la atención el caso del Estado de México, donde Morena, PAN y PRD buscan la alternancia gubernamental después de nueve décadas del priismo en el poder.
No obstante, el panorama electoral comienza a plasmarse de irregularidades, en su primer día de campaña, el pasado 3 de abril, el candidato de la coalición PRI, PVEM, Nueva Alianza y Encuentro Social, Alfredo Del Mazo, anunció su propuesta más fuerte de campaña, la implementación del Salario Rosa para las mujeres amas de casa que no realizan alguna labor remunerada.
“Las mujeres trabajan 24 horas diarias por siete días a la semana en el aseo del hogar y el cuidado de los hijos y nadie lo reconoce, es por eso que las apoyaremos con el salario rosa”, precisó el candidato.
Aunque parezca una idea descabellada, la estadística demuestra que contar con el voto de las mujeres en el Estado de México será decisivo para definir las próximas elecciones, de acuerdo con información del INE, el padrón electoral del Estado de México está constituido por un total de 11 millones 23 mil 636 electores, donde 5 millones 255 mil 341 son hombres, mientras 5 millones 768 mil 295 son mujeres.
Las tarjetas del llamado Salario Rosa, comenzaron a distribuirse a partir del 15 de mayo, la cual, de acuerdo con información del diario Reforma, será activada cuando el candidato del PRI gane las elecciones:
“Si el candidato llega a quedar ganador, estas [tarjetas] se van a activar. Hay que votar por él […] Me traes dos copias amplificadas al 200 de tu IFE, por los dos lados, y te apuntamos”, afirmó un militante entrevistado por Reforma.
El deposito en estas tarjetas será de 1200 pesos bimestrales, si dividimos esa cantidad en días, da un equivalente a 20 pesos diarios, es decir, una jornada laboral de 8 horas, se estaría pagando a $2.50 la hora, sin embargo, esta tarjeta no cuenta con chip, número de folio ni banda magnética; por tal motivo se desconoce cómo será distribuido el pago a las amas de casa que ya cuentan con su tarjeta rosa.
Es evidente que una nueva modalidad de compra-venta del voto se está fraguando en el Estado de México, por tal motivo, partidos como el PRD y Morena han denunciado la coacción del voto, Horacio Duarte Olivares, representante de Morena ante el INE, denunció el nuevo modus operandi.
Por su parte, el candidato del PRD, Juan Zepeda, señaló la posibilidad de llevar la resolución de las elecciones mexiquenses al tribunal electoral, manifestando que la compra-venta del voto es una práctica donde se aprovechan de las necesidades de la población más marginada de esta entidad.
Restan dos semanas para conocer al próximo gobernador o gobernadora del Estado de México, en una elección que además definirá las medidas que se tomarán en cuenta para las elecciones presidenciales de 2018, queda en las manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE), saber si la coacción del voto será sancionada o seguirá siendo una forma de llegar alcanzar al poder.