Sus ojos no se guardan nada. En ellos se ven tristeza y preocupación, pero sobretodo desesperación, la de no poder recordar.
Jesús Rafael Obeso fue abandonado por sus tres hijos en un asilo ubicado en Baja California, desde que llegó al lugar nadie lo va a visitar, se encuentra solo.
Además, asegura que los mismos que lo abandonaron, ahora están cobrando la pensión que a él le corresponde, sin recibir ni un solo peso.
Sin embargo, el señor de 81 años de edad no recuerda detalles sobre ellos, sólo menciona que una de sus hijas se llama Cinthia y que vive en Tijuana.
La mente que resguardaba los conocimientos de un médico cirujano, parece atrofiada, la impotencia carcome a Jesús Rafael.
El caso se difundió en u video a través de redes sociales, con el fin de encontrar a los hijos de Jesús Rafael Obeso.
Sin nadie que lo visite, cuidado por personas ajenas, Don Rafael parece que vivirá sus últimos días en el olvido.
Maltrato y olvido: el escenario nacional
De forma contradictoria, Obeso tuvo suerte, pues aún vive bajo techo. La situación de los llamados adultos mayores es alarmante.
En México, el 16% de los ancianos sufre de abandono y maltrato, según datos del Centro de Investigación Interdisciplinario en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Mismos datos detallan que el 20% de las personas de la tercera edad viven en soledad, olvidados por la sociedad, el gobierno y sus familias.
En relación a ello, el Instituto Nacional de Nutrición, precisa que los abusos son cometidos principalmente por los familiares.
En tanto, información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) precisa que el 10 de los ancianos vive en pobreza.
Pese a lo anterior, solo 17 de las 32 entidades del país tiene legislación para proteger a los adultos mayores.
Margarita Mass Moreno, investigadora de dicho centro de investigación universitario, asegura que el aislamiento de los ancianos es cada vez más común en la sociedad.
Asimismo, señala que en el país “con el aumento de la edad el nivel de vulnerabilidad es mayor, y el bienestar y la condición de vida son menores”.
Discriminación: el factor olvidado
Ocho ancianos presentaron una denuncia ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por discriminación en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), luego de que se negara a entregar la pensión por viudez a dichos varones.
Ante esto, la CNDH señaló que la normatividad a los posibles beneficiaros del sexo masculino exige mayores requisitos que a las mujeres, lo que indica un trato discriminatorio
Requisitos como condiciones de salud y dependencia económica son exigidos a los varones, mientras que a las mujeres no.
Lo requerido por el IMSS a los adultos mayores viene en la Ley del Seguro Social, sin embargo dichos requisitos contradicen lo establecido en diversas disposiciones internacionales en materia de derechos sociales y a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se reconocen los derechos humanos a la no discriminación y la seguridad social en condiciones de igualdad.
La discriminación se encuentra presente en los ancianos. La «Encuesta mundial de valores», realizada a más de 83 mil personas en 57 países para evaluar las actitudes hacia las personas de la tercera edad por parte de personas todas las edades, reveló que los mayores no son respetados.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la discriminación y actitudes negativas sobre el envejecimiento también tienen importantes consecuencias para la salud física y mental de los adultos mayores, que le puede llevar al aislamiento social y la depresión.
Al respecto, el director del Programa Envejecimiento y Curso de Vida de la OMS John Beard, señaló que “es hora de dejar de definir a las personas por su edad”.