La despenalización de las drogas se ha convertido en un tema que ha tomado mucha relevancia en los últimos meses y parece que por primera vez en la historia de México, pasará del debate a la acción política.
Tanto el General Salvador Cienfuegos Zepeda, actual titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), como Olga Sánchez Cordero, propuesta para encabezar la Secretaría de Gobernación (Segob), han mencionado que la despenalización del cannabis y de la amapola ayudaría en el proceso de pacificación del país.
Perfilándose la marihuana como la primera de las dos plantas que llegaría mediante un proyecto al poder legislativo para su inminente despenalización, con la diferencia de que el cannabis abriría las puertas a un mercado legal para el uso medicinal y el uso personal.
Mientras que la despenalización de la amapola estaría enfocada a la industria farmacéutica para la elaboración de derivados del opio como la morfina y la codeína: sintetizados químicos que son utilizados para el control de diversos padecimientos agudos o crónicos, así como para procedimientos médicos y quirúrgicos.
Actualmente 18 países tienen la autorización de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) para plantar y producir productos derivados de la amapola.
Siendo en 1961 cuando la India, España, Checoslovaquia y Japón fueron elegidos como los países que se harían cargo de la producción anual de morfina para el mundo: exclusivamente para fines médicos y científicos.
Mismo año en el que a través de la ONU fue creada la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), la cual se encarga de dar seguimiento para la aplicación de los tratados en materia de drogas.
Actualmente España, Australia, Inglaterra, Francia, Hungría, Alemania, Austria, China, India, Turquía, Eslovaquia, Japón, Macedonia, Nueva Zelanda, Holanda, Ucrania, Polonia y Rumania tienen el aval del JIFE para cultivar se manera licita la amapola.
Incluso el pasado 07 de octubre, Olga Sánchez Cordero señaló que actualmente se encuentra trabajando en conjunto la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, para la creación de la reglamentación para el uso de la amapola con fines medicinales.
La futura secretaria de Gobernación aseguró que el tema del cannabis será una cuestión que avanzará rápidamente, pero en el caso de la amapola advirtió que será una reglamentación concretamente creado junto con la ONU.
El campo mexicano y los cultivos de amapola
El pasado 05 de septiembre el General Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Sedena, afirmó que la legalización de los cultivos de la amapola podría ser una salida al problema de la violencia que impera desde hace dos sexenios en la República Mexicana.
Durante una visita realizada al a estado de Guerrero, el general Cienfuegos sostuvo que con la legalización de dicha planta se beneficiaría a los campesinos y al país, ya que, en vez de cultivar para la producción de heroína, estaría utilizándose para la elaboración de fármacos.
Sin embargo, indicó que dentro de la propuesta se debe de tomar en cuenta cómo será la seguridad para los campesinos, debido a que dejarán de vender los cultivos a los grupos del narcotráfico, para que pase a manos del gobierno.
Recordando que la futura administración Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto como parte de su plan de pacificación, la de otorgar amnistía a los campesinos que se hayan dedicado al cultivo y cosecha de la planta, además de proponer mejoras salariales en pro de la recuperación del campo.
En el 2016 el Gobierno de México y la ONU publicaron el estudio “Monitoreo de Cultivos de Amapola 2014-2015”, donde dieron cuenta que en el país se calculan que existen 24 mil 800 hectáreas con siembra de amapola.
Las cuales se encuentran repartidas en los estados de Sinaloa, Chihuahua, Durando, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Una situación que coloca a México como el tercer país en el mundo con más cultivos ilícitos, por debajo de Afganistán y Myanmar; siendo Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chihuahua, Durango y Sinaloa, los estados donde más concentran las cosechas.
Hoy en día el estado Guerrero es el mayor productor de opio en el país según datos la ONU, y donde el pasado mes de agosto el Congreso local aprobó una iniciativa de ley para despenalizar el cultivo, producción y la comercialización de la planta.
Se trató de una iniciativa que se encontraba estancada desde marzo del 2016, y que finalmente quedó enfocada para que la Ley General de Salud, del Código Penal Federal y del Código Nacional de Procedimientos Penales sea modificadas, y se permita emitir permisos y licencias para los campesinos.
Sin embargo, y por acuerdo de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente del Senado, la propuesta fue turnada para su dictamen y análisis a las comisiones de estudio legislativo y salud; pero hasta el momento no ha habido ningún avance.
Aunado a que en México existen desde hace años agrupaciones de campesinos que se han manifestado a favor de la despenalización de la amapola. Un ejemplo es el Comité de Productores de Amapola que se encuentra constituida por mil 280 comunidades que se dedican a dicha actividad.
Según el informe “Amapola, opio y heroína: La producción de Colombia y México”, trabajado por la organización Transnational Institute (TNI), la cosecha y cultivo de amapola en el país es un trabajo que se realizan familias mexicanas.
El informe que advierte que para la realización de cultivo se necesitan al menos dos personas, sin embargo, señala que en la mayoría de los casos no son las mimas familias quienes cosechan la amapola debido a que la siembra es vendida “otras personas”.
De acuerdo con el informe de Transnational Institute, en la república mexicana se llegan a producir 11 kilos de heroína por hectáreas, sin embargo, dicha organización advierte que hablar de cifras en México es una cuestión que puede variar debido a que los cultivos llevan varios procesos y son rotados de territorio: puesto que su producción esta destinado al mercado negro.
Pero bajo el esquema de los datos mostrados en el informe, se estima que las 24 mil hectáreas son cultivadas cada año, y pueden llegar a producir 255 toneladas de amapola.
Y aunque datos oficiales del Gobierno mexicano y de la ONU indican que entre el 2014 y el 2015 el ejercito erradicó un total de 24 mil 729 cultivos de amapola, cuando la media de los estimados de detectados es de 24 mil 800 hectáreas, y hablaría de que las autoridades han destruido el 99.68%, lo que acotaría la producción a solamente 71 hectáreas de amapola.
Estas cifran son la muestra de que la destrucción de los plantíos no afecta a la producción de la amapola ilegal en México, ya que, el proceso de los cultivos va rotando por territorios y temporadas.
“Si se multiplica por tres la superficie total estimada de cultivos, resulta que, a lo largo de un año, podrían cultivarse, en tres etapas sucesivas, un total de 74 mil 700 hectáreas, a las que, si se le restan las 24 mil 729 destruidas, quedarían aun produciendo 49 mil 671. Suficiente para producir, de este modo, la heroína demandada por Norteamérica anualmente.”