Ana Laura

Ana Laura: 22 años de injusticia e impunidad

31 mayo, 2023

Ana Laura González Cayetano nació el 13 de abril de 1977 y se convirtió en la primera hija de Lupita y Fernando. 

Su madre le puso ese nombre porque se escucha muy bonito: “le quise poner Berenice, pero me gustó más Ana Laura”. 

Una pequeña que alumbraba el camino de sus padres, fue educada para amar y respetar a los demás, amable con todos a tal grado que decidió estudiar enfermería. 

Una excelente y brillante alumna. Se graduó a los 18 años y pronto entró a trabajar al Hospital General de México IMSS 4. 

Dos años después conoció a Antonio, quien le llevaba 14 años de diferencia. Se casaron y tuvieron una hija.

Lupita, la madre de Ana Laura. me hace saber que cuando su hija se embarazó el sujeto cambió mucho con ella: “no la lastimaba físicamente, pero sí verbal, psicológica y emocionalmente, aplicaba muchas veces la ‘ley del hielo’, le dejaba de hablar por días y de repente le hablaba como si nada”.

Ana Laura decidió dejar a Antonio y se quedó a vivir en casa de sus padres, en Netzahualcóyotl, Estado de México. Trabajaba en el Hospital y todos los días cuidaba de su pequeña y convivía con su familia. 

Sin embargo, el sujeto no dejaba de molestarla, estaba enojado con ella porque interpuso una demanda de pensión alimenticia para la beba. En varios momentos la seguía, la vigilaba, la acosaba.

Era el 3 de diciembre del 2000, Ana Laura llegaba a su casa acompañada de un compañero del trabajo, en la esquina estaba Antonio, quien de repente se paró frente al auto con la intención de no dejarlos pasar y advirtiéndoles que los vigilaba.

El compañero de trabajo de Ana le hizo saber que no era su pretendiente, ni su novio, sin embargo, el sujeto pensó que sí.

Al día siguiente, el 4 de diciembre de 2000, Ana se levantó, se arregló para irse a trabajar. Aunque su papá la acompañaba todos los días a la parada, esa vez no pudo hacerlo. Salió de su casa tras despedirse de su mamá.

En la esquina de su casa, Antonio ya la esperaba. Testigos señalan que el sujeto inició una discusión con ella y, sin más, le disparó en dos ocasiones. 

Lupita nunca escuchó nada, ni gritos, ni siquiera el disparo. No fue hasta que fueron a avisarle a su casa que su hija estaba tirada en la esquina. Fernando salió corriendo, ya no dejaron que Lupita se acercara más, el infame ya la había asesinado.

Y ese día empezó el infierno. 

Cuando iniciaron con las investigaciones, Lupita me hace saber que las autoridades corruptas en aquel momento le comentaron que si quería justicia, les pagara 250 mil pesos. “Si hubiera tenido esa cantidad de dinero, lo hubiera pagado”, me hace saber Lupita. 

“La beba tenía un año y me volqué en ella, me sentía muy enojada con todos. La gente murmuraba, no respetaban el dolor que tenía, eso me llevó a cambiarme de casa, a la niña no le comentamos nada, solo que su mami había muerto”. 

El carácter de Lupita cambió todos estos años, se sentía culpable de lo que pasó, “¿por qué no salí con ella?”, “¿por qué no escuche nada?”, una y otra vez estas preguntas rondaban su cabeza. 

La orden de aprehensión por el homicidio de Ana Laura (en aquel momento no existía la tipificación de feminicidio) fue girada el 6 de junio de 2002, durante todos estos años, Lupita jamás imaginó que la justicia llegaría. 

A Ricardo, colaborador de las Voces de la Ausencia e investigador privado, quien coadyuva con las autoridades a ubicar a sujetos con órdenes de aprehensión y a detenerlos con el equipo especial de mandamientos judiciales, le llegó la información, la trabajó, me comentó que ya lo habían ubicado y que ejecutarían el mandamiento. 

Fue así que el 27 de mayo de 2022 se logró la detención del sujeto, un año antes de que la orden prescribiera.

Cuando fueron a notificarle a Lupita, incrédula se rehusaba a creerlo, pensó que tal vez la querían otra vez extorsionar. 

En julio de 2022 se comunicó vía WhatsApp conmigo para agradecernos el apoyo para la detención del asesino de su pequeña, de su Anita. 

Desde entonces, Lupita forma parte de las Voces de la Ausencia. Una de las secuelas dolorosas que dejó este crimen como todos, es el dolor de la entonces beba de Ana, ahora ya convertida en una jovencita, a quien el dolor de saber quién le arrancó a su mamá la hace sentirse traicionada. Antonio ya se encuentra en juicio y pronto será sentenciado.

Una vez más nosotros solo somos la extensión del dolor eterno.

Veintidós años han pasado y el dolor de Lupita es el mismo que el de todas estas familias. 

Compartimos las cartas que Lupita, su madre, así como Carlos Alberto y Luis Fernando, hermanos menores de Anita, escribieron para ella, con la esperanza e ilusión de que ella pueda leerlos:

Hija, esta carta, la empecé a escribir el día que se cumplieron 22 años de tu partida, pero cada que empezaba no podía seguir aún siento tanto dolor como ese día y mi corazón se desgarra.

Te extraño mucho, siempre me sentí orgullosa de ti y aún me pregunto qué hice mal porque no te protegí, siempre fuiste una buena hija y hermana y una gran madre, nunca pensé que fuera pasar, que el hombre al que amabas iba a terminar con tu vida cuánta falta nos haces.

Siempre te recordamos, le contamos cómo eras, platicamos a tu hija. (Ya tienes dos sobrinos Ximena y Juan Pablo) Cuando vamos al panteón vamos todos te ponemos tu música y creemos que si nos escuchas. 

Te llevo en mi corazón, pensamiento nunca te olvido, espero que nos volvamos a ver y estar juntas cuando Dios decida que sea, pero mientras tú pídele que nos cuide y proteja a tu hija.

Tu madre que siempre te lleva en el corazón, pide a Dios por los ángeles que se llaman Frida y Ricardo; que se te haga justicia. 

***

Hermana, aún puedo recordar todos los años de amistad que disfrutamos juntos, nuestras travesuras, anécdotas, el cariño que nos tuvimos y más.

En estos momentos me siento apenado y quisiera estrecharte entre mis brazos, pero me queda de consuelo saber que Dios te tiene a su lado.

Quien iba a pensar hermana linda que partirías tan rápido de este mundo. No sabes cómo me duele saber que tenías muchos años por delante, un gran futuro y más. Ojalá algún día nos volvamos a encontrar.

Quiero que sepas que guardo en mi memoria todas las cosas que vivimos juntos, los buenos consejos que siempre me diste y más. No sabes cuanta falta me haces. Que Dios te tenga en su Gloria.

***

Hola nanita.

Ya hace poco más de 20 años que te nos arrebataron de nuestro lado y han pasado muchas cosas en ese tiempo. Actualmente tengo 28 años. Me gradué de la universidad, me casé, adquirí mi propia casa y ahora tengo mi propia familia con 4 hermosos perros y una maravillosa esposa. Me hubiera gustado que hubieras estado presente en todos esos momentos y en muchos otros más. Pero, aun cuando digo que me gustaría que hubieras estado en esos momentos no me gustaría que pensarás que te he olvidado algo así, ya que, a pesar de no estar físicamente, siempre has estado presente en mis pensamientos, como la persona a la que dedico todos mis logros y como mi modelo a seguir en todos los aspectos. 

Sinceramente los recuerdos que tengo tuyos son pocos, ya que te arrebataron la vida cuando tenía apenas 5 años, pero siempre te he recordado y siempre lo haré como la persona más pura de corazón y sentimientos. Sé que no fuiste perfecta en vida, ¿y quién lo es? Pero para mí, siempre serás la persona más maravillosa. 

Recuerdo con mucho amor y a la vez dolor los bonitos detalles que tenias conmigo cuando regresaba de la escuela y los pequeños detalles que yo tenía contigo, como lo eran las bromas de confeti o los dulces que me regalabas. La cara de sorpresa al ver el confeti saltar aun cuando ya te había hecho el mismo detalle la semana pasada o unos días antes. También me acuerdo cuando llegaste a la casa con tu niña después de que nació. Y ese momento en el que me dijiste que nunca dejarías de quererme, porque ella era tu bebé mujer y que yo siempre seria tu bebé hombre.

Te cuento, en casa hay una anécdota que es recurrente, en la cual cuentan cuando hice que una relación tuya terminara. Y en verdad, es una anécdota que me duele mucho, porque un tiempo después conociste al desgraciado que te arrebato la vida. No diré que tuve una mala infancia, pero ¿Por qué un niño debería crecer con odio y resentimiento a la persona que decía que amaría y cuidaría de su hermana siempre? 

No sé si exista lo que muchos llaman dios, el diablo, el paraíso o el infierno. Yo no creo en esas cosas. Pero me gustaría de verdad que al momento de mi partida me callarán la boca y poder volverte a ver. Pero aun cuando no creo en dios, no dejo de tratar de ser buena persona, de hecho, me gusta ayudar a albergues de perros en situación de calle donando comida o en algunos momentos dinero para vacunas y alimento. Uno de mis 4 perritos lo adopte de la calle y hoy es la más bella princesa que podrías conocer. Consiento a mis sobrinos, los cuido, juego con ellos y trato de ser un modelo para ellos. Trato de aprender cosas nuevas para mi trabajo todos los días. 

A grandes rasgos, esto que te cuento es para que sepas que me encuentro bien. Que toda mi vida he resentido tu ausencia y en muchos de los momentos he llorado tu falta. Pero no dejo de avanzar día a día. Y que a pesar de todas las cosas, siempre te tengo presente en mis pensamientos. 

Te amo mucho Anita. Espero que un día podamos encontrarnos nuevamente y poderte platicar a más detalle toda mi vida, ya que no me es fácil poder plasmar mis sentimientos a través de una carta que sé que jamás podrás leer.

Veintidós años tuvieron que pasar para que el asesino de Ana Laura, la joven madre, enfermera de 23 años, fuera detenido. 

Años de zozobra, con el miedo de que Antonio tratará de acercarse a la niña, años de vivir con la  culpa, y las eternas noches que se vuelven días, aprendiendo a convivir con el infierno de no tenerla cerca.

Años que muestran cómo la justicia pronta y expedita en este país es solo una metáfora para muchas familias. 

También años que un miserable pasó impune más de 20, pero que al final la justicia lo alcanzó, porque jamás debería de quedar en la impunidad ningún crimen que aniquila no sólo a la víctima directa, también a su familia, amigos a quienes les hace falta. 

                                                                                                                Mayo 2023

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.

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