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¿Cómo vivimos las madres de mujeres trans y LGBT+ ante los discursos de odio?

4 febrero, 2022

Hace unos días leí una nota de Homosensual, donde dieron a conocer los ochos crímenes de odio que sucedieron en México en enero de 2022. Además de los ataques que han sufrido mujeres trans, parejas lesbianas, y ataques de discriminación que han sufrido jóvenes gays. 

Todos los días documentamos las notas rojas para dar seguimiento a los casos de feminicidio que padecemos a diario. 

Desde el primer momento también documentamos los «transfeminicidios» que para nosotros cuentan como feminicidios porque la violencia que padecen es exactamente la misma, en manos de parejas, exparejas, familiares, o desconocidos y las asesinan por ser ellas. Por ser mujeres trans, lesbianas o gays. Por ser diferentes. Por atreverse a ser ellas, elles y ellos mismos. 

Documentar sus crímenes es muy difícil porque a la mayoría las siguen  encasillando como «hombres», borrando con esto no solos sus vidas, sino sus asesinatos. 

En redes sociales hay un discurso que identificamos en 2019, cuando «feministas» iniciaron una guerra absurda contra la comunidad LGBT+ señalando sobre todo que las mujeres trans las querían borrar.  

Hay infinidad de textos escritos por mujeres que tienen años en el «feminismo», no entraré en ello porque afortunadamente yo no soy feminista, sin embargo, me parece delicado que ahora se enfoque una lucha contra esta comunidad cuando por años habían sido apoyadas por dicha comunidad. 

Recuerdo aquellas primeras marchas que cubrí en Oaxaca, cuando mujeres trans salían a marchar y eran acompañadas por feministas o al revés. Ahora es raro verlas juntas. Ahora las atacan las «feministas» si pasan por parques que ellas se han agenciado, como ha pasado en Jalisco.  

Siete de cada 10 feminicidios, impunes en Edomex

La violencia la vivimos y padecemos todas, todos y todes por el simple hecho de  existir, por ser auténticas, por ser mujeres, por defender nuestros derechos. 

En lugar de atacar a quienes nos asesinan a diario, ahora un grupo de personas está decidiendo atacar a mujeres trans y también a quienes nos atrevemos a defenderlas. Sencillo… arremeten a todas aquellas personas que pensamos diferente. 

Generando con ello discursos de odios que fomentan y justifican los ataques contra quienes no nos alineamos a ellas. 

En uno de los tantos textos que he leído revisaba uno que  textual decía esto: «Lo grave es pretender que el feminismo excluye a minorías con derechos humanos. El feminismo nunca ha sido ni es «transexcluyente» ¿A quién beneficia este postulado? ¿Quién lo está fomentando? Tal vez un activismo importado, con muchas palabras en inglés, que intenta suplantar los espacios tan duramente conquistados, para la igualdad entre hombres y mujeres. Resaltar y agrandar las diferencias y las discrepancias solo benefician a la ultraderecha y al neoliberalismo. Una tendencia empujada por la ignorancia. La condición social construida por los intereses patriarcales no puede ser autoadoptada, como esa definición de mujer aberrante».

Me sorprende saber que quién redacta esto es una mujer de izquierda, que al parecer no revisa las redes sociales que se encuentran plagadas de mujeres de «izquierda» y «derecha» generando ataques que se han materializado físicamente.

Me queda claro que el odio es generado para intentar «borrar» a quienes ellas piensan que no pertenecemos a su mundo privilegiado, lleno de confort, que solo conoce una verdad y esa es la de ellas. Su verdad absoluta. 

La resaca de la represión y los feminicidios

Lamentablemente los ataques han ido en aumento conforme pasan los años cuando debería de ser totalmente contrario. Uno de los muchos ataques que me dolió, impactó, y me hizo reflexionar fue el intento de feminicidio que sufrió Natalia Lane. El pasado 16 de enero, me alarmó conocer la noticia. No había visto el video y cuando lo vi. Vi a todas las mujeres trans que quiero.

Soy madre de una mujer trans, a la que le ha costado posicionar su lugar, pero que con mucha dignidad lo ha estado haciendo. Una mujer trans que cubre sus gastos con su trabajo como asesora financiera en una empresa que le ha dado el lugar que le corresponde como mujer trans.

Tengo hijas «adoptadas» que quiero y respeto y que cada una de ellas ha luchado desde su mundo por crearse un lugar seguro. Sin embargo, ver a Natalia en ese lamentable estado me dolió. Las vi a todas, y me estremeció pensar que ellas salen a divertirse, a trabajar, se enamoran y pueden ser asesinadas en cualquier momento. Sí, así exactamente como a las mujeres cis. 

No vengo a dar clases de «feminismo» como lo he dicho, no lo soy. La intención de estas líneas es tratar de ayudar a reflexionar a quienes están atacándolas en redes sociales y en la vida real. Que piensen que todas y todos son hijas e hijos de alguien. Y que cada una está librando sus propias batallas. 

Cuando Alessa nació me aterró traerla a un mundo que ya pintaba difícil. Cuando a los trece años salió del closet solo le dije que ya sabía y que siempre la amaría por quien es, que defendiera a capa y espada sus convicciones y que no permitiera que nadie la pisará o la hiciera sentir mal.

Le dije además que iba a ser mucho más difícil encontrar pareja. Ha salido avante como todas las mujeres trans que he conocido durante estos años.

Pero ahora me espanta pensar que pueda ser víctima de «mujeres» a las que les incomodé, o de algún sujeto transhomofóbico que la lastimé por ser ella. 

Mi labor es escalofriante, todos los días debemos documentar el infierno que todas sufrimos, además hay que lidiar con el terror de que alguien que amo sea arrebatada. No obstante a ello, como madre de una mujer trans, me horroriza que cualquiera pueda lastimarlas a todas. 

Las madres de mujeres trans y de la comunidad LGBT+ vivimos con el corazón en un hilo cada vez que vemos estos ataques de odio y mucho más cuando nos asesinan a una de nuestras hijas o hijos. Paren ya tanto odio. Los enemigos no están de este lado. 

No tengo contacto con ninguna familia que haya sido víctima de transfeminicidio, pero soy madre de una mujer trans que no espero, ni quiero contar su historia cuando ya no esté. 

He acompañado a mujeres trans a las que les han arrebatado a sus madres y que por temor luego de ser amenazadas, deciden dejar el tema. No necesito esperar a que me quiten a alguna de ellas para levantar la voz y tratar también de que paren ya ese odio contra ellas.

                                                                                                             Enero 2022

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.

P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio, son con autorización y acompañamiento de las víctimas. Porque solo somos la extensión de su grito de justicia.

@FridaGuerrera

@vocesDLAusencia

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