De extrema derecha, antiaborto y anti matrimonio igualitario, el PES ya no existe; sin embargo, su breve paso por la política mexicana fue suficiente para recibir cientos de millones de pesos y dejar su “semilla” en la “Cuarta Transformación”
El PES por sus votos muere, así lo decidió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) cuando el pasado 20 de marzo anunció que el Partido Encuentro Social perdía su registro al no obtener el 3% de la votación en las pasadas elecciones federales del 2018.
Al ahora extinto partido no le fue suficiente con alisarse con la coalición que ganó la Presidencia de la República, la Cámara de Diputados y el Senado de la República.
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— TEPJF (@TEPJF_informa) 20 de marzo de 2019
Confirma #TEPJF retiro de registro al PES como partido político. https://t.co/gP6LKOpHFa pic.twitter.com/JEu5JflOQj
De forma contraproducente, el PES perdió en registro tras la única contienda electoral federal que ganó en sus cuatro años de existencia, mismo lapso en el que recibió cientos de millones de pesos del erario.
De acuerdo con documentos del Instituto Nacional Electoral (INE) obtenidos vía transparencia y en posesión de FrojiMX, el PES recibió –de 2014 a 2018– 893 millones 135 mil 92.53 pesos.
El 96% del dinero que Encuentro Social recibió en dichos cuatro años fueron por “actividades ordinarias permanentes” y “gastos de campaña”.
Actualmente, el PES mantiene su registro solo como partido local en los estados de Yucatán, Sonora, San Luis Potosí y Morelos, este último teniendo como gobernador a un político emanado de sus filas: el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco.
A nivel federal, sin embargo, Encuentro Social no está muerto del todo. Antes de su extinción dejó una “semilla” dentro de la “Cuarta Transformación”.
La “semilla” del PES en la Cuarta Transformación
Más de 30 millones de sufragios definieron la victoria de Andrés Manuel López Obrador, convirtiéndose en el presidente con mayor número de votos en la historia democrática del país.
Sin embargo, la candidatura del tabasqueño fue respaldada por una alianza tripartidaria un poco inusual: Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido fundado por el ahora presidente; Partido del Trabajo (PT); y Partido Encuentro Social (PES).
El candidato de izquierda unía a sus filas al partido más conservador de toda la política mexicana.
Propios y extraños criticaron la decisión de López Obrador, quienes veían la suma del PES a la coalición “Juntos haremos historia” una forma de sumar votos, mismos que no necesitaron, pues Andrés Manuel ganó por más de 30 puntos porcentuales, mientras Encuentro Social no alcanzó ni el 3% de los sufragios.
Otra lectura del caso era que dicha alianza evidenciaba el lado conservador que López Obrador siempre ha ocultado, debido a sus posturas al margen sobre temas “polémicos” como lo son el aborto, el matrimonio igualitario y la legalización de las drogas.
Durante campaña, Andrés Manuel sostenía que pondría estos temas a consulta, palabras que fueron criticadas por quienes apoyan dichas causas: “Los derechos no se ponen a consulta”.
Actualmente, esta agenda no parece estar en la mente del presidente, ni del Congreso controlado por su partido.
Por su parte, el PES ha sido claro al respecto, siendo firme con su conservadurismo.
En septiembre del 2017 presentó en la Cámara de Diputados una iniciativa para reconocer el matrimonio solo como la unión entre un hombre y una mujer, excluyendo a las parejas LGBTTTIQ. La ley fracasó.
Unos meses antes, en abril del mismo año, el PES pidió un minuto de silencio por los abortos realizados al cumplirse 10 años de irrupción legal del embarazo en la Ciudad de México.
Pese a no tener registro, Encuentro Social es la cuarta fuerza política en la Cámara de Diputados, sólo por detrás de Morena, PAN y PRI.
Este escenario podría convertir al PES en una pieza clave en las reformas constitucionales del presidente, quien necesita mayoría calificada –es decir dos terceras partes– en el Congreso para que estas avancen. Así, los diputados de Encuentro Social podrían ofrecer sus votos a cambio de acuerdos legislativos a favor de su bancada.
No sólo en el poder legislativo hay “intrusos” del PES, también en la administración de Andrés Manuel López Obrador. El “súper delegado” del Gobierno Federal en Morelos es Hugo Eric Flores Cervantes, quien fuera fundador y presidente nacional de Encuentro Social.
Ahí, Flores Cervantes se encargara de supervisar los programas sociales del Gobierno Federal, donde se invertirá gran parte del erario. Incluso, Morelos será sede la nueva termoeléctrica, misma que ha recibido el rechazo de los pobladores de la Huexca.