La primera ronda de conversaciones entre Canadá, Estados Unidos y México sobre la renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se llevará a cabo en Washington del 16 al 20 de agosto, y esto sin duda traerá cambios importantes.
Desde que el acuerdo entró en vigor el 1 de enero de 1994, el TLCAN ha eliminado sistemáticamente la mayoría de los obstáculos arancelarios y no arancelarios al libre comercio y la inversión entre los tres países. Sin embargo, hay todavía varios temas que necesitan “pulirse”.
¿Qué ha logrado el tratado?
El objetivo inmediato del TLCAN era aumentar el comercio transfronterizo en América del Norte, y en ese sentido sin duda tuvo éxito. Entre 1993 y 2015, el comercio entre los tres miembros se cuadruplicó, de $ 297 mil millones a $ 1,14 trillones, lo cual impulsó en gran medida el crecimiento económico y los empleos para los tres países. Además, se comenzaron a crear acuerdos sobre derechos internacionales para inversores empresariales. Se redujo el costo del comercio, y se comenzó a estimular la inversión y el crecimiento, especialmente para las pequeñas empresas.
¿En qué ha fallado?
Parte de la justificación para el TLCAN fue que reduciría la inmigración ilegal de México a los Estados Unidos. Se argumentó que la unión de los mercados estadounidenses y mexicanos conduciría a una convergencia gradual en los salarios y los niveles de vida, reduciendo así el motivo de los mexicanos de “cruzar la frontera”. Pero, como hemos podido darnos cuenta, el número de inmigrantes mexicanos ha aumentado en lugar de disminuir.
A la par de esto, tenemos las diferencias económicas entre los tres países. Esto ha generado que el crecimiento y los beneficios sean distintos en cada país. Por tal motivo no debe sorprender que algunos resulten más beneficiados que otros.
¿Cuáles son las ideas de Donald Trump?
El pasado 17 de julio, el Representante Comercial de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, publicó un detallado y exhaustivo resumen de los objetivos de negociación para la renegociación del TLCAN. Algunos de los puntos más importantes fueron:
- Reducir el déficit comercial de Estados Unidos dentro del TLCAN, lo que podría significar el aumento de las exportaciones de los Estados Unidos o la reducción de las importaciones canadienses y mexicanas.
- Facilitar el funcionamiento de las empresas de telecomunicaciones y de los bancos estadounidenses en los demás países del TLCAN.
- Utilizar las disposiciones de «Buy American» para impedir que las empresas canadienses o mexicanas busquen contratos del gobierno de los Estados Unidos.
- Hacer que las normas de propiedad intelectual canadienses y mexicanas sean más «similares a las que se encuentran en la legislación estadounidense».
Al leer estos puntos, es inevitable pensar que Donald Trump buscará mayores beneficios para su país. Sin embargo, los otros dos miembros del acuerdo también buscarán defender sus propios intereses.
¿Cuáles son los retos para México?
Evidentemente hay muchos desafíos para México en esta próxima renegociación. Uno de los más importantes es sobre los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos, los cuales preocupan bastante a las autoridades estadounidenses, ya que, debido a que la mano de obra es más barata en México, muchas industrias manufactureras han retirado parte de su producción de los Estados Unidos para llevarla a México. Según una investigación del “Instituto de Política Económica de Estados Unidos”, los estados más afectados han sido California, Nueva York, Michigan y Texas, ya que estos tenían altas concentraciones de las industrias que trasladaron plantas a México.
Por otro lado, tenemos a los agricultores mexicanos, los cuales se han visto sumamente afectados desde la entrada en vigor de este tratado. Gracias al TLCAN, México perdió cerca de 1,3 millones de empleos agrícolas. Se eliminaron los aranceles comerciales, las empresas estadounidenses exportaron maíz y otros granos a México por debajo del costo, y los campesinos mexicanos no pudieron competir. A la par, México redujo sus subsidios a los agricultores de 33.2% del ingreso agrícola total en 1990, a 13.2 % en 2001. Evidentemente, estos cambios significaron que muchos agricultores mexicanos fueron superados por granjeros estadounidenses altamente subsidiados.
En palabras del embajador canadiense, David MacNaughton, “las negociaciones para una nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte deberían dar al presidente Donald Trump «una victoria», pero no a expensas de México y Canadá”.
La idea de renegociar el TLCAN no es una locura. El acuerdo original entró en vigor en 1994, y evidentemente, la economía ha cambiado mucho en los 23 años transcurridos desde entonces.
Como regla general, cuanto más razonables sean los objetivos de Trump, mejores serán las perspectivas de una negociación exitosa.