Actualización 11 de octubre de 2017
Narcobloqueos protagonizados por camiones incendiados, lo cuales atravesaban avenidas principales, en respuesta al asesinato de un líder criminal durante un operativo de las fuerzas federales.
Decenas de elementos de seguridad llegando al lugar con armamento pesado.
Mientras, un helicóptero de la Marina presenciaba desde los aires los hechos. La zona un total caos.
El lugar: el sur de la Ciudad de México, específicamente la delegación Tláhuac. La capital del país, la cual, anteriormente, era vista como un bastión de seguridad, donde la situación descrita y vivida aquel jueves 20 julio parecería impensable.
El caído: Felipe de Jesús Pérez Luna, alías “El Ojos”, líder del Cártel de Tláhuac. Junto a él otras siete personas relacionadas con dicho grupo delictivo.
Pero, ¿cómo esto es posible si los gobiernos de la Ciudad de México han reiterado más de una vez que en la capital no operan los cárteles de la droga?
De acuerdo con la “Evaluación de la Amenaza Nacional de Drogas 2015”, realizado por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), en la capital del país existe la presencia de al menos cinco cárteles de la droga: Los Beltrán Leyva, el Cártel del Golfo, Los Zetas, el Cártel de Sinaloa y los Caballeros Templarios.
Si bien, la DEA detalla que no hay “presencia dominante” de un sólo cártel, menciona que las que existen han ido ascendiendo en la zona.
Ligado a esto, autoridades capitalinas reconocen la presencia de dos grupos delictivos, que si bien no los denominan cárteles, sí fungen como tal: El Cártel de Tláhuac y la Unión Tepito.
El Cártel de Tláhuac de “El Ojos”
A finales de la década de 1990, Felipe de Jesús Pérez Luna, alías “El Ojos”, se unión a un grupo criminal con un exintegrante de la banda de secuestradores de Andrés Caletri, donde, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) realizaba plagios y robos.
Sin embargo, Pérez Luna prefirió moverse por otros lares: la venta de drogas. Negocio en el cual, según la Procuraduría capitalina, “El Ojos” tenía familia ya establecida.
Incluso, su relación con el ex convicto le facilitó que tuviera un brazo armado a sus órdenes. Dicho sujeto es identificado por las autoridades como José Eduardo Zamora Jaime, alias “El Cholo”, quien habría sido su líder de sicarios.
Entre 2011 y 2012, desde La Nopalera “El Ojos” y “El Cholo” comenzaron a apoderarse, colonia por colonia, de puntos de venta de droga y casas de seguridad en la delegación Tláhuac.
Durante ese tiempo, al líder del grupo delictivo se le asoció con al menos 30 asesinatos.
La mercancía es almacenada en bodegas bajo la fachada de talleres mecánicos, salones de fiestas y predios irregulares, distribuida a través de una red de mototaxistas, mismos que realizaron los bloqueos y quema de camiones en la demarcación Tláhuac el jueves pasado.
Aquellos mototaxistas que se negaron a trabajar para el narco desaparecieron, fueron ejecutados o simplemente tuvieron que dedicarse a otra cosa.
Autoridades capitalinas aseguran que además de la venta de droga, el autodenominado Cártel de Tláhuac, controla los tianguis y demás comercio informal, así como como ferias y eventos en temporada decembrina.
La agrupación delincuencial es relacionada con narcotraficantes de Guerrero, específicamente con fracciones del Cártel de los Beltrán Leyva, lo cual coincidiría con lo señalado por la DEA en relación a las agrupaciones del narcotráfico con presencia activa en la capital.
A la par del crecimiento de esta organización delictiva, los asesinatos y enfrentamientos incrementaron en las demarcaciones de Tláhuac e Iztapalapa, a tal grado que en un hecho inédito en la capital, el cuerpo de un hombre con huellas de tortura y arma de fuego, acompañado de un narcomensaje, fue colgado en un puente en la delegación Iztapalapa.
De acuerdo con reportes federales, el Cártel de Tláhuac tiene presencia en las delegaciones Iztapalapa, Milpa Alta, Tlalpan, Coyoacán, Xochimilco, Magdalena Contreras y Tláhuac en la Ciudad de México; así como en los municipios de Chalco, Valle de Chalco, Texcoco y Amecameca en el Estado de México.
Incluso, dicha agrupación criminal se le acusa de ser el principal abastecedor de drogas dentro de las instalaciones de Ciudad Universitaria.
Con la muerte de «El Ojos», autoridades perfilan a «El Cholo» como el sucesor para liderar al Cártel de Tláhuac.
La Unión Tepito, laborando en pleno corazón de la CDMX
La Unión Tepito nació en 2010, en el llamado barrio bravo, bajo el mando de Francisco Javier Hernández Gómez, alias «Pancho Cayagua».
El grupo delictivo se hizo en poco tiempo del control de las narcotienditas en el barrio de Tepito, en la Delegación Cuauhtémoc, esto gracias a una supuesta relación con el Cártel de los Beltrán Leyva, primero, y luego con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Como toda banda delictiva, La Unión Tepito diversificó sus actividades, practicando el secuestro exprés, el robo de inmuebles, la venta de piratería, el tráfico de armas al menudeo y la extorsión telefónica.
Sin embargo, una de las prácticas que más realizan es la extorsión de comercios, en especial, los bares y los centros nocturnos en zonas de la capital como Polanco, Zona Rosa, Condesa, la Roma, la del Valle e Insurgentes.
La Unión Tepito se ha caracterizado por amedrentar a locatarios e incluso a secuestrar a líderes de comerciantes para que den información respecto a más trabajadores de la zona.
Se menciona que piden cuotas que van desde los 300 hasta los 3 mil dólares al mes.
Uno de los hechos que puso al grupo delictivo en el centro de la opinión pública fue el caso Heaven, el secuestro y asesinato de 13 jóvenes en el Bar Heaven en 2013.
Caso en el que autoridades capitalinas aseguraron que los “levantaron” por una venganza, ya que entre los fallecidos estaba Jerzy Ortiz, miembro de La Unión Tepito.
El centro de operaciones del grupo delictivo, de acuerdo con reportes periodísticos, es una vecindad escondida en los puestos del Eje 1 Norte, en la colonia Morelos, en pleno centro de la capital, que por estrategia cuenta con diferentes salidas.
Entre la gente de Tepito, dicha vecindad es conocida como La Cueva.
A diferencia del Cártel de Tláhuac, autoridades de la Ciudad de México han tenido pocos golpes contra La Unión Tepito.
Incluso, «Pancho Cayagua», luego de ser detenido en agosto 2016 por el homicidio de dos personas, fue liberado en febrero de este año.
El 11 de octubre, Francisco Javier Hernández Gómez fue asesinado a tiros en el estacionamiento de un centro comercial, en la delegación Gustavo A. Madero, al norte de la capital.
La Unión Tepito tiene presencia en las delegaciones Cuauhtémoc, Coyoacán, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Iztapalapa y Magdalena Contreras en la Ciudad de México, así como en los municipios de Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Naucalpan y Tlalmanalco en el Estado de México.
¿Hay o no hay cárteles de la droga en la Ciudad de México?
Pese a los hechos registrados tanto el operativo en Tláhuac, como en indicios anteriores, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, ha reiterado en diversas ocasiones que en la capital no hay una presencia activa de los cárteles de la droga.
Mancera precisa que en la Ciudad de México los capos del narcotráfico solo hacen operaciones de logística y que aquellos que han sido detenidos en la capital dicen que operativamente no les resulta compatible trabajar aquí.
Pese a ello, hay más de uno que no coincide con las palabras del mandatario. Desde el 2015 medios internacionales como el diario británico The Guardian y la revista estadounidense Time, han abordado ampliamente la presencia del crimen organizado en la Ciudad de México.
Asimismo, Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia, aseguró que los cárteles de la droga sí operan en la Ciudad de México y lo hacen de la mano de las autoridades.
“Toda persona que estudia la delincuencia organizada sabe que la infraestructura está concentrada en la Ciudad de México. No me refiero a la financiera, sino a la física, con la que ellos almacenan, distribuyen”, señaló Buscaglia en una entrevista al portal Sin Embargo.
Para el analista, la presencia del narcotráfico en la capital no es nueva, es de al menos 10 años.
“Les vengo diciendo a (Miguel Ángel) Mancera, (Marcelo) Ebrard, y (Andrés Manuel) López Obrador desde hace más de 10 años que llegué a México, que el centro patrimonial físico, no financiero, está en la Ciudad de México, y eso incluye el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”, sentenció.
Edgardo Buscaglia cree que Mancera está minimizando las cosas, coincidiendo con Alejandro Hope, especialista en seguridad pública.
En entrevista con El Universal, Hope también afirmó sobre la presencia de cárteles del narcotráfico en la capital, por lo que hay que enfrentarlo con estrategias y reforzando instituciones.
“La definición que usa el jefe de gobierno es que un cártel es aquella organización que exporta droga a los Estados Unidos, cuyo negocio principal es la distribución en mercados internacionales […] lo cual es ridículo e inútil”, declaró el analista.
Y agregó: “¿Exporta droga el Cártel de Tláhuac a Estados Unidos? No. ¿Está en la misma categoría del Cártel Jalisco Nueva Generación?, probablemente no […] pero es del tamaño suficiente para que fuera necesaria la intervención de fuerzas federales para confrontarlo, así de fácil. Todo lo demás es académico y palabrería”.
En contraste, Víctor Manuel Sánchez Valdés, especialista en temas de seguridad nacional, indicó en un artículo de opinión publicado en La Silla Rota que ni el autollamado Cártel de Tláhuac, ni la Unión Tepito son cárteles, menos organizaciones con capacidad para operar en el exterior o en varios estados de la república.
Sin embargo, señaló que sí son bandas de crimen organizado con alcance regional, que materialmente tienen el control de las actividades criminales en algunas zonas de la Ciudad de México y el Estado de México.
“Las autoridades de la Ciudad de México ya no pueden seguir ignorando el problema, las organizaciones criminales no sólo están presentes de forma permanente en la ciudad, sino que además han tenido un importante crecimiento en los últimos años, lo cual pone en riesgo a grandes sectores de la población que habitan en las zonas en las que operan estas organizaciones”, mencionó Sánchez Valdés.
Para Víctor Manuel Sánchez Valdés, es necesario el establecimiento de un plan integral de combate al crimen organizado en la Ciudad de México, sino en los próximos años aumentaran los enfrentamientos que involucren a miembros del crimen organizado.