Podríamos imaginarla caminando entre colores, saltando de una ilustración a otra, dibujando a los músicos que han dado el soundtrack a su vida: Café Tacvba, Carla Morrison, Mon Laferte, Julieta Venegas o Natalia Lafourcade. Diana –o Day Alaniz como se ha hecho popular en Instagram- es egresada de la Carrera de Diseño y Comunicación Visual por la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, quien, con inquietudes de experimentar los aprendizajes en su carrera, decide llevar a sus músicos favoritos a la ilustración y posteriormente pasar este trabajo a prendas y accesorios que portaría en conciertos.
La joven de 22 años confiesa que el gusto por lo visual comenzó desde pequeña, cuando observaba a su padre dibujar y a ella le nacía la inquietud de hacer lo mismo “Compraba mis hojitas de los Looney Toons, eran de dibujitos y me ponía a copiarlos. Descubrí que me salían según yo… a esa edad -como 12 años- decía ‘no ma, está idéntico’ … no sé, no los guardo, pero según yo, me salían igualitos”.
¿Cómo fue para ti entrar a estudiar Diseño y Comunicación Visual?
Cuando entré me desanimé, ya no quería saber nada de ilustración y me fui a multimedia. No quise ilustración porque hay muchos artistas que lo hacen excelente, que hacen ilustración hiperrealista, dije “cuándo yo voy a alcanzar esa perfección”, entonces, me estresé y dije “no quiero nada porque jamás voy a alcanzar esa perfección y me voy a estresar”. A parte la carrera fue un poco pretensiosa, como la envidia de “yo lo hago mejor, yo tengo este equipo”. Después de conocer a más artistas, por ejemplo, Alejandro Magallanes, dije “mi ilustración no tiene que ser perfecta; tiene que comunicar, que es lo principal, pero no tiene que ser hiperrealista”.
¿Qué aprendiste en esta etapa escolar que no hubieses aprendido de no haberlo estudiado?
Saber por dónde empezar, conocer los softwares y la experiencia de los profesores, realmente eso sí fue de gran ayuda, que profesores te decían su experiencia y te decían que no cometieras los mismos errores. También a aclarar inquietudes que iban saliendo o por ejemplo que iban artistas a dar conferencias y que empíricamente, fuera de la escuela, hubiera sido difícil.
¿De qué otras cosas te cultivas para hacer tus trabajos?
Principalmente, como me gusta ligarlo a la música, conciertos. También películas, museos, exposiciones, pintura, escultura, todo lo que sea que te muestre algo ¡lo más loco! Hay exposiciones que te hablan sobre la moda y en parte te enriquece… antropología, también internet, estar buscando referencias, tiendas de moda, de diseño, estar viendo que hacen tus colegas en otras partes del mundo.
¿Referencias de qué tipo?
Referencias, por ejemplo, de qué hacen en la industria musical, qué es lo nuevo, qué se está retomando, si alguien sacó nuevo sencillo. Saber qué inspiró eso, etc.
Tu trabajo va principalmente a la ilustración de músicos ¿Cómo surgió esto?
Del fanatismo, de escuchar algún disco y estar dibujando algo. Quería crear una ilustración y ponérmela en una playera para llevarla en el concierto. Así empecé a ilustrar, de mi gusto, como tener esta onda de los fanáticos de portar chamarras, sudaderas, pines, etc.
¿Cuál fue tu primer trabajo ilustrando a músicos?
Lo primero que ilustré fue de Café Tacuba, sacaron su sencillo “Zopilotes”, tenían una ilustración geométrica y yo recuerdo que en ese tiempo no sabía ni usar la computadora; agarré una tela y pinté así mi zopilote todo chueco con pintura textil, unas me sirvieron y otras no, después la cosí a una chamarra (mí papá me la cosió) y la lleve a una firma de autógrafos, entonces, en mis fotos con ellos tengo mi chamarra bien fea (risas)
¡Qué vergüenza! En ese tiempo yo estaba muy orgullosa de mi chamarra.
Y ahora ¿Cómo es el proceso para crear algo?
Primero veo en qué onda anda (el músico) qué colores usa, qué referencia tiene, a veces es la pura ilustración de él o a veces trato de meter un concepto; si su onda habla del espacio, si trae colores degradados, igual de alguna manera meter eso y dar un discurso.
¿Cómo podrías definir tu técnica?
Mi técnica siento que es más como comic, pero igual no me quiero encasillar en una, sino buscar más como abstracción, o ser más explícita con la persona que estoy ilustrando, abrir más esa línea de estilos. No quiero definirme.
¿Te has topado con un reto? ¿Qué trabajo te ha costado más?
El reto es cuando no me gusta la banda, cuando no he escuchado su música, casi siempre lo que yo hago es porque me gusta, porque soy fan. El reto que tengo es crear algo desde un punto más analítico y no siendo fan, porque siendo fan me sé toda su historia, sus discos… creo que el reto más importante es cuando no conozco a la banda al cien y tengo que crear algo para la banda.
¿Cómo te das cuenta que uno de tus trabajos está concluido? ¿Hay alguno con el que te hayas sentido más a gusto?
Cuando ya quedo satisfecha, cuando se parece, ahí digo ya; cuando dices “Ah, es tal persona” ahí ya quedó feliz. Uno con los que más he quedado satisfecha es un trabajo para 31 Minutos, les hice un cartel y lo acaban de subir a su Instagram, ahí dije “Qué padre que lo tomaron en cuenta y me etiquetaron”, me gusta cuando lo reconocen y no queda ahí.
¿Qué implica el hacer mercancía a través de tus trabajos?
Implica primero el material, como yo no tengo mucho dinero para hacer una producción grande, primero pienso cómo podría solucionar esa prenda, qué tipo de impresión, cuáles son mis posibilidades y también si las personas están dispuestas a pagarlo, por eso siempre subo una simulación y si alguien me la pide, se la hago.
¿Cómo ha sido el mostrar tus ilustraciones a los músicos?
Es mi momento favorito, cuando en firmas de autógrafos llevo mis ilustraciones, o sea, me tardo tres horas en formarme o menos, pero me gusta ese momento en que se los enseño y veo su cara como de sorpresa, tal vez por respeto reaccionan así. Tengo una foto súper chistosa donde le enseñé una ilustración a Drake Bell, ya tiene como tres años, en la foto está súper maravillado, pero tú ves la ilustración y está horrible, se supone que la ilustración tenía como un cepillo mordiendo y parece que está mordiendo un chile… la hice con pastel (gis) y ni siquiera le puse spray para fijar, el ojo se corrió y está horrible, pero a Drake le gustó.
¿De qué otros artistas has recibido algún comentario?
A Javiera Mena le gustó mucho mi ilustración, lo subió a Instagram, me comentó que estaba muy chido. Hace poco le llevé una ilustración a Daniela Spalla y le encantó… a Quique Rangel (café Tacvba) le gustó mucho, igual me pidió mi contacto, no ha pasado nada, pero bueno (risas)… siempre es personalmente la opinión, porque en Instagram o Facebook no sabes si son ellos los que contestan.
¿Qué tan importante ha sido el uso de las redes sociales para difundir tu trabajo?
Súper importantes, siento que es un arma poderosa, pero digamos, tú le quieres enseñar algo a Taylor Swift y tienes la forma de hacerlo, pero en Instagram la etiquetas, actualizas y te das cuenta que cada dos minutos alguien más la está etiquetando, suman otras cien personas y más, entonces, tú trabajo se va quedando abajo y puede que sea una herramienta poderosa para dar a conocerte, pero también, como todo mundo lo tiene a la mano, se pierde. O sea, es buena, pero a la vez muy usada. Yo quiero mostrarlo en redes sociales, pero si llega el artista, me gusta llevárselo físicamente y mostrárselo.
¿Cómo ves el diseño y su relación con la industria musical?
Apenas se está entendiendo esta onda. Es un tema complicado porque para los artistas existe mucha piratería, entonces, hay mucha facilidad de que la gente te compre en original, pero gracias a Internet, tu diseño lo puede piratear alguien. Es cuestión de respetar al artista y no plagiarlo… es difícil, nos falta llegar a madurarlo. Por ejemplo, en conciertos, el artista dentro de la foto vende playeras en 300, pero uno como fan no lo compra porque afuera es lo mismo y le cuesta 100. Nos falta entenderlo todavía.
Sabemos que tu trabajo te ha llevado a relacionarte con más personas y entrar a nuevos proyectos, uno de los que más nos llamó la atención fue la colaboración con Carla Morrisón en un diseño para una agenda ¿Cómo se dio esto?
Hice ilustraciones de ella y se los llevé en un concierto, la esperé hasta el final para dárselos, la vi y le platiqué mi situación: que acabo de salir de la escuela, que estoy ilustrando, que me gusta esta onda y que las vendía porque así pago mi escuela y mis proyectos escolares. Le gustó muchísimo, me contactó, me compró stickers para su gira en Estados Unidos, después para su tienda en línea y salió el proyecto de hacer una agenda entre las dos. Ella puso el contenido, yo le di propuestas y se hizo el proyecto.
Esto lo desarrollaste con alguien más ¿Cómo fue hacer un trabajo en conjunto y compartir ideas?
Siempre me complemento de alguien porque también el diseño es muy grande, implica ilustración, a veces animación, también está la onda editorial que tal vez no es mi fuerte, entonces, siempre busco ayuda de mis amigos que sé que son súper capaces, por ejemplo, Ilse Mol, lo mío no es lo editorial y para ella sí, entre las dos desarrollamos todo.
¿Qué significó para ti este proyecto?
Para mi significó que hay que seguir echándole ganas, seguir haciendo proyectos, porque es probable que se lo puedas enseñar al artista, ya sea por redes sociales o aprovechar cuando vienen a México, entonces, eso es lo satisfactorio, que les gusta, que te lo hacen saber, que lo publican y que vas por el lado bueno, que también falta mucho trabajo qué hacer para poder llegar a ellos y armar algo más concreto.
¿Qué otras inquietudes te nacen dentro del diseño? ¿Qué más te gustaría hacer?
Ahorita quiero enfocarme en audiovisuales para artistas, mezclar la ilustración con las animaciones, porque es algo que me gusta, pero que no le he dedicado tanto tiempo.
Desde el momento que empezaste hasta el día de hoy ¿Cómo has notado el cambio en tu trabajo?
Veo trabajos de hace dos años, hice una ilustración de Natalia Lafourcade que en ese momento estaba bonita para mí, pero ha pasado más tiempo y digo “no se parece”. Creo que visualmente empiezas a madurar, todavía falta mucho, pero tienes que empezar para poder avanzar, si no pues nunca notarás el cambio.
A nivel personal ¿qué te ha dejado la ilustración?
Sentirme muy feliz, la música y los conciertos es lo que me encanta, soy fan, entonces, me encanta hacer ilustración y salir a conciertos, me encanta vivir la experiencia de que haces algo que te gusta, te estás divirtiendo y haces algo por lo que te pagan. Me ayudó mucho a sostener mis proyectos de la escuela y también de esas ganancias pude comprar boletos a más conciertos, es parte eso y parte mi escuela. Recuerdo que tuvimos que hacer un cortometraje como proyecto escolar y gastamos mucho, se nos perdió una memoria de la grabación de todo un día, así que tuvimos que repetir y tuvimos que juntar otra vez el dinero para pagarles a los actores. Todo este trabajo sí me hizo un parote.
¿Cómo ves el panorama de los diseñadores? ¿Qué esperas para tu trabajo a corto plazo?
Espero que en general el trabajo de las ilustradoras sea equivalente al de los hombres, que se vea igual, yo sí busco realmente un equilibrio, yo busco que seamos tan importantes como lo es el trabajo de muchos ilustradores hombres, hay muchas ilustradoras que tienen talento y se ven un poco opacado.
¿A qué otra ilustradora nos podrías recomendar?
Yo soy súper fan de Andonella, me encanta todo lo que hace, soy muy muy fan.