Quince días antes de que 2017 terminara, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que la Cannabis medicinal no debería considerarse una droga y que su uso no es un problema para la salud pública.
Así estuvo constatado en el informe del Comité de Expertos en Farmacodependencia de la OMS, quienes acordaron que el cannabidiol (CBD) es apto para el uso medicinal, y que su uso mejora la calidad de vida de los pacientes con enfermedades terminales.
Aceptando también que no existen evidencias que demuestren que su consumo puede causar dependencia y que puede contrarrestar convulsiones y enfermedades como epilepsia, Alzheimer, Parkinson, diabetes, esclerosis múltiple, cáncer, entre otras.
Esto a pesar de que durante décadas la OMS tenía clasificada a la marihuana dentro de las sustancias ilegales peligrosas, eso sí, era considerada dentro de las menos nocivas.
Debido a la realización de investigaciones y estudios científicos, así como el activismo de organizaciones de la sociedad civil, en todo el mundo se ha abierto un nuevo camino hacia la despenalización del Cannabis para el usó médico y recreativo.
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En Europa existen lugares como Holanda, Portugal, Bélgica, Suiza y España, donde el consumo y la compra de productos de cannabis están controlados por la ley.
Mientras que en el continente americano, Canadá, Estados Unidos, Uruguay, Chile, Jamaica, Colombia, México y Argentina se han creado o modificado leyes que permiten su uso para la salud y un fin recreativo.
De acuerdo con el Informe Global Sobre las Drogas 2016 de la Oficina de la Naciones Unidad contra la Droga y el Delito, en todo el mundo se calcula que existen 183 millones de consumidores de Cannabis, convirtiéndola en la sustancia más usada en el mundo.
Entorno al debate sobre la despenalización de la marihuana, hay muchas interrogantes que han surgido desde que el tema ha ganado campo en los medios de comunicación, así como en las políticas que analizan el uso legal.
¿Qué va a pasar el día que la cannabis sea despenalizada en México?, ¿Acaso vamos a ver a un montón de personas fumando porros en el Zócalo o en la Alameda de la Ciudad de México?, ¿Cómo le van hacer los consumidores recreativos para conseguirla?, o ¿Si se permite su uso licito puede ayudar a disminuir los niveles de inseguridad y violencia que aquejan al país desde que el Estado le declaró la guerra a los narcotraficantes?
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Así son varias de las cuestiones que millones de mexicanos se plantean y a pesar de que estamos a la puertas de que personas puedan utilizar de la cannabis medicinal para el tratamiento de enfermedades.
Tomando como ejemplo: Colombia, Chile, Argentina y Estados Unidos, donde desde hace tiempo han existido nuevas normas que permiten la producción y venta de derivados de la marihuana, lo cual también ha ocasionado cambios en el ámbito de seguridad, económico, sociedad y cultual en dichos países.
Los mitos de la despenalización
En México el tema de la despenalización sigue siendo un debate que avanza, pero a pasos lentos, llegando apenas a la probación de una norma que permite el uso medicinal del cannabis.
Lo cual derivó en que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), tuviera como obligación el de presentar en diciembre un reglamento donde se detalle cómo será todo el proceso.
Lo cual fue cumplido por la Cofepris, y ahora toca esperar que la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) dé una revisión al reglamento para que posteriormente sea publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Legalizar las drogas, ¿la solución a la violencia en México?
Con esto se espera que, antes de que termine el primer trimestre del 2018, miles de pacientes puedan consultar algún médico especializado en la materia y, a su vez, puedan adquirir los productos medicinales de cannabis.
En cuanto al debate del uso recreativo, todo sigue en discusiones políticas, aunado a que la Secretaría de Gobernación (Segob) ha iniciado un proceso en contra de la revista Cáñamo, con lo que buscan censurar y quitar de circulación dicha publicación.
Segob ha dicho que la editorial fomenta acciones “en contra de la moral” y de las “buenas costumbres”.
Mientras el gobierno y el poder legislativo siguen manteniendo el tema de una despenalización más abierta, México sigue sumido en una crisis de violencia e inseguridad, derivado de 18 años de guerra contra los carteles de la droga.
A su vez que Estados Unidos, nuestro vecino y máximo cliente-consumidor de marihuana y otras drogas, está desde hace años aprobando nuevas leyes que permiten el uso recreativo, en México se sigue derramando la sangre de miles de víctimas.
En Estados Unidos, existen entidades como California, Nueva York, Carolina del Norte, Ohio, entre otros, donde desde que el cannabis se ha despenalizado, los índices de seguridad y asesinatos han disminuido.
Recientemente la revista Royal Economic Society publicó un estudio en el que demostró que en los estados donde ha legalizado la marihuana medicinal, sí contribuye a la reducción de la violencia.
De acuerdo con la publicación, granjeros locales han visto nuevas oportunidades en el mercado del cannabis, lo cual ha tenido como consecuencia que los grupos del narcotráfico de México, comiencen a perder un mercado que durante años estuvo en sus dominios.
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De acuerdo con Royal Economic Society, las entidades que comparten frontera con la república mexicana, y donde además la marihuana ha sido despenalizada, los delitos con violencia bajaron un 12.5%.
Mientras que los homicidios relacionados con la ley de drogas, también han disminuido en un 40.6%. Según la revista, la evidencia es consistente en su hipótesis. “La Ley de Marihuana Medicinal conducen a una reducción en la demanda de mariguana ilegal, seguida de una reducción en los ingresos de las organizaciones de tráfico de drogas mexicanas, y, por lo tanto, una reducción en la violencia en los estados ubicados en el área fronteriza con México”.
Asimismo, este nuevo mercado ha permitido el crecimiento económico y la creación de nuevos empleos en los estados donde existe tal apertura.
Por ejemplo: el diario The Washington Post publicó otro estudio realizado por New Frontier Data, en el que se afirma que el mercado de la marihuana recreativa ha generado ingresos mayores a los 132 mil millones de dólares, así como la creación de un millón de nuevos empleos.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, el mercado de la mariguana ilegal en Estados Unidos era de un 40% a un 67% controlado por cárteles mexicanos.
Colombia es otro país que ha tenido avances importantes en la materia, en el 2016 se convirtió en el cuarto país en permitir el uso medicinal de la marihuana. Siendo que durante muchos años también vivieron en un contexto de violencia y narcotráfico.
Las leyes colombianas permiten a los ciudadanos traer hasta 20 gramos de cannabis para el consumo personal, y su comercialización no está permitida, ya que, desde 1986 existe una norma que permite a las personas tener un máximo de 20 plantas.
De acuerdo con el periódico colombiano, El Tiempo empresarios y agricultores ven la posibilidad de que en un futuro puedan incursionar en el mercado internación, ya que, al ser un país con un gran potencial de cultivo, algunos países como Canadá han mostrado interés en importar productos de cannabis del país sudamericano.
En tanto que México solamente se han detallado los lineamientos para la importación y comercialización de medicamentos dentro del país, esto a pesar de que la república mexicana es potencia mundial en el cultivo de cannabis.
Ante esto, activistas y organizaciones que luchan en pro de la legalización, han mostrados su rechazo, argumentando que estos lineamientos se quedan “cortos” ante las legislaturas de otros países.
Hace un año la organización británica Global Drug Survey (GDS) en conjunto con El Universal dieron a conocer los resultados de una encuesta realizada en México, enfocada a usuarios del cannabis. De acuerdo con sus datos, tres de cada cuatro encuestados aseguraron haber fumado una o dos horas antes de dormir para relajarse y concebir el sueño.
De los más de mil 300 mexicanos que fueron encuestados por GDS, el 65% de ellos aseguró tener un empleo, mientras que el 11% dijo estar desempleado. Entre los consumidores de cannabis se encuentra: médicos, abogados, escritores, universitarios, ingenieros, entre otros.
Sin embargo, en México se sigue criminalizando a los consumidores de Cannabis, así lo demostró el año pasado el Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde se asegura que el consumo de las drogas no es algo que el gobierno busque combatir, pero si a quienes tienen posesión de alguna sustancia.
Según el CIDE 7 de cada 10 averiguaciones previas iniciadas por delitos contra la salud, están vinculados al delito de posesión. De hecho el 41% de los procesos federales por delitos de drogas de arrestado con alguna droga cuyo valor es inferior a 500 pesos.
En tanto que 8 de cada 10 mujeres que se encuentras presas en penales federales, son señaladas por delitos vinculados con las drogas.