Tabata

Tabata, celebrar la vida después de conocer la miseria humana

25 mayo, 2021

Nació el 12 de octubre de 2016, le pusieron Tabata Varenka, llegó a este mundo como cada pequeño debe de ser recibido, llenos de amor, protección, ternura, respeto. 

La pequeña Tabata vivía con su mamá y la nueva pareja de ella, en algunas ocasiones María del Rosario o Cony, como la llamamos cariñosamente a la abuelita de Tabi, la cuidaba cuando la mamá de la pequeña se lo solicitaba, a ella le llenaba la vida hacerlo. 

En una ocasión, en junio de 2020, al comentarle Tabata que la lastimaba la pareja de su mamá, le hizo saber que no permitiera que nadie le hiciera daño. El consejo le molestó a la madre, quien buscó a la hermana de Cony, Lucía para que cuidara de Tabata a cambio de una paga.

Cony ya no tenía acceso a la niña. De vez en cuando le preguntaba a su hija por la chiquilla, solo le decía que estaba bien. 

El 24 de agosto de 2020, el Ministerio Público fue notificado por una trabajadora social del Hospital de Axapusco, Estado de México, sobre el ingreso de una menor con lesiones brutales en todo su cuerpo. El 1 de septiembre de 2020, la pequeña fue trasladada al Hospital Nicolás San Juan, en Toluca, Estado de México. 

El pronóstico textual fue el siguiente: Lactante con desnutrición leve, traumatismo craneoencefálico grave neumoencéfalo, infarto cerebral del hemisferio  izquierdo, crisis convulsivas, contusión pulmonar izquierda, shock hipovolémico, policontundida.  

Diagnóstico: paciente en estado muy grave con elevado riesgo de muerte, pronóstico malo para la función, reservado para la vida. 

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Nos llegó el caso de manera anónima, el 26 de agosto, otra vez una pequeña, intubada, lastimada, quemada de la piel, lastimada severamente, su imagen es muy parecida a la que hemos visto muchas veces. 

Incluso en ese momento estábamos acompañando el caso de Yaz, en Puebla, y era la misma indignante imagen, la misma que vimos con Ivana Nicole, con Mónica, con Samantha, con Alexa. Esos rostros que deberían de ser de vergüenza para todos. Sí, esa pequeña era Tabata.

Sandra Pacheco García, excoordinadora del Centro de Justicia para las Mujeres en la región y que fue removida del cargo por intereses políticos y personales de una seudoactivista, tomó las medidas necesarias para que la justicia llegará a Tabata y su abuelita, ayudó a la detención de Lucía, la tía abuela de la niña y hermana de Cony. 

Como mencionamos arriba, hemos acompañado muchos casos de pequeñas que mueren en diferentes lugares luego de ser brutalmente golpeadas, la mayoría de ellas no tuvieron contacto más que con enfermeras y médicos, a diferencia de Tabata, que su abuela materna luchó, exigió, suplicó para que la dejarán acercarse a ella.

«Cuando la vi por primera vez, sentía que moría de dolor, ahí entubada con mangueras por todos lados, en coma, con un pedacito de su cráneo desechado, hinchada, con los ojos cubiertos, quería morirme, que nos fuéramos juntas”, recuerda Cony.

Y agregó: “Le empecé a hablar a decirle que la amaba, que se iba a poner bien, en ese momento me apretó el dedo meñique, le hablé al doctor y me dijo ‘no le deje de hablar, señora’. Los médicos me dijeron que ella se quedaría como una plantita si sobrevivía, eso me rompía el corazón».

Tabata estuvo muy grave un poco más de un mes, cuando me llamó su abuela para decirme que se la darían de alta por mejoría, me quede muda, ambas lo estaban logrando. 

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La visite por primera vez en su casa inmediatamente después de su alta médica, ahí estaba acostadita, no hablaba mucho y apenas sonreía, pero Cony no perdía las esperanzas de que se recuperará. 

Durante un mes y medio aproximadamente estuvo albergada en DIF,  en lo que su abuelita acondicionaba la casa para tenerla con ella, aceptando que iba a ser muy difícil trabajar y cuidar de Tabata. Todos los días lloraba por ella, hasta que se la devolvieron en febrero de 2021.

Sin embargo, una herida de una operación que le realizaron, de la cual Cony no fue notificada, se le infectó. La amorosa abuela, volvió a sacarla adelante, curó sus heridas, la llevaba a dónde la atendieran, a sus terapias que de vez en cuando le daban y la rehabilitó.

El pasado sábado acudimos nuevamente a verlas, en está ocasión acompañada de Sandra, ya no como funcionaria si no como amiga, Tabata nos recibió con una sonrisa, bailó, cantó, nos abrazó, con ese abrazo que llena de esperanza, de amor.

Le llevamos algunos regalos, un oso de peluche que es más grande que ella, una muñeca, plastilina, bloques para armar. Al llegar a su casa, humilde como dice Cony, ya no te quieres ir, de la cantidad de energía, de amor, de inocencia que alberga esa casa llena de mucho de lo que nos falta en nuestros hogares. Amor y lucha constante. 

El 18 de mayo de 2021, acudimos nuevamente a visitarlas, vimos la cantidad de carencias que tiene Cony, debe llevarla a terapias que cuestan 500 pesos cada una, ir a las audiencias, no cuenta con un automóvil, lo único que amorosamente le otorga la Comisión de Atención a Víctimas del Estado de México, es un pequeño apoyo para trasladados y es aquí donde viene la reflexión para todos, incluida para quien redacta.

Tabata no está muerta, siempre que hacemos en vivos o compartimos una foto de las tumbas de Lupita, César y Estrella, los comentarios son infinitos, las reproducciones miles y miles. Nos escriben preguntando cómo pueden apoyarnos en llevar dulces, flores, juguetes a nuestros bebés asesinados y es muy valioso todo eso. Pero Tabi, está viva, no se murió como todas nuestras niñas. 

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Tan no se contempla que no tiene apoyos de rehabilitación por parte de las autoridades, aunque es una pequeña víctima de violencia de género, un posible feminicidio, al estar viva deja de ser importante. 

No hay continuidad de las dependencias como DIF estatal, nacional o municipal. Tampoco de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes #SIPINNA. Nadie ayuda a esta pequeña sobreviviente, que debería estar siendo atendida por todos, incluidos nosotros como sociedad. 

El día de hoy, solicitamos de su apoyo, no para nosotros, para Tabata y su abuela, para ayudar a que coma bien, sea atendida como hasta ahora por su abuela, a que pueda acceder a terapias de rehabilitación, que tengan un poco más de ropita, ayudemos a que está digna pequeña florezca y olvide un día a cada una de las personas que la dañaron. 

Porque tristemente recuerda todo, cada una de sus cicatrices, pero aún con todo ello, sonríe siempre sonríe. 

Ojalá ustedes que tanto me preguntan cómo me apoyan puedan hacerlo con ellas, estos son los datos directos de la abuela de Tabata, para que sea directamente con ella el apoyo. BanCoppel a nombre de María del Rosario Morales Ramírez , número de cuenta 10419104090 CLABE Interbancaria 137180104191040901

Si desean que les proporcione su celular con gusto se los doy ya sea por mis redes sociales vía mensajes privados o a mi correo. 

Quisiera poder transmitirle todo lo que ella nos transmite, su fuerza, su coraje, su amor por la vida. Que hace que cada una de las lágrimas que hemos derramado muchos años, valgan la pena al verla llena de vida y fortaleza, lo demás son nimiedades.

Mayo 2021

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.

@FridaGuerrera

@vocesDLAusencia

fridaguerrera@gmail.com




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