Viajar, un demonio necesario

Quien diga que no anhela conocer el mundo debe estar loco. Interactuar con el Otro es una actividad propia del ser humano la cual requiere involucrarse, desnudar el alma, mostrar el reflejo de sí mismo frente a un monstruo de mil rostros. Es placer en el adiós, es felicidad con una pizca de desdicha.

Ryszard Kapuscinski menciona en su obra El encuentro con el otro que el hombre, al encontrarse con un sujeto diferente a él, sólo tiene tres posibilidades: elegir la guerra, aislarse tras una muralla o entablar un diálogo. La mayoría elige esta última, aunque no faltan aquel que prefiera construir un muro.

Tampoco quiere decir que refugiarse sea un error. Lo desconocido causa un miedo inexplicable, incertidumbre constante. Todos somos Otros ante otros. Tal vez no sea visible pero si observas bien, encontrarás en ellos lo que hay en ti. Rareza convertida en semejanza.  

Viajar también representa mostrar tus debilidades una vez que pones los pies sobre otras tierras; es darte cuenta que estás solo a pesar de estar rodeado de un mar de gente; muchos rostros pero todos ellos desconocidos. El color de piel cambia, las sonrisas son diferentes, los “buenos días” poseen un calor de hogar distinto al que conoces. Comprendes la distancia y los kilómetros recorridos cuando estás lejos de aquello que te identifica. Lejos de tu hogar descubres tus fortalezas. Viajar es soledad pero a la vez redescubrimiento.

Aunque una cosa es cierta: hay sentimientos y miradas universales. Podrás desconocer el idioma pero una emoción jamás. Nuestro cuerpo dice más cosas de lo que nuestra mente quisiera. No importa en donde estés, la alegría, el enojo o la risa son acciones que traspasan fronteras, banderas y lenguas.

Los tiempos cambian y las generaciones se transforman. Antes viajar se realizaba para desplazarse o enriquecer el alma, hoy en día también algunos lo hacen por moda, para tener fotografías en redes sociales que presumir. Es triste pensar que una actividad tan antigua como conocer la diversidad racial y cultural del globo terráqueo se minimice a un me gusta. Viajar representa más que la cantidad de aceptación que puedas conseguir en un mundo virtual.

Hoy en día, no es necesario un boleto de avión para atravesar fronteras; ahora se puede viajar de diversas maneras: un libro, un platillo, una fotografía o hasta una película son suficientes para que la posibilidad de descubrir historias, aumente. Porque conocer un estado, país o continente va más allá de poner los pies sobre sus tierras.

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Periodista con gusto por la antropología. Escribo hasta que las palabras se me agoten. Amante de la fotografía, los viajes y las letras. Busco contar historias que vayan más allá de un "érase una vez". He colaborado en sitios como Notimex, A21, Contacto en Medios y el GACM.

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