Amnistía es esa palabra ambigua que nos conduce a Andrés Manuel López Obrador y al perdón de los criminales. Una fórmula que levanta como espuma en las encuestas, que no determinan una elección donde el candidato supera en simpatizantes.
Más de 100 mil carpetas de investigación solo por homicidio en el sexenio de Peña Nieto significa pérdida de un Estado de Derecho urgente para el bienestar de todos los mexicanos.
Los delincuentes asesinan, violan, roban y los tenemos en Quintana Roo, Baja California, Guerrero, Guanajuato, Ciudad de México, por decir unos. En tanto Andrés Manuel emerge del pueblo como justiciero que sabe que no puede enfrentarlos, pero sí perdonarlos.
A sabiendas de la amnistía, la delincuencia en el país –libre por el grandioso nuevo Sistema Penal Acusatorio– saldrá a votar el 1 de julio como cualquier ciudadano y convencido de que será perdonado, emitirá su sufragio por López Obrador.
Posteriormente cada ratero, violador, secuestrador o asesino saldrá a hacer su día normal, “trabajando por necesidad”. Para ellos, un ajuste de cuentas, una violación por trastornos mentales o plagio es su “chamba”.
Dada la delincuencia al alza en México, la gran cantidad de esta fuerza delictiva representa miles de votos. Pero claro, es una suposición.
El padrón electoral está abierto a toda la ciudadanía mexicana mayor de edad, algo así como 70 millones de mexicanos. Entre ellos, la delincuencia organizada, individual o cárteles; el voto oscuro que ayudará a la conquista de Andrés Manuel.
Si López decide dar amnistía o no, se verá al tomar el poder que le dieron los sufragios, de retractarse habrá sido una gran estrategia.
De pactar con los criminales, Andrés seguramente cerrará un sexenio más marcado por sangre que por acciones que hoy no tienen sustento en sus promesas.
Aguas con las fake, segunda llamada
Nadie privatizó el agua mientras celebraban 21 millones de mexicanos (a través de la tv) la victoria de la Selección Nacional contra Alemania en el arranque del Mundial de Rusia. Una vez más la desinformación envolvió el ánimo local creyendo que siempre hay distracciones para chingarse a México.
El pasado 6 de junio Peña Nieto firmó –sin mucho ruido en medios– los diez Decretos de Reserva de Agua publicados en el Diario Oficial de la Federación, mismos que de ninguna forma otorgan beneficios a ningún particular, informó la Conagua.
En realidad, se preservará el medio ambiente y se garantizará el agua para el consumo humano de 18 millones de habitantes que aún no nacen, en una proyección a 50 años.
Recuerden consultar fuentes oficiales, en este caso, no se privatizó el agua, tan sólo se dieron permisos y obligaciones a empresas privadas para utilizarla en ciertas zonas.
No dejen que gane ya saben quién, perdón, la ignorancia.