Charlottesville: el odio racial que renace tras la llegada de Trump

El mundo vio la tragedia desplegarse en Charlottesville, Virginia. Una mujer joven, Heather Heyer, perdió la vida y al menos otros 19 resultaron heridos cuando un automóvil golpeó a una multitud de personas reunidas para contrarrestar a los manifestantes de la supremacía blanca.

Lo cierto es que Charlottesville es un síntoma y se debe lidiar con la causa: el odio, el prejuicio y el racismo, lo cual si lo pensamos, resulta hasta un tanto utópico de lograr.

¿Qué es lo que sabemos?

  • Los supremacistas blancos fueron a Charlottesville para protestar contra el plan de la ciudad de derribar los monumentos confederados, particularmente una estatua del general confederado Robert E. Lee.
  • El viernes, algunos manifestantes de la supremacía blanca – conformados por nacionalistas blancos, neonazis y miembros del Ku Klux Klan – encendieron antorchas y marcharon hacia el campus de la Universidad de Virginia en Charlottesville. Fueron recibidos por grupos anti-racistas, quienes llegaron a la ciudad para protestar contra los supremacistas blancos. La violencia rápidamente estalló entre los dos grupos.
  • El sábado, los supremacistas blancos planeaban celebrar un mitin más grande (Unite the Right) al mediodía. Las cosas se salieron de control cuando ambos grupos manifestantes se enfrentaron por la ciudad. Tanto que el gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, declaró estado de emergencia.
  • El mismo sábado, y mientras un grupo de contraprotesta se alejaba de las manifestaciones, un Dodge Challenger conducido por el conocido simpatizante nazi, Alex Fields, entró en la muchedumbre matando a Heather Heyer, de 32 años, e hiriendo a otros 19.

A la par, un helicóptero de la policía estatal que respondió a las protestas se estrelló, matando a dos pilotos.

Foto Reproducción

¿Cuál fue la reacción de Donald Trump?

La reacción del presidente causó un sinfín de críticas.

En su primera declaración dijo: «Condenamos en los términos más fuertes posibles esta exhibición atroz del odio, de la intolerancia, y de la violencia procedente de varios lados”. Evidentemente esta declaración atrajo críticas por presentar una falsa equivalencia entre los supremacistas blancos, que literalmente mataron al menos a una persona, y los contramanifestantes que estaban allí para pronunciarse contra el odio, la intolerancia y la violencia.

Tuvo que ser más firme en su siguiente declaración.

“El racismo es malo y los que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo al Ku Klux Klan, los neonazis y los supremacistas blancos», estas fueron las palabras que dijo en su siguiente discurso, sólo que esta vez sonaron como un discurso preparado, algo que se vio forzado a decir para calmar a los críticos.

Algo que todos sabemos es que, desde el comienzo de su campaña para la presidencia, Trump hizo comentarios despectivos sobre grupos minoritarios y nunca se disculpó por nada de eso. Gracias a ello, muchos grupos de odio lo tomaron como un símbolo de respaldo hacia su ideología, hasta casi considerarlo como un salvador o un mesías que venía a hacer de Estados Unidos un país “mejor”.

Foto Reproducción

En pocas palabras, actualmente estos grupos de odio ven todo eso como si el presidente les estuviera dando un tipo de pase.

La primera declaración del presidente Trump no hizo más que demostrar su falta de liderazgo ante el tema. Claramente evadió la realidad del problema, prefirió ignorar los hechos que estaban más que claros.

La ideología de la supremacía blanca tiene una larga historia en América, y sobre todo en los Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos meses (a partir de la candidatura y posterior elección de Donald Trump), los movimientos de supremacía blanca y demás grupos racistas se han sentido cada vez más presentes.

Esta fue la mayor reunión de grupos de supremacía blanca en muchos años en los Estados Unidos.

Los eventos en Charlottesville demuestran una vez más cómo Estados Unidos se encuentra profundamente dividido cuando se trata de la raza. Lo que ocurrió es un horroroso ejemplo de odio que se desencadena en las calles estadounidenses en 2017.

Alt Right: El rostro del “supremacismo” racial en EEUU

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