Donald Trump y Joe Biden son los candidatos para gobernar a uno de los países más poderosos del mundo: Estados Unidos. A tres semanas de las elecciones, el 3 de noviembre, la caída del actual mandatario de la Casa Blanca es casi un hecho.
La baja en la popularidad de Donald Trump lo puso a bailar YMCA de Village People en un meeting repleto de gente, sin medidas de seguridad e higiene por coronavirus. Justo a unos días de que el presidente de aquella nación hubiera enfermado.
Su curiosa recuperación ha causado polémica y él mismo se ha erigido como uno de esos superhéroes que la cultura americana ha dado en muchos años. Dio positivo a Covid-19, fue llevado en helicóptero al hospital militar y salió (con cubrebocas, al fin…) de su tratamiento, del que presumió se “revitalizó” como 20 años.
Para contribuir a la polémica existen dos dudas que necesitan una sola respuesta. ¿En realidad le dio Covid-19? ¿De verdad cree en la enfermedad que ha dejado más de 215 mil muertos en su país? Previo a contagiarse se le vio reacio a usar cubrebocas, y en el meeting de Florida no pareció preocuparse de no traerlo puesto. Ya el baile fue para que se notara (vaya forma) que tiene buen ánimo a pesar de ir 10 puntos abajo de Joe Biden en las encuestas. Recuerden, it’s Donald Trump, not a superhero.
Ahora bien, podrá no temerle a contagiarse de coronavirus, pero le causa mucha preocupación el voto por correo. Dice que sufragar por esa vía “no da certidumbre a resultados”, pero en medio de la pandemia y para evitar que millones de estadounidenses salgan de casa, es una opción más que recomendable. Además, esta forma de presentarse en los comicios lleva años funcionando en el escenario político de Estados Unidos.
Trump, temeroso, ha asegurado que el resultado de las elecciones del 3 de noviembre nunca se determinará con precisión con voto por correo. Pero seguramente lo dirá en caso de que gane Joe Biden, porque de triunfar Donald, será “contundente” y sin equivocación, y todo será maravillosamente respetado. ¿Les suena?
It’s the same
De este lado del muro (guiño, guiño), parece el mismo caso. Cuando no gana el partido en el poder, las autoridades electorales son unas “corruptas y tendenciosas”, pero cuando les favorecen los resultados, abundan los halagos y reconocimientos.
En México tenemos un presidente que ha descalificado al Instituto Nacional Electoral (INE) cuantas veces ha podido. Andrés Manuel López Obrador dice que este órgano nunca ha dado certeza a las elecciones, pero avaló el triunfo de 2018 que lo tiene en el poder. Ahora lo ha golpeado para que la gente desconfíe en caso de una derrota en los comicios de 2021.
Y es que se va formando una oposición, tímida y con miedo al fracaso, pues están frente al opositor más grande de la historia mexicana, el mismo López Obrador. Solo que al tabasqueño ya se le olvidaron dos cosas: Que la oposición debe existir sí o sí como cuando él lo era, y que es válido que quieran equilibrar la balanza.
Justo ahora estamos ante un fin de semana de elecciones en Hidalgo y Coahuila. Esto servirá de preámbulo para saber cómo vienen los comicios de 2021, en los que no hay nada claro aún y todos se destapan por cualquier lado.
Por cierto, es una buena noticia para la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda, que Santiago Nieto haya declinado ir por la gubernatura de Querétaro en esta oportunidad. Pero tengan por seguro que vienen muchas sorpresas en el gabinete y que más temprano que tarde habrá cambios.