Andrés Manuel López Obrador está urgido de venganza y de popularidad, porque su mente ya está en el próximo proceso electoral. Atrás van a quedar los más de 400 mil casos confirmados de Covid19 en México y los 45 mil muertos por este virus, decesos que para el gobierno son una cifra más. Un tardío homenaje no exime un pésimo control de la pandemia en el país.
El caso de Emilio “L” no es el juicio del siglo, ni siquiera del sexenio. El exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) es solo el anzuelo de la semana para desviar la atención de temas de mayor relevancia. Vaya, ni siquiera la telenovela del avión presidencial causó el impacto que se esperaba.
Pero las audiencias de Emilio ya dieron, hasta la noche del martes, una resolución con ventajas para el ex funcionario, ya que a pesar de haber sido vinculado a proceso por el delito de recursos de procedencia ilícita en la hipótesis de recibir 3 mdd por parte de Altos Hornos de México, al exdirector de Pemex se le colocará un localizador electrónico, entregará pasaporte y Visa para no intentar escapar y, por ahora, no pisará la cárcel.
Quizás esto último es lo más notable, puesto que la promesa del presidente López Obrador era meter a prisión a los corruptos de la “mafia del poder” como Emilio “L”, pero es solo el anzuelo para atrapar otros peces gordos como el extitular de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, o hasta colaboradores cercanos de ambos. El punto es que esto suceda lo más pronto posible, pues el proceso electoral está a la vuelta de la esquina.
Es una apuesta por ganarse la confianza de la gente, de la suya, y de otros que creen que lo está haciendo bien. Encarcelar a un pez gordo genera buenos dividendos en cuanto a votos para las elecciones de 2021. Morena quiere permanecer con mayoría en el Congreso para avalar todo lo que el presidente quiera.
Aún peor, no existe una oposición que detenga todo el autoritarismo que quiere López Obrador. Y así seguirán estos meses, minimizando la pandemia, diciéndole a Hugo López-Gatell lo que debe decir, como que no es obligatorio el uso de cubrebocas.
¿No que ya no había chayo?
Respeto mucho el trabajo de los colegas periodistas y admiro que se presenten a la mañanera de López Obrador. Pero es increíble que Isabel Arvide fuera designada como cónsul en Estambul con nula experiencia diplomática, puesto que es más conocida por alabar al presidente en sus conferencias, así como haber pedido una vez que le financiara con apoyos a su medio.
Sin pudor alguno, la periodista Isabel Arvide solicitó en la #ConferenciaPresidente una ley para que no pudieran llamarle "mezquino" al mandatario y quedar impune…
— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) July 29, 2020
Ocurrió en febrero y hoy fue nombrada cónsul en Estambul.pic.twitter.com/AfSujmJ8VA
Como resultado, un chayo -sí, de esos que Andrés Manuel dice que ya no hay– para Arvide del tamaño de mandarla a Turquía. Al igual que Martha Zamarripa, ratificada por el Senado como embajadora de México en Belice que tampoco tiene experiencia en el Servicio Exterior Mexicano.
¿Qué sigue? ¿#LordMolécula como embajador de México en Suiza? Tal parece que todo puede suceder.