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Gastronomía: los alimentos de la mente colectiva

¿Qué es bueno para comer y qué es malo con sólo pensar en saborearlo? Comer es un asunto que va más allá de tu plato. No se trata de sólo satisfacer a tu paladar, sino también, comprende de un conjunto de reglas sociales que, de ser ignoradas, pueden llevarte a una “muerte social”. Porque algo es cierto: no comemos de todo. Y si es así, ¿quién de ustedes ha comido gato, perro o humano?

Son diversos los factores que intervienen en la decisión de cada ser humano a la hora de comer. No sólo tiene que ver el aspecto biológico, en el cual ciertos productos son inadecuados para que nuestra especie los consuma, como el petróleo, también se relaciona con la cultura alimenticia y las tradiciones de cada pueblo.

Por ejemplo, de acuerdo al antropólogo Marvin Harris, en México, los aztecas no sólo consumían la carne de sus prisioneros de guerra para extraer su fuerza, sino también, porque se tenía la creencia de que ésta actividad era un método de regulación demográfica en la zona. Un pueblo como éste que ofrecía sangre y corazones a sus dioses sólo tenía el propósito de cumplir con su sagrado deber y sí, por qué no decirlo, de saciar su gusto por la sangre humana.

Antes esto, no debería sorprendernos que en sus orígenes, nuestro querido pozole fuera preparado con carne humana y ofrecido al dios de la primavera con la esperanza de obtener buenas cosechas. Hay relatos que indican que al emperador Moctezuma se le servía un enorme plato de pozole acompañado con el muslo de un prisionero sacrificado.

Los hábitos alimenticios transmiten mensajes derivados de valores, costumbres o creencias religiosas y es menester no ridiculizar ni condenar la gastronomía de otras tierras sólo porque nuestros pies no están en ellas. La comida es un símbolo y hay que saber interpretarlo.

Así como tú no concibes comerte al perro de la familia, ése que te ha acompañado por años y con quien has creado una relación cercana, un hindú no puede siquiera imaginar en degustar un manjar en donde el alimento principal sea una vaca. Cómo comerte al animal que te ayuda en el arado de tus tierras, aquél que evitó que durante la sequía los hombres se comieran entre sí. O bien, para una comunidad peruana situada en el sur de este país, comer gato por motivos religiosos es la mayor muestra de fervor, un platillo imprescindible en su tradición.

Es así como la comida primero debe alimentar la mente colectiva antes que a nuestro estómago. Antes que bueno para comer, el hombre come lo que él considera bueno para pensar. No juzgues el plato ajeno. No señales lo diferente porque  lo que para ti es prohibido no lo es para todo el mundo.

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Periodista con gusto por la antropología. Escribo hasta que las palabras se me agoten. Amante de la fotografía, los viajes y las letras. Busco contar historias que vayan más allá de un "érase una vez". He colaborado en sitios como Notimex, A21, Contacto en Medios y el GACM.

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