Zimmerman¿Sabías que “Gustar”, “Querer” y “Amar” no son lo mismo?
¿No? ¿No lo entiendes? Bueno, te explico:
Me gustas.
Me gustan tus ojos,
La manera en que se abren al verme llegar,
Como se entrecierran cuando te hago reír
Y la forma, biológicamente imposible de impedir,
En que tus pupilas se dilatan tras una palabra mía.
Me gustan tus labios,
Ese ligero color carmesí que me provoca insomnios
Y aquellos lunares que adornan tu cuerpo
Como luna llena a una noche de octubre.
Me gusta tu piel,
Tan dulce como tus besos
Y tan clara como la idea de pasar contigo mi vida entera.
Me gusta tu rostro,
Amigable, seguro e inocente,
Que contrasta con tu silueta la cual, no dudo,
Fue moldeada por mandato divino.
Y me gusta tu forma de ser,
Tan contraria a la mía
Pareciera fuera eso lo que nos mantiene juntos.
Te quiero.
Quiero que seas la compañera de mi vida,
Aquella que escuche mi primera palabra del día y la última de la noche,
Con quien disfrute aquella vieja música, mientras comemos por la tardes,
Se desvele por las noches y camine por las calles.
Quiero ser el protagonista en tus minutos de felicidad,
Quien te dé su hombro en los momentos de oscuridad,
Ver tu risa todo el día,
Escuchar la melodía de tu voz.
Irme contigo si te vas, morirme contigo si te mueres.
Te amo.
Hay muchas diferencias entre el gustar y el querer, con el amar.
La principal de ellas es el tiempo.
Me puedes gustar hoy, y mañana ya no.
Te puedo querer mucho tiempo,
Pero cuando ya tenga lo que quiero
Quizás ya no te quiera.
Mientras que el amar es eterno.
“Amar” y “para siempre” es pleonasmo.
Amar es lo más difícil de explicar,
De hecho es imposible de hacerlo,
La única manera de entenderlo es poniéndole un pronombre al verbo,
Y en esta ocasión el pronombre eres tú.
