Era el 2018, entonces habían pasado cinco años desde la última producción en el estudio de Ska-P, banda de Vallecas, España, quienes también acumulaban un par de años lejos de los escenarios por el tinnitus que desarrolló Pul Pul después de tantas giras, de tantas grabaciones, de tanta resistencia.
Para los fanáticos from hell del conjunto ibérico fue un suspiro el anuncio de Game Over, su octavo disco.
Yo revisaba su Facebook, Instagram o Twitter las 24 horas de los siete días de la semana. Quería ganar todas las notas. Ser el primero en revelar la portada, el sencillo promocional, la lista de temas y todos los pormenores de la inédita reunión, por primera vez sin Ricardo Delgado, el performancero de la banda.
El resultado fue interesante. Definitivamente Ska-P conservó la máscara rebelde con incisivas letras que lo mismo se cagaron en el rey Felipe, el capitalismo, el consumismo, la censura, la represión, la explotación laboral o apoyaron a la unión y respeto entre razas, a la revolución feminista.
Musicalmente, el septeto se agotó la fórmula punk, ska, reggae y rock que desde los años noventa se preocuparon por pulir.
Música de protesta: Abuso de autoridad de Three Souls In My Mind
Guitarras duras, riffs pegadizos, un bajo hábil que sostiene las composiciones, una batería llena de remates emocionantes, un teclado protagonista y metales que lo mismo te hacen bailar que ponerte unos chingadazos en el slam, son las características que podrían definir la discografía de la banda desde «Planeta Eskoria», hasta el cd que nos ocupa.
No hubo sorpresas, a ratos parece más pan con lo mismo, pero no deja de ser uno de los pocos trabajos llenos de rabia, enojo, coraje y de espíritu altamente revolucionario que se atreven a expresarlo sin pelos en la lengua sobre territorio Borbón.
Y bueno, tampoco podemos dejar atrás el clásico guiño al público latinoamericano, específicamente para México en el vídeo de la pieza «No lo volveré a hacer más».
Históricamente lo han hecho a través de canciones como «Paramilitar» sobre el EZLN; una reversión del corrido «Juan sin tierra» de Jorge Saldaña o el tema «Canto a la rebelión» sobre los procesos electorales del mundo, con un vídeo grabado en chilangolandia e imágenes de marchas para exigir justicia en el caso de los 43 estudiantes víctimas de desaparición forzada en Ayotzinapa.
Tuve la fortuna de toparme con Pul Pul y Joxemi, integrantes de Ska-P, en el Vive Latino 2019, con quienes crucé una sesión de preguntas y respuestas que fue inmortalizada por las decenas de medios que transmitían en vivo el chacaleo, mientras yo, perdido en mi primer encuentro del día con mis ídolos de la infancia, no le puse REC a mi chingadera.
Así me habló Ska-P del Game Over:
Cualquier canción del nuevo disco parece que data de hace 15 años y viceversa, sus canciones de antaño son actuales, los mensajes no han cambiado en ustedes, ¿por qué sucede eso, el mundo va de mal en peor?
“Es cierto lo que dices, cualquier canción de Eurosis o El Vals del Obrero es actual, nos lo dice mucha gente. Es triste porque llevamos más de veinte años dando caña, recorriendo el mundo y si echas un vistazo al mundo actual, el mundo va a peor, sí”.
¿Por qué ocurre así?
Pul Pul: “El auge del fascismo en Europa, el miedo que están metiendo; se está convirtiendo en una fortaleza tremenda donde no hay hueco para la humanidad. La gente que viene de África, se encuentran con unas… bueno aquí pasa igual con el miserable que tienen de vecino”.
Música De Protesta: La Vida Bohème, Nuestra
¿Cuál es la salvación de la humanidad, existe eso que puede llevarnos al bienestar común?
Joxemi: “Hay una frase que dice: El pueblo unido jamás será vencido, sólo hay que aplicar esa frase”.
¿Esa es realmente la respuesta?
“Las elites que gobiernan son dueños de los medios de comunicación, le dicen a la gente cómo deben de ser, qué deben hacer. Ellos se reparten el pastel, es una élite la que gobierna al mundo, los demás somos extras. Si la gente tiene su puesto de trabajo y puede vivir con dignidad -que es eso lo que pretenden (las élites)-, pues se conforman. Ahí es donde yo creo que llega el error, en conformarte, podríamos hacer muchísimo más.
FOTO: GUSTAVO AZEM
¿Qué más hace Ska-P?
“Por eso aprovechamos cada canción para mandar un mensaje, a los chavales que tienen o hagan sus bandas o que hagan cualquier tipo de actividad cultural, a protestar y a no olvidarte de dónde vienes y cómo está el mundo ahora mismo. Sobre todo a la clase trabajadora y a los colectivos que han sido marginados. Mira ahora lo que está pasando con el feminismo, es una revolución lo de las mujeres. Si se unieran con el colectivo LGBT, con los trabajadores, todos juntos haríamos una corriente muy fuerte, pero eso no ocurre, lástima”.
Una vez terminada su participación en el escenario principal, con setlist de lujo y llena de melancolía por ser la primera vez en tres años que volvían a la Ciudad de México, mis instintos me llevaron a infiltrarme tras bambalinas, colgarme del carrito que los transportó hasta su camerino, tomarme una foto y luego ser expulsado del festival por el personal de seguridad, por los Lobos de OCESA.
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