En una tentativa por librar a la Copa del Mundo de insultos homosexuales, la Federación Internacional de Fútbol (FIFA, por sus siglas en inglés) se puso dura con los aficionados mexicanos en Rusia, y estableció un control más estricto de los incidentes ofensivos en los partidos de la Copa Confederaciones que comenzaron el sábado pasado.
Y a pesar de que la opinión pública en nuestro país ha afirmado en múltiples ocasiones que el famoso “¡Ehhh… puto!” es usado como un mero hecho de diversión y no necesariamente de discriminación, la Federación no lo entiende así.
Pero, ¿de dónde viene o cuál es el origen de esta afamada frase? Según el portal de internet «Fútbol Total», este polémico grito fue escuchado por primera vez en los estadios de futbol de Guadalajara en 2003, cuando los aficionados del Atlas desquitaron su enojo contra su ex portero Oswaldo Sánchez, sintiendo que los había traicionado al fichar por los rivales locales: las Chivas.
Con el paso de los enfrentamientos, el grito fue apropiado por el resto de los tapatíos, así, las aficiones de Atlas y Chivas se metían con el guardameta rival, en cada “Clásico Tapatío”.
La frase comenzó a internacionalizarse a partir del Preolímpico de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF, por sus siglas en inglés) de 2004, celebrado en la capital jalisciense, donde la afición de dicho territorio se metió con los porteros de Jamaica, Trinidad y Tobago, Estados Unidos y Costa Rica.
Pero, indiscutiblemente, el grito adquirió gran fama en la Copa del Mundo del 2014, celebrada en Brasil, donde incluso México fue multado.
Actualmente, muchas personas lo consideran como parte de la “cultura” mexicana, y defienden que es una tradición popular inofensiva donde los intentos por censurarla infringen su derecho a la libre expresión.
«Es complicado, porque para los mexicanos no es un canto con la intención de ofender», dijo el futbolista mexicano Miguel Layun luego de una sesión de entrenamiento en Kazan, Rusia. «No se trata de racismo, es un canto que incluso usamos entre amigos», afirmó después.
Sin duda hay opiniones contrarias, otras personas afirman que la expresión es incuestionablemente homofóbica, y que no debe permitirse que se siga usando.
«Es una cuestión cultural, pero es discriminación y homofobia cultural. Decirle a un futbolista ´puto´ no es sólo por querer hacerlos fallar un despeje, es una forma de disminuir sus habilidades masculinas y decir que no son hombres de verdad» aseveró Juan Jacobo Hernández, presidente de la organización por los derechos de los homosexuales “Colectivo Sol”.
Lo cierto aquí es que actualmente la FIFA está intentando hacer que se respeten a los homosexuales, sin embargo, el país donde se celebrará la próxima Copa del Mundo, es considerado uno de los más homofóbicos del mundo.
Tristemente, en Rusia, la agresión es un hecho cotidiano en la vida de muchas personas de la comunidad LGBTTTI, y esta actitud se basa a menudo en la ignorancia de personas que ocupan cargos (generalmente políticos) importantes, la cual estimula el prejuicio y el odio generalizados.
En política exterior, Rusia lidera el cargo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra el progreso de los derechos humanos de las personas LGBTTTI, con la resolución «Valores Tradicionales«.
En el plano interno, los miembros del partido del presidente Vladimir Putin propusieron las leyes contra la propaganda homosexual en una docena de regiones antes de que la ley nacional se promulgara en junio del 2013.
Estas leyes, así como las modificaciones de la ley de adopción que hacen ilegal que los padres del mismo sexo adopten en Rusia, están en nombre de supuestamente «proteger a los niños», pero, la realidad es que están acrecentando una campaña de odio. Inclusive, en el 2014, la organización no gubernamental “Human Rights Watch” documentó que, en Rusia, cada vez es más peligroso ser abiertamente gay.
En el trabajo presentado por esta organización, las personas LGBTTTI describieron haber sido golpeados, secuestrados, humillados y llamados «pedófilos» o «pervertidos». En algunos casos por grupos homofóbicos de vigilantes y en otros por desconocidos en el metro, en la calle, en los clubes nocturnos, en los cafés y en un caso, en una entrevista de trabajo.
«La violencia experimentada por las personas LGBT en Rusia está inequívocamente motivada por la homofobia, pero las autoridades ignoran deliberadamente que estos son crímenes de odio y no protegen a las víctimas», dijo Tanya Cooper, investigadora de Rusia en Human Rights Watch.
Evidentemente, la FIFA se contradice, porque al mismo tiempo que se jacta de defender los derechos de los homosexuales al prohibir los insultos homofóbicos en los partidos, se hace de la “vista gorda” en los actos homofóbicos y/o xenófobos que suceden en el país anfitrión de la Copa del 2018.
Aunado a ello, tenemos que, en Qatar, país elegido para el 2022, la homosexualidad es ilegal, y esto ha generado múltiples críticas hacia la “tendencia homofóbica” de la FIFA.
En 2010, después de que se eligiera a Qatar, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, trató de aclarar la prohibición de los homosexuales diciendo que cualquier aficionado gay debía abstenerse de tener relaciones sexuales mientras estuviera en el país; después se disculpó.
No importa que los estatutos de la FIFA hablen de protecciones basadas en la orientación sexual. Sus acciones son más reveladoras que algunos textos en los estatutos. Las próximas dos Copas Mundiales se llevarán a cabo en países donde no es seguro (o es ilegal) ser abiertamente gay.
“Si las acciones hablan más que las palabras, entonces el mensaje enviado por la FIFA a los atletas gay es dolorosamente claro. Nuestras vidas no importan. Por lo tanto, para cualquier jugador de fútbol gay que tenga esperanzas de jugar para el equipo de Estados Unidos en la Copa del Mundo, estar abierto sobre su sexualidad podría tener consecuencias reales cuando ponga los pies en los países con leyes que podrían llevarlos a la cárcel.”, expresó Robbie Rogers, jugador abiertamente gay del Galaxy de Los Ángeles.
Rusia fue capaz de contener cualquier problema potencial para los gays en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi porque era una ciudad relativamente pequeña con una enorme presencia de seguridad. Las cosas serán diferentes en la Copa del Mundo, debido a que se celebrará en 11 ciudades, repartidas por todo el país.