Niños soldado: la otra cara de la guerra

Las infancias nunca duran. Pero todo el mundo se merece una.

-Wendy Dale.

El mundo es sumamente diverso y las costumbres son distintas dependiendo de la región o el país, sin embargo, una de las cosas en las que se está de acuerdo (al menos en la mayoría del mundo) es en la búsqueda del bienestar de los niños, no por nada existen muchísimas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que protegen sus derechos. No obstante, y a pesar de ello, hay muchos niños que no pueden gozar plenamente de esta etapa de su vida, entre ellos, aquellos que son utilizados para propósitos militares.

En los últimos 15 años, el uso de niños y niñas soldados se ha extendido a casi todas las regiones del mundo y aunque es imposible definir un número exacto, miles de ellos sirven ilegalmente en conflictos armados en todo el mundo.

Los niños que son pobres, desplazados de sus familias, tienen acceso limitado a la educación, o viven en una zona de combate son más propensos a ser reclutados a la fuerza, y muchos de ellos tienen menos de 10 años cuando se ven obligados a servir.

Aunado a ello, hay muchos niños que se ofrecen voluntariamente porque sienten una cierta presión social y tienen la impresión de que el voluntariado proporcionará una forma de ingresos, alimentos y/o seguridad a ellos y a sus familias.

Cabe mencionar que no solamente son utilizados para matar y/o cometer otros actos de violencia, algunos otros son usados como cocineros, mensajeros, informantes, espías o cualquier cosa que sus comandantes quieran que hagan. Y tristemente, muchos son abusados sexualmente también.

La realidad es que los niños soldados están expuestos a niveles agudos de violencia, ya sea como testigos, víctimas directas y/o como participantes forzados. Además, en muchas ocasiones estos resultan heridos y tienen que vivir con discapacidades por el resto de sus vidas, esto sin mencionar las consecuencias psicológicas con las que tienen que lidiar también.

En general, los niños son más obedientes y más fáciles de manipular, razón por la cual, este “fenómeno” resulta tan viable.

Existe un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al respecto, y este incluye una “lista de la vergüenza”, la cual identifica a las fuerzas armadas y los grupos que reclutan y usan niños.

El siguiente mapa muestra (en rojo) a los países donde las fuerzas armadas reclutan niños. Son: Afganistán, República Centroafricana, Colombia, República Democrática del Congo, Iraq, Malí, Myanmar, Nigeria, Filipinas, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen.

Y, por otro lado, encontramos también a los grupos armados no estatales quienes igualmente reclutan niños (en naranja). Son: India Pakistán, Israel / Estado de Palestina, Libia, Filipinas y Tailandia.

Evidentemente, la lista probablemente no esté completa, ya que muchas veces los grupos que usan niños tratan de ocultar lo que hacen. Pero la buena noticia es que la mayoría de estos estados y algunos grupos armados no estatales reconocen ahora el daño que causa el reclutamiento de niños.

Entre 2001 y 2016, el número de países que limitan su ejército a adultos ha aumentado de 83 a 126, lo que equivale al 71 por ciento de los estados con fuerzas armadas.

Aunque, por otro lado, algunas fuerzas y grupos armados siguen insistiendo en que necesitan niños para llenar sus filas.

Muchas veces, los estados que todavía permiten el reclutamiento de menores de 18 años tienden a ser más grandes y más ricos que el promedio, por lo tanto, gastan más en sus fuerzas armadas. Por ejemplo, Australia, China, Francia, Alemania, Arabia Saudita y Estados Unidos permiten el enrolamiento a partir de los 17 años. Brasil, Canadá y el Reino Unido están entre los pocos países que establecen una barrera aún más baja, a los 16 años.

En el mundo hay diversas organizaciones que trabajan por una prohibición mundial de reclutar niños para cualquier propósito militar, entre ellas “Child Soldiers International”. No obstante, muchas veces estos esfuerzos se socavan cuando los estados más poderosos del mundo no se comprometen realmente a ello.

El desarrollo, la salud y el bienestar de los niños se ven interrumpidos cuando son atraídos por organizaciones militares. Los niños reclutados, en particular los empleados en la violencia armada corren un alto riesgo de ser asesinados o mutilados, y de sufrir graves problemas psicológicos y sociales después.

En algunos casos, los niños son reclutados, pero no se usan normalmente en conflictos armados hasta que cumplen 18 años, como es el caso en al menos 43 estados en todo el mundo y en algunos grupos armados no estatales. Pero incluso cuando los niños no se usan en la guerra, reclutarlos es perjudicial, ya que el hecho de estar en un entorno militar implica un cambio importante en sus vidas. La intimidación, y muchas veces la violencia física están presentes en los entrenamientos militares.

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Internacionalista por la FES Acatlán UNAM| Baterista y Artista de Haram| Creo en la cultura como instrumento transformador de las sociedades.

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