Aunque tengan el mismo nombre, se financien a través de las drogas y se caractericen por violentos, estos “Talibanes” no son el mismo grupo extremista de Afganistán, están en México y en sus venas corre la sangre de “Los Zetas”.
Era el año 2014, “Los Talibanes” se reorganizaban y comenzaban la reconquista de Afganistán, en Medio Oriente, que terminaría este 2021 con la toma de la capital Kabul, el retiro de las tropas de la OTAN -encabezado por Estados Unidos-, la huida del presidente afgano y la instalación de un Emirato Islámico.
Ese mismo año, pero del otro lado del mundo, en una corte del Distrito Sur de Texas, en territorio estadounidense, Iván Velázquez Caballero se declaraba culpable de narcotráfico y lavado de dinero.
Este hombre de entonces 45 años era cabecilla de uno de los cárteles de droga más peligrosos del mundo, “Los Zetas”, y fundador de una temible célula criminal de la organización que sigue viva a la fecha, “Los Talibanes”.
EL ORIGEN DE LOS TALIBANES ZETAS
¿Por qué una banda criminal mexicana tiene el mismo nombre que un grupo extremista afgano? No es muy complicado, el nombre -como el de muchas células del narcotráfico- viene de su fundador.
Velázquez Caballero era conocido como “El Talibán”, su apodo estaba inspirado en “Los Talibanes” de Medio Oriente, el capo de “Los Zetas” era igual de sanguinario que los fundamentalistas islámicos de Afganistán.
El capo nació el 10 de febrero de 1980, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, una de las zonas fronterizas claves para el narcotráfico.
Desde muy joven, Velázquez Caballero conoció a los hermanos Miguel Ángel y Óscar Omar Treviño Morales, quienes a la postre serían “El Z-40” y “El Z-42”, los mandamás de “Los Zetas”, los primeros jefes de la organización que no eran de extracto militar.
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Incursionó en “Los Zetas” cuando todavía eran brazo armado del Cártel del Golfo y seguían las órdenes de Osiel Cárdenas Guillén. Su apogeo criminal, sin embargo, vino cuando “Los Zetas” se independizaron y su líder fue Heriberto Lazcano, “El Z-3” o “El Lazca”.
Velázquez Caballero se hizo primero jefe de plaza de su natal Nuevo Laredo, cruzaba marihuana y cocaína a Estados Unidos, a la vez que le devolvían armas y fajos de dinero.
Luego, se convirtió en el jefe de “Los Zetas” en Zacatecas, conocido como “el corazón” del narcotráfico, por donde pasan las principales rutas del trasiego de droga que termina en Estados Unidos.
Su influencia criminal alcanzó a entidades colindantes como Aguascalientes, San Luis Potosí y Guanajuato.
Entonces, Iván Velázquez Caballero ya era “El Z-50” y sus hombres eran conocidos como “Los Talibanes”.
LA GUERRA Y LA CAÍDA DEL TALIBÁN
Para 2010, el gobierno de Estados Unidos lo puso en la mira. El Departamento del Tesoro incluyó a “El Talibán” en su lista negra, junto a más de 50 miembros de “Los Zetas” y el Cártel del Golfo.
La sanción se sumaba a la recompensa de 30 millones de pesos que el gobierno de México ofreció un año antes por su captura.
Al año siguiente, la añeja amistad entre Velázquez Caballero y los hermanos Treviño Morales se rompió, comenzaron una disputa que dejó decenas de muertos en varios estados del país.
No quedan muy claras las razones del conflicto, versiones indican que cuando “El Z-40” comenzó una disputa con “El Lazca” por el liderazgo del cártel, Velázquez Caballero se mantuvo en el bando de Lazcano.
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Otras más que Miguel Ángel Treviño Morales comenzó a imponer gente en Zacatecas, el bastión de “El Talibán”.
Incluso hay quienes hablan que Velázquez Caballero siempre fue leal al Cártel del Golfo, con quien se enemistaron “Los Zetas” tras su independencia, pues al romper con los Treviño Morales, se acercó a sus exaliados.
A “El Talibán” le faltó tiempo para concluir su disputa contra los Treviño Morales, pues fue detenido el 26 de septiembre de 2012 en San Luis Potosí por elementos de la Secretaría de Marina, con ayuda de la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Un año después, el 21 de noviembre de 2013, Velázquez Caballero fue extraditado a Estados Unidos, el 7 de abril del año siguiente se declaró culpable y el 21 de julio de 2017 fue sentenciado a 30 años de prisión.
EL LEGADO DEL TALIBÁN
La caída de “El Talibán” no provocó la desaparición de “Los Talibanes”, sólo hizo que se unieran aún más con el Cártel del Golfo y se nombrara un nuevo líder: Daniel Velázquez Caballero, su hermano, apodado “El Talibancillo”.
“Los Talibanes” tampoco resultaron ilesos. En 2015, “El Talibancillo” fue detenido en Quintana Roo, junto a dos de sus sobrinos, e hijos de “El Talibán”, Iván Alejandro Velázquez Garza e Iván Velázquez Vázquez.
Actualmente, y con un bajo perfil, el líder de “Los Talibanes” es Roel Velázquez Caballero, “El Rolly”, otro hermano de “El Talibán”.
“Los Talibanes” operan en varias zonas del país, en el norte tienen presencia en San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila, Nuevo León y Aguascalientes; en el sur tienen su bastión en Quintana Roo, también en Tabasco, y en el centro se han detectado sus operaciones en el Estado de México.
La banda criminal no solo se dedica al tráfico de droga, también a extorsiones, secuestros, robo de combustible y está vinculada con homicidios.
VIOLENCIA Y DROGAS, LAS SIMILITUDES
Entre el grupo extremista afgano y la banda criminal mexicana hay bastantes diferencias, el primero busca el poder político y el otro el económico, aunque ambos se han hecho del otro para conseguir sus objetivos. Sin embargo, las similitudes también existen.
La principal similitud es la violencia extrema, de hecho es la principal razón por la que esta célula de “Los Zetas” tomó el nombre de “Los Talibanes”.
Aunque en ambos lados el uso de la violencia es diversificado, la principal similitud en materia son las decapitaciones y el uso de explosivos, ambas prácticas utilizadas por “Los Talibanes” de Medio Oriente y de las favoritas de Velázquez Caballero, “El Zeta Talibán”.
Esa no es la única similitud entre los dos grupos, la gran mayoría de sus ganancias proviene de las drogas.
“Los Talibanes” de Medio Oriente están inmiscuidos en tráfico de opio, así lo señala un documento de la DEA: “Los Talibanes […] explotan el tráfico ilícito de drogas para facilitar sus objetivos financieros, logísticos y políticos.
Este grupo extremista lucra con la amapola, de la que proviene el opio, con la que se hacen drogas como la morfina y la heroína.
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Afganistán es el principal productor de amapola en el mundo, México es el tercero. El Informe Mundial sobre las Drogas 2021 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que Afganistán cultiva el 85% de la amapola a nivel mundial.
En los últimos 10 años ha cultivado entre 123 mil y 328 mil hectáreas de amapola anuales, mientras que México entre 10 mil y 30 mil hectáreas al año en el mismo lapso.
“Los Talibanes” de Medio Oriente también lucran con la marihuana. El mismo informe de la ONU señala que es el segundo productor de resina de cannabis con el 18% de la producción mundial.
De igual forma “Los Talibanes” de México trafican con opioides -como la heroína- y marihuana, así como otras drogas como la cocaína y en menor medida metanfetaminas y fentanilo.
Mientras México es el principal abastecedor de drogas a Estados Unidos, los clientes de Afganistán están en Asia Central y Europa del Este.