Rodrigo GutiérrezPese al constante discurso de acabar con la violencia y pacificar el país, las propuestas y posturas de los cinco candidatos a la Presidencia de la República reflejan, con algunos matices, la misma estrategia de seguridad implementada por las dos últimas administraciones del Gobierno Federal que tienen sumergido al país en un baño de sangre.
En un país en plena contienda electoral y con más de 200 mil personas asesinadas en los últimos 12 años, el combate a la violencia e impunidad son ejes fundamentales que deben ser tomados en cuenta por los candidatos a Presidencia de la República.
Sin embargo, la estrategia de seguridad de los cinco presidenciables sugiere que continuarán con la llamada “guerra contra el narcotráfico”, contradiciendo así su discurso de ofrecer seguridad a los mexicanos.
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La postura de los presidenciales se vio reflejada durante sus recientes ponencias en el “Diálogo por la Paz y Justicia”, organizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Movimiento por la Paz, Justicia y Dignidad.
Meade, la continuidad directa
José Antonio Meade, candidato de la coalición “Todos por México”, es a quien más se le ha señalado por continuar con la misma estrategia de seguridad.
El ex secretario de Hacienda y Crédito Público respalda la Ley de Seguridad Interior, la cual faculta a las Fuerzas Armadas en trabajos de seguridad pública que, de acuerdo con la Constitución, sólo corresponde a las policías.
Dicha ley ha sido criticada por diversas organizaciones civiles de talla nacional como internacional, ya que, aseguran, abre la posibilidad de vulnerar derechos y libertades básicas.
La presencia de las Fuerzas Armadas en las calles seguirá con Meade en la presidencia.
En su página oficial presenta siete puntos para combatir la violencia. Entre ellos, promete un aumento de sueldo y prestaciones al Ejército y la Marina, pero no precisa mejoras en las condiciones laborales y de preparación para las policías.
La despenalización y posterior legalización de las drogas como una opción para pacificar el país no ha sido definida del todo por José Antonio. El candidato del PRI ha evadido el tema y en todo caso ha llamado a realizar el debate.
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Sin embargo, en febrero pasado durante una reunión con miembros de la Organización Editorial Mexicana (OEM), sostuvo que la legalización de las drogas no abatirá la violencia y la inseguridad del país.
Si bien, Meade se ha pronunciado a favor de una Fiscalía Autónoma, únicamente a través de un tuit, el tema no está dentro de su “enfoque integral” de seguridad.
“Anteponer la paz al conflicto y consolidar una cultura de respeto a la ley”, “Acabaremos con la violencia aplicando la ley, no negociándola” y “Combatiré tanto al crimen, como a sus causas, que comienzan con la desigualdad, pero se profundizan con la impunidad”, son algunos de los puntos que Meade presenta en su página oficial sin exponer el cómo.
Anaya, el candidato con más matices
Ricardo Anaya, candidato de la coalición “Por México al Frente”, carga en su espalda al partido que comenzó dicha “guerra contra el narcotráfico”, mientras en su candidatura, la estrategia de seguridad ha dejado matices en materia de seguridad y justicia.
El panista no se ha pronunciado contra la Ley de Seguridad Interior, sólo ha detallado que dicha reforma necesita ser revisada y no derogada como lo han exigido organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Anaya seguiría con la presencia de las Fuerzas Armadas en la calle hasta que se tenga una policía depurada, preparada y confiable.
Para ello, el panista propone evaluaciones y controles de confianza, instrumentos que ya se realizan en las instituciones policíacas actualmente y no han dado muchos resultados, así como mejoras en los salarios, capacitación e inteligencia.
Ricardo se ha pronunciado contra la legalización de las drogas como una opción para combatir la violencia.
El candidato de la coalición PAN-PRD-MC ha apoyado desde un principio la creación de una Fiscalía Autónoma, hecho por el cual algunos intelectuales y miembros de la sociedad civil han apoyado a su candidatura.
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La eliminación del fuero a todos los servidores públicos, así como el fortalecimiento del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) son dos más de sus tópicos para fortalecer la justicia.
AMLO, entre la amnistía y la Guarda Nacional
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, ha tratado de salir de la continuidad en la estrategia de seguridad, pero en ocasiones regresa a ella.
El tres veces aspirante a la Presidencia de la República promete pacificar al país en tres años, a mitad de su administración.
El tema de la amnistía ha sido la primera propuesta “diferente” que se ha hecho en materia de seguridad en la actual contienda electoral.
Sin embargo, López Obrador no ha sido los suficientemente específico en cómo y quienes se verían beneficiados en dicha ley.
Andrés Manuel sólo ha mencionado que de ganar la elección, del 2 de julio al primero de diciembre, se reunirá con expertos para elaborar un plan y definir conjuntamente qué hacer con una amnistía.
López Obrador, en contraste, ha rechazado en abrogar la Ley de Seguridad Interior, argumentando que “no hay que temer” pues de ganar la presidencia no la utilizara.
En su estrategia de seguridad, más que el retiro paulatino de las Fuerzas Armadas de las calles y el fortalecimiento de las policías, Andrés Manuel creará una Guardia Nacional donde se integrarán a todas las fuerzas policiacas y militares en una sola corporación.
A su vez, AMLO ha rechazado la creación de una Fiscalía Autónoma e incluso ha enlistado a quienes les gustaría ver como fiscal en su posible gobierno.
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En contraste, López Obrador está abierto a la ayuda internacional en el combate a la impunidad, así como en la integración de los mismos en formación de una comisión de la verdad.
Sobre la legalización de las drogas como parte de su estrategia de seguridad, Andrés Manuel ha evadido la respuesta sosteniendo que se tiene que debatir o decidir en consulta.
El expresidente nacional de Morena ha señalado que la prohibición de las drogas es lo que ha desatado la violencia, pero revira argumentando que la despenalización de éstas puede derivar otro tipo de problemas.
“El Bronco”, el “mochamanos”
Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, candidato independiente, también refleja una continuidad a la estrategia de seguridad actual.
El gobernador con licencia de Nuevo León ha dado el visto bueno a la Ley de Seguridad Interior, así como a la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles.
“El Bronco”, además, se ha postulado contra la legalización de las drogas como parte del combate al crimen organizado.
Sin mencionar que su propuesta más famosa para combatir la delincuencia es “mocharle la mano” a los delincuentes.
Aun así, Rodríguez Calderón se ha mostrado a favor de la Fiscalía Autónoma, de la participación de la sociedad civil en la designación del fiscal, en la cooperación internacional para el combate de la impunidad, así como la creación de una comisión de la verdad formada por expertos extranjeros y nacionales para investigar crímenes.
Margarita y el fantasma de Calderón
Margarita Zavala, candidata independiente, carga con quien comenzó la actual estrategia se seguridad, su esposo, el expresidente Felipe Calderón, lo que le da una imagen de continuidad en dicho rubro.
Pero no sólo su relación con el exmandatario, sino también con sus propuestas y dichos ven la continuidad en la candidata independiente.
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Zavala calificó de necesaria la Ley de Seguridad Interior, así como la presencia de las Fuerzas Armadas en el combate al crimen.
“Seguimos necesitando a nuestros soldados y marinos porque el gobierno abandonó el fortalecimiento de las policías. Urge un gobierno valiente que defienda a los ciudadanos”, escribió en Twitter sobre la Ley de Seguridad Interior en diciembre pasado.
Para regresar al Ejército y la Marina a los cuarteles, Margarita Zavala propone aumentar los elementos de la Policía Federal hasta llegar a 75 mil para 2024.
Menciona además “fortalecer las instituciones” e “impulsar una política de prevención”, sin detallar cómo.
Margarita, también, ha rechazado la legalización de las drogas como parte de una nueva estrategia de seguridad.
“Pensar que, por legalizarla, va a bajar la violencia, me parece de una ingenuidad enorme, porque el tema no es la droga, sino el crimen organizado, la falta de estado de derecho”, dijo Zavala en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) a principios de abril.
Con este panorama y a menos de dos meses de las próximas elecciones, el futuro inmediato en materia de seguridad es incierto para los mexicanos.
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