“Desde este reducto opondremos resistencia al embate de las grandes corporaciones mediáticas y de los secuestradores del futbol mexicano…”, fragmento del editorial del número 1 de la Revista Balompié.
Cuando Eder Bayuelo –mejor conocido en el mundo del internet como el Tío Leyendas– me mandó el mensaje pensé que era una locura, ahora sé que él también pensó lo mismo. “Tengo planes de hacer una revista impresa de futbol”, me dijo.
¿Quién en su sano juicio se atrevería a realizar una revista impresa sobre futbol en pleno 2024?, ¿quién lo haría cuando las publicaciones en papel están muriendo, las pantallas dominan el mundo y la rapidez de la vida actual convierte todo en efímero?
Si había alguien que podía hacerlo era él. Desde que conozco a Eder ha ido en contra de todo, menos de sí mismo.
Así que cuando me invitó a colaborar en la Revista Balompié no dudé ni un segundo en aceptar.
El Tío Leyendas y yo quizá tengamos más diferencias que similitudes, pero hay algo que nos une incluso más que el futbol: el periodismo, pero el buen periodismo.
Lo tomé como una buena oportunidad de regresarle el prestigio al periodismo deportivo, ese que se ha visto consumido por un montón de señores enojados, poseídos por un personaje, gritándose en televisión y redes sociales.
También lo hice para exponer a esos señores que se creen dueños del futbol mexicano solo por tener uno –o más– equipos afiliados a la Federación Mexicana de Futbol.
Y por la nostalgia, ¿por qué no? Para tener en las manos el periodismo realizado, sentir sus suaves hojas, respirar su olor a nuevo y tenerlo como una pieza de colección.
Ocho meses después de haber recibido ese mensaje de Eder, tenemos el primer número de la Revista Balompié, un monstruo de 144 páginas que resultó mejor de lo que esperaba.
Desde la brutal editorial con la que abre la revista, pasando por el análisis del fracaso en la Copa América, los reportajes sobre la talacha, el viacrucis de la formación de jugadoras y la iglesia maradoniana en México, la investigación documental sobre la evolución de los uniformes de la Selección Mexicana y hasta la sublime entrevista con Melvin Brown.
Eso y más, mucho más. Una oda al periodismo deportivo de principio a fin.
Por mi parte, colaboré con un reportaje que documenta cómo la gran mayoría de los equipos de la Liga MX no cumple a cabalidad con las medidas de seguridad en los estadios antes, durante y después de los partidos, aún después de la tragedia de la Corregidora y la mayor severidad en sus reglamentos.
No queda más, entonces, querido lector de FrojiMX que extenderle una amigable invitación a que adquiera el primer número de la Revista Balompié o bien obtener la suscripción anual, puede hacerlo desde la página balompie.mx y le llegará hasta la puerta de su casa.
Y recuerde: aquí se escribe futbol sin acento.