En una entidad donde el 77% de la población no cuentan con automóvil propio, como lo señalan el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés) y la asociación civil El Poder del Consumidor, el uso del transporte público es imprescindible.
Los altos costos, la inseguridad constante y la ineficiencia tanto de los operadores, como de las unidades y las rutas, ha convertido al traslado a través del servicio público de transporte en el Estado de México en todo un suplicio.
Esta es la segunda de tres partes en las que Froji expone la situación en cuestión.
Lee aquí la primera parte
Inseguridad: el reflejo del estado en el transporte
“Qué rica, ¿te gusta cómo te toco?”
Era viernes 18 de marzo de 2016, como todos los días Ella tomó, a las 5:50 horas de la mañana, el transporte público de la ruta Ixtapaluca-Aeropuerto en su trayecto cotidiano del Estado de México a la capital del país.
El transcurso del viaje era como cualquier otro hasta su trabajo en Bucareli y Reforma en el corazón de la Ciudad de México, pero no pasó mucho tiempo de haber subido al vehículo cuando éste se desvió hacia un lote baldío.
Tras cambiar su ruta, dos hombres con navaja en mano, que se encontraban a bordo de la unidad, amedrentaron a los pasajeros, en su mayoría mujeres, y les exigieron que les dieran sus celulares, al igual que el resto de sus pertenencias.
En tanto, un taxi venía escoltando a la unidad de transporte público del Estado de México desde atrás.
No bastándoles con las pertenencias, los asaltantes comenzaron a agredir sexualmente a las pasajeras: a Ella le bajaron los pantalones, le levantaron la blusa y la sentaron en sus piernas, a la vez que le decían entre risas: “qué rica, ¿te gusta cómo te toco?”.
Como sello final, le pegaron en pómulo y en el estómago, rozando la navaja en su vientre.
Después de 40 minutos de tormento, los atacantes bajaron a las víctimas de la unidad. Los asaltantes se fueron junto al chofer de la combi.
Uno de los pasajeros intentó pedir ayuda a una patrulla, pero no obtuvieron respuesta.
Los delincuentes no sólo la despojaron a Ella de su cartera, teléfono, identificación y llaves, sino también de su seguridad.
Ella es una periodista de El Universal TV y su caso, sin precisar la identidad de la afectada, fue expuesto por la columnista Elisa Analís en su texto de opinión Razones y Pasiones publicado por dicho diario.
Lo que le sucedió a Ella es parte de la ocurrencia sistemática de los delitos en el Estado de México, los cuales ya son una constante para los mexiquenses
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dicha entidad encabeza la lista de los estados con mayor incidencia delictiva en todo el país con 83 mil 566 delitos por cada 100 mil habitantes. Además, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción (Envipe) sobre la Seguridad Pública 2016 señala que el 90.6% de los mexiquenses se sienten inseguros en el estado.
Esta situación es evidente en el transporte público. En febrero del año pasado, dirigentes de transportistas de la entidad aseguraron que la incidencia delictiva en el transporte de pasajeros, había aumentado en un 300%.
Para los transportistas, tanto conductores como pasajeros, no sólo han sido víctimas de robos, sino también de asesinados por resistirse al asalto.
Un año antes, los mismos representantes de líneas de autobuses y unidades de transporte público habían denunciado al gobernador Eruviel Ávila que los municipios de Ecatepec, Cuautitlán Izcalli, Los Reyes La Paz, San Vicente Chicoloapan, Ixtapaluca y Tlalnepantla son los más peligrosos, principalmente en las rutas de acceso a la Ciudad de México cercanas a las Autopistas México-Querétaro, México-Pachuca y México-Puebla.
Lo declarado por los transportistas se ve reflejado en las cifras. La Envipe sobre la Seguridad Pública 2016 destacó que el robo o asalto en la calle o en transporte público es el delito más frecuente en la entidad, seguido de la extorsión y el fraude.
La misma encuesta expuso que el 93% de los pobladores del Estado de México identifican al transporte público como el espacio que genera mayor inseguridad.
A la par que los asaltos en el transporte público van a la alza, la pasividad de las autoridades estatales es más marcada, pues ante la presencia de una denuncia en algún Ministerio Público de la entidad mexiquense, la respuesta de los agentes es convencer a las víctimas de desistir de ésta y, en todo caso, aconsejar al denunciante a cambiar de ruta y no salir de noche.
Este aumento gradual de la inseguridad, más la inacción e impunidad por parte de las autoridades ha convertido al hartazgo de la ciudadanía en una eventual práctica de la justicia por sus propias manos.
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en su estudio “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)” colocó al Estado de México, junto con Puebla y la Ciudad de México como las entidades con mayor número de linchamientos.
En 26 años, en materia de linchamientos, el territorio mexiquense registró 109 casos consumados y más de 90 intentos, los cuales, en gran parte, se suscitan contra perpetuadores en el servicio público de transporte.
Ante tal escenario la administración del gobernador Eruviel Ávila implementó el “Plan Tres”, el cual consiste en un protocolo de revisión por parte de policías estatales a unidades de transporte en zonas estratégicas para prevenir robos.
Este programa incluye un examen de detección de consumo de drogas o bebidas alcohólicas al operador de la unidad. La aplicación de la inspección es presenciada por un representante de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM).
Desde su implementación en febrero de 2015 a octubre de 2016, se revisaron a 3 millones 437 mil 99 unidades del servicio público. Como resultado de los operativos, 2 mil 731 personas han sido dirigidos al Ministerio Público, mil 199 por robo, 715 por delitos contra la salud y 300 por portación de armas. A su vez, se aseguraron 380 armas de fuego, 2 mil 124 cartuchos y 928 armas blancas, se recuperaron 536 vehículos, 7 millones 150 mil pesos en efectivo, 10.9 millones de pesos en mercancía y 337.6 kilogramos de drogas.
Pese a ello, los ciudadanos no perciben que los problemas de inseguridad, unidades piratas, conductores en estado inconveniente y las altas velocidades de las unidades disminuyan.
Sobre esto, el exsecretario de Movilidad del Estado de México, Isidro Pastor, aseguró que durante su administración en dicha dependencia, la inseguridad en el transporte público disminuyó en un 10% o 15%.
Sin embargo, Pastor detalló que la problemática en ese sentido viene desde la percepción de la ciudadanía, la cual cree, según explicó el exfuncionario, las cosas siguen igual.
“No es lo mismo que un ladrón asalte a una persona en la calle y le quite sus pertenencias, a que dos delincuentes suban a un camión donde van 50 personas. Se convierte en un delito en colectivo, lo cual genera más difusión, más escándalo y por lo tanto una percepción más grande del problema. Ahora imagina que asalten un estadio con 80 mil personas, sería catastrófico”, justificó el extitular de la Semovi estatal.