La consulta pública para determinar el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) está por aterrizar en las urnas del pueblo mexicano. La pregunta central del ejercicio de participación aún no se define, el instrumento tampoco es claro y Andrés Manuel López Obrador de forma “imparcial” tiene una postura muy clara al respecto.
Hay de dos: construir en la Base Militar de Santa Lucía o continuar con la obra en el lago de Texcoco. Y ya hemos tenido muchos estudios que confunden la mente de los ciudadanos para decidir entre ambas opciones.
Sin embargo, apenas esta semana, López Obrador insistió en un video que su favorita, Santa Lucía, es viable para convivir con el aeropuerto actual. Pero también consideró que ya hay empresarios, como Carlos Slim, que tienen inversiones o partes de la obra del NAIM comprometidas a largo plazo. De esta forma, queda claro que la Iniciativa Privada es parte medular para la continuidad en proyectos de infraestructura.
Sobre todo porque Andrés Manuel dejó muy claro que su administración no puede poner de los recursos federales, por aquello de la austeridad, los 88 mil millones de pesos extras que solicitó el fideicomiso del NAIM para su construcción.
Entonces, lo que quiere el presidente electo con la consulta ciudadana es demostrar al mundo que su gobierno se abrirá a la voz del pueblo porque “es el que más sabe”.
Aparte, le da peso al populismo que lo llevó al poder, porque no creo que se nos consulte sobre otros grandes proyectos que él propuso. Por ejemplo, el Tren Maya, la descentralización de las dependencias gubernamentales o el Plan de Pacificación del país, recientemente suspendido respecto a la gira de foros presenciales, para dar prioridad a sistematizar lo ya recabado en los que sí se llevaron a cabo.
Aún con eso, podríamos decir que la decisión sobre el futuro del Aeropuerto tiende a continuar con lo negociado por el aún presidente Enrique Peña Nieto, cuya administración todavía nos debe, por ejemplo, la obra del Tren Interurbano México-Toluca o los “misterios” del Paso Exprés de Cuernavaca, entre otras “travesuras”.
Pero al parecer el pueblo ya no muestra tanto entusiasmo con lo que vaya a pasar con el NAIM, porque de acuerdo con la tercera encuesta de Consulta Mitofksy al respecto, en menos de un mes, el interés ciudadano de participar en este ejercicio cayó de 44.7 por ciento a 31.4 por ciento, así que ya veremos cuánta gente será la que tome la decisión.
Derivado de esta falta de interés, los cuatro días que se dedicarán a recoger la opinión de la ciudadanía parecerán “política ficción”.