¿Les ha pasado que caminan por alguna acera en la zona centro de la CDMX y casi los atropella un scooter? Pues se está volviendo común, y todo por abrir la movilidad en la capital.
Un nuevo reglamento se avecina para las calles llenas de tránsito no solo vehicular, sino que a las motos y bicicletas a las que ya estábamos acostumbrados esquivar, se suman los patines eléctricos. Todos cabemos en la banqueta, según parece en la ciudad de las ruedas.
Pero vamos de lo grande a lo minúsculo, y empezamos con los automóviles –no me digan “cochista”–, ya que el parque vehicular es mayor que el de los scooters. En unos días entrarán en vigor las “fotocívicas”, que son una versión reloaded de las fotomultas del gobierno anterior.
Y más allá de aburrirte diciendo que harás trabajo comunitario si te pasas un alto o rebasas los límites de velocidad permitidos, quiero decirte que esa medida no tiene sentido mientras la cultura vial siga siendo confusa. Tenemos un mes de “familiarización” con lo que vendrá en el nuevo Reglamento de Tránsito, aunque parece que vamos de mal en peor.
Por ejemplo, scooters circulando en las banquetas incluso con dos personas a bordo, cuando debería ir solo una, a alta velocidad rebasando a adultos mayores en andadera. O el peligro de tirar a los niños y peatones de cualquier edad que tienen todo el derecho de correr en los parques o caminar libremente en las calles, porque así es esto de la #movilidad.
Después de corregir algunos errores de redacción en la nueva legislación, se estableció que los scooters y bicicletas no pueden circular en banquetas, así que empecemos a hacer el cambio.
No se trata de ceder el paso a minitransportes motorizados, por más ecológicos que éstos sean y dejar que los usuarios hagan lo que quieran con ellos o que los vean como un “patín del diablo”, de esos que muchos tuvieron para jugar cuando eran niños. Al bajar de los vehículos todos somos peatones y merecemos el respeto vial de los demás.
Con esto, puedo decir que estoy a favor de todas las opciones de movilidad, pero no de los usuarios que se creen dueños de la calle, de cualquier transporte. Por eso, no es necesario armar una guerra entre todas las alternativas para desplazarnos, es mejor unirnos por un viaje seguro donde todos quepamos.
Lo haremos cuando no toquemos el claxon ilimitadamente, cuando el scooter no se pase a carriles de alta velocidad, cuando el ciclista no te doble los espejos cuando quiera pasar, cuando el transporte público no baje o suba gente en carriles que no le corresponden. La #movilidad significa que todos pasamos, uno por uno. A todos nos esperan en casa.