“Que los sueños y los anhelos de los niños y los jóvenes de hoy, se conviertan en realidad del mañana”. Bajo esta premisa el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño presentó el Nuevo Modelo Educativo. Se consagra no solo una nueva forma de competir en las aulas, sino una fortuita aspiración presidencial para las elecciones de 2018.
Reiteró que el modelo “no acepta concesiones, porque estamos hablando del futuro de lo más grande que tenemos: nuestro muy querido México”.
Las reformas estructurales propuestas por el Ejecutivo se han vuelto una bola de nieve que el Revolucionario Institucional echó colina abajo y en vez de descongelar la cima, la tiene cada vez más lejos. Miles de mexicanos no entienden la razón de estos cambios; que si bien quieren enterarse, los dos sexenios anteriores fueron los encargados de formularlas.
Vicente Fox y Felipe Calderón llevaron de a poco cada una de las reformas hoy en órbita porque creían que comenzaba su ciclo de 70 años como el PRI. De las elecciones de 2012 solo queda el amargo recuerdo de la derrota de Josefina Vázquez Mota, hoy aspirante al gobierno del Estado de México.
Así pues, al partido tricolor se le cargó la mano y, bajo una muy mala coordinación, echó al vuelo las reformas sin conocer las consecuencias de los proyectos pausados. Confiaba el PRI en Emilio Chuayffet Chemor al frente de la SEP hasta que en 2015 fue sustituido por Nuño Mayer, quien era el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República
Algunos recordarán que Nuño también fue miembro del Consejo Rector del Pacto por México, desde donde participó en la negociación de las 13 reformas estructurales, incluida la educativa. A partir de ésta sabía las posibilidades de un cambio significativo para el país.
El secretario aboga por una educación de calidad, aprendizaje y equidad en la educación, además de que los niños sean bilingües y luchen por su creatividad, ejes que presentan tintes populistas. Para que esto suceda se necesitaría de maestros capacitados y preparados que vayan de la mano con los alumnos en el aprendizaje.
Recordemos que los conflictos con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no se le pueden adjudicar a Nuño, puesto que la organización ha tenido problemas desde el sexenio de Ernesto Zedillo.
De tal manera que Aurelio Nuño, partícipe e impulsor de la reforma educativa, está apostando a ganarse un lugar en los corazones priistas del propio partido. Quieren alguien de fiar, y el secretario fue la mano derecha del presidente al comienzo de la gestión.
Pero una motivación así dependerá de los resultados que, paradójicamente, los vivirán las generaciones siguientes. A eso le apuesta el Revolucionario Institucional, no solo a las elecciones de 2018, sino de 2024 y 2030. Y su intención es educar a los niños a halagar las reformas estructurales promulgadas en su regreso a Los Pinos.