En las últimas décadas la comunidad internacional ha enfrentado un fenómeno que ha evolucionado al paso del tiempo, y que, aunque ha cambiado en su manera de practicarse, al final del día, ha conservado los mismos objetivos: el espionaje internacional.
Algunas películas han pintado una cara no tan agradable de ello, y lo cierto es que no está tan alejado de la realidad. Muchos afirman que el espionaje existe en un mundo secreto de engaño, fraude y, a veces, violencia; implica el reclutamiento de agentes en naciones extranjeras, esfuerzos para alentar la deslealtad de aquellos que poseen información significativa, la vigilancia de audio, así como el uso de una gama completa de modernos dispositivos, y otras técnicas para obtener información secreta.
Pero, ¿desde cuándo existe el espionaje?
Los eventos relacionados con el espionaje están bien documentados a lo largo de la historia, y si bien no es posible poner una fecha exacta para el inicio de este fenómeno, probablemente la época en donde estuvo más marcado fue la Guerra Fría. Las historias de espías, agentes y asesinos que operaban con gran secretismo y vivían vidas dobles para poder infiltrarse en los gobiernos o agencias enemigas eran una constante en aquella época.
Se dice que los Estados Unidos y la Unión Soviética gastaron grandes cantidades de dinero reclutando, entrenando y equipando espías y agentes para luego desplegarlos en todo el mundo. El propósito principal era reunir información e inteligencia sobre el enemigo, sus capacidades militares y técnicas, así como sus acciones e intenciones.
Si nos ponemos a pensar, es algo que de cierta forma continúa en la actualidad, ya que a las grandes potencias les interesa estar bien informadas. De lo que sí podría hablarse es que ahora se utilizan nuevas tácticas y/o herramientas que permiten que el proceso sea un poco más sencillo.
En aquel entonces la información se recopilaba de innumerables maneras, incluyendo el pago de informantes, el uso de agentes dobles, el robo de documentos, la interceptación de comunicaciones, y la configuración de “dispositivos de escucha” y otros medios de vigilancia.
Los espías de la Guerra Fría rara vez eran como los extravagantes tipos que llegaban a verse en la literatura o el cine (James Bond como ejemplo de ello). El éxito de sus misiones, e incluso de su propia supervivencia, a menudo dependía de que se vieran y se comportaran como empleados y miembros de la sociedad.
Antes, el espionaje era acerca de los gobiernos mirando por encima de los hombros de otros gobiernos, hoy en día, se trata principalmente de rastrear las actividades de los terroristas y el control de las comunicaciones públicas en busca de conversaciones sospechosas.
Los expertos en inteligencia dicen que, contrario a lo que podría pensarse, el espionaje de todos los tonos ha aumentado desde la Guerra Fría, amplificado por las nuevas tecnologías y la creciente demanda de información en los sectores público y privado.
Es difícil decir quien espía a quién, pero podemos estar seguros de que los actores ya no son los mismos que en el siglo pasado. Así como hay tecnologías nuevas, también hay actores nuevos.
En los últimos años hemos escuchado continuas acusaciones de espionaje, las cuales han involucrado tanto a países desarrollados, como a naciones en desarrollo. Es cierto que aparentemente el espionaje internacional es condenado por la comunidad Internacional puesto que va en contra de principios como la privacidad y la soberanía del Estado, sin embargo, pareciera que no se ha hecho nada importante o relevante para acabar con él, incluso hoy en día es posible ver encabezados de noticias donde se habla de ello.
Como se mencionó anteriormente, la tecnología ha sido el principal agente de cambio en el oficio del espionaje. Siglos atrás no se utilizaban los mismos recursos que llegaron a utilizarse durante la Guerra Fría, y, por otro lado, en el actual siglo XXI hay nuevas herramientas que permiten cumplir los mismos propósitos, entre ellas podemos mencionar el internet, el cual ha llevado a que se comience a hablar de la existencia de un espionaje cibernético.
Las Redes Sociales como herramienta de manipulación gubernamental